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20 años de Okupas, la serie que mostró el autocultivo en la tele del nuevo milenio

Años 2000. Argentina se desmoronaba. Las ficciones de los largos meses antes de la crisis del 2001 y la posterior renuncia de Fernando De la Rúa, buscaban contar historias que mostraran ese clima de disolución social.

De todas esas realizaciones, Okupas (2000), con dirección de Bruno Stagnaro y producción de Ideas del Sur, fue la que hizo que la televisión diera un salto en la manera de narrar una historia dramática.

Si no la viste ni sabías de que se trata esa joya de la tele de comienzos del milenio, es un buen momento para conocerla.

No sólo es un serie súper potente, sino que es un verdadero viaje en el tiempo hacia el pasado reciente de la cultura cannábica.

Casa tomada y sembrada

En Okupas, Ricardo (Rodrigo de la Serna) es un joven de clase media sin muchas ganas de seguir estudiando y sin trabajo.

En medio de ese pantano, le llega una oferta: hacerse cargo de una casona luego de un desalojo violento.

Los Okupas: El Chiqui (Franco Tirri), El pollo (Diego Alonso), Ricardo (Rodrigo de la Serna) y Walter (Ariel Staltari)

Lo que empieza en soledad, termina siendo un trabajo en equipo cuando sus nuevos amigos se meten en la casa: El pollo (Diego Alonso), Walter (Ariel Staltari) y El Chiqui (Franco Tirri). 

Será el Chiqui el encargado de llevar a la casa su espíritu cannábico. No sólo fuma, sino que su amor por la planta hace que el autocultivo se gane un lugar sólido tanto en la ficción como en la televisión de comienzos del 2000.

Okupas muestra el pasado reciente del cultivo en la gran ciudad, incluso la falta de información: como cuando probaban curar la planta en una sarten con aceto balsámico y limón

Incluso hay escenas que evidencian el nivel de desconocimiento que había sobre la planta. Por ejemplo, cuando Walter pasa las flores por una sartén con aceto balsámico y limón “para curarla”.

Y lo mejor de todo es que las plantas no eran de utilería.

Autocultivo prime time 

“Las plantas del Chiqui van a ser centrales en la historia, su aparición va marcando el paso del tiempo”, nos contó Diego Alonso.

Es cierto: Chiqui las planta al conocer a sus amigos y estos –ya crecidas– las dejan con él, cuando lo sepultan en los bosques de Ezeiza.

“Eran unas plantas macho enormes”, se ríe Diego, “en esos años muy pocos sabían qué era una planta de marihuana, las movimos varias veces en flete y nadie se daba cuenta”. Y asegura que “fue la serie que más mostró el autocultivo en la tele”.

“Eran unas machos enormes”, recuerda Diego Alonso sobre las plantas que usaron en la serie, “en esos años muy pocos sabían qué era una planta de marihuana, las movimos varias veces en flete y nadie se daba cuenta”

Okupas despertó amores: por sus personajes, también por mostrar cuán descarnada puede ser la ley y qué poco lugar hay para quienes no tienen poder. 

Por supuesto se ganó enemigos: un ex subcomisario de la bonaerense acusó a los guionistas de apología y de estar vinculados con grandes redes de narcotráfico, conclusión a la que llegó a partir de ver las plantas de Chiqui vía coaxil.

Son 12 capítulos que pueden verse gratis en youtube. Pero para quienes son exigentes con la calidad de la imagen, algo que el valor estético de la serie de Stagnaro merece, Okupas podría llegar a estar disponible en Netflix.

La puesta a punto en la mega plataforma tendría un cambio interesante respecto a la versión original: parte de la banda sonora en inglés, sería reemplazada por temas de Él mató a un policía motorizado.

Un clásico imperdible que nos ayuda a pensar qué pasó con la sociedad y el cannabis en las últimas dos décadas.

https://www.youtube.com/watch?v=03sGE1-_3V4&list=PLXbXDp3x-Cybne5gHYhDytgOeeAQ3TGQh&ab_channel=Okupasfans