Las plantas de cannabis pueden ser hembras, machos y hasta hermafroditas.
El sexo de cada planta que nace de una semilla lo podemos reconocer aproximadamente al quinto o sexto nudo de crecimiento, cuando la planta tiene unas cuatro o cinco semanas de crecimiento vegetativo.
Reconocimiento
Los machos se reconocen porque sacan en los entrenudos unas pequeñas bolitas ovaladas, que al principio pueden llegar a confundirse con un cáliz.
Suelen tener un desarrollo más veloz que las hembras y ser más altos, aunque eso depende de cada ejemplar.
Esas bolitas se irán desarrollando y aumentando en cantidad formando racimos. Cuando se abren, liberan el polen que contienen en su interior.
Por eso si nuestro objetivo no es producir semillas, debemos retirarlos del cultivo ni bien los advirtamos. De liberarse, su polen puede afectar no sólo nuestro cultivo sino el de nuestros vecinos.
Sin embargo, no debemos ser ansiosos y esperar a estar seguros para hacerlo, ya que las plantas nos dan el tiempo suficientes para reconocerlos bien: desde su sexado hasta que comienzan a liberar polen las plantas macho suelen demorar entre 10 y 15 días.
Usos
Una vez que las cosechamos un buen uso que le podemos dar a las hojas es utilizarlas para hacer Jugo de Plantas Fermentado (FPJ), un excelente preparado ecológico que les dará un shock de vidas a las plantas.
Los criadores en cambio suelen seleccionar sus machos y mantenerlos para utilizarlos de sementales en sus futuras cruzas. Así como están las plantas madres, estas serían plantas padres.
Para mantenerlos se pueden hacer los mismos tratamientos que hacemos con las hembras: podas, podas de raíces e incluso el esquejado, que es una buena herramienta para evitar que las plantas padres se deterioren con el tiempo.