Sin leyes claras, la gente sigue siendo detenida y la política criminal se guía por el color de la piel o la forma de vestirse. Eso lo evidencian incluso países como Canadá que, además de haber regulado el cannabis medicinal, se encamina a paso firme hacia la regulación para todo fin en su territorio.
En el país del norte bajaron las detenciones a usuarios alrededor de un 15% desde 2014 hasta el presente, sin embargo 15 mil personas han sido arrestadas por tenencia de marihuana desde el día en que el gobierno anunció su intención de sacar a la planta de la ilegalidad.
Como siempre ocurre con las leyes penales de drogas la mayoría de los detenidos son jóvenes, pobres y discriminados racialmente.
Recientemente el diario The Star realizó una investigación sobre las características de las detenciones en la ciudad de Toronto y, a partir de la información oficial, encontró que “la gente negra sin historial criminal ha sido detenida tres veces más” en relación a la gente blanca.
En Toronto, de acuerdo a los criminólogos y defensores oficiales consultados por ese medio, no surge de ninguna fuente que haya más consumo de cannabis en la comunidad negra respecto a otras comunidades. Por lo tanto eso no podría explicar por qué, en proporción, los negros son los principales detenidos.
Según la policía de Toronto el 52,8% de los detenidos por tenencia de cannabis son blancos, el 25,2% negros, el 15,7% de tez oscura y el 6,3% fueron categorizados como “otros”. Esto iría en contra de lo que afirman los investigadores, pero en verdad lo confirman ya que en esa ciudad canadiense menos del 9% de los habitantes son negros, mientras que la población blanca supera el 50%. A todas luces, quienes no son blancos son el blanco más perseguido por los uniformados.
En abril, el gobierno canadiense presentó el proyecto de regulación del cannabis que ya está siendo debatido. La ley establecerá los parámetros no sólo para la tenencia, sino también para la producción, distribución y venta de cannabis a mayores de 18 años. Por otra parte, se permitiría el autocultivo, modalidad que ya funciona para los usuarios medicinales. Pero, hasta tanto la ley no se haga efectiva, la Guerra contra las Drogas sigue haciendo de las suyas.