Adriana Funaro y Lautaro Ferraro continúan privados de su libertad imputados por “cultivo y siembra de cannabis para la producción de estupefacientes”, un delito que prevé penas de entre 4 y 15 años de prisión.
Adriana, cultivadora de cannabis para uso personal y medicinal, allanada y detenida el lunes 20 de febrero en Ezeiza, continúa en prisión domiciliaria tras pasar tres días en la comisaría 1° de Luis Guillón. El día del allanamiento la policía secuestró 36 plantas, semillas y goteros con aceite para uso medicinal que Adriana usaba para paliar los dolores que sufre a causa de una artrosis en su rodilla.
El juez de garantías, Horacio Hyrb, no solo denegó su excarcelación sino que, el lunes pasado, dictó la prisión preventiva, que hoy cumple en la casa de su hija. En diálogo con THC, Adriana contó que “tanto mi familia como yo esperábamos está decisión, porque el juez nunca me escuchó y aún no investigó nada, me mandó presa por lo que dice un artículo de la ley y punto, mi caso no importa”. Y agregó: “El hecho de tener plantas fue el único fundamento del juez para darme la prisión preventiva. Para él, y esto consta en la causa, tener plantas de cannabis o armas es lo mismo”.
El martes, un día después del revés judicial y horas antes de que el Senado aprobara la ley que regula el uso del cannabis medicinal en Argentina, Adriana asistió custodiada a una audiencia para apelar la decisión del juez de mantenerla encerrada. “Me vino a buscar la policía de investigaciones ilícitas de drogas de Esteban Echeverría, me llevaron al subsuelo de Tribunales donde están alojados los presos, me metieron en un calabozo de 2 x 2 con una mugre que no se puede explicar, y enfrente había una celda rectangular con 30 tipos mirándome”, recuerda Adriana respecto a lo que implicó ese momento. Actualmente, la Cámara Número 3 de Lomas de Zamora analiza si revisa la postura del juez Hyrb.
Minutos después Adriana tuvo que ser atendida por personal médico por un pico de presión que pudo haber tenido consecuencias graves. Si bien Adriana agradece poder esperar estos días en compañía de sus seres queridos, lamenta no poder continuar con su vida normal ni su tratamiento: “No tengo aceite para el dolor y los dolores fuertes volvieron. Y aunque me mueva y haga algunas cosas no es lo mismo que poder salir, ir a natación. Estaba a punto de hacerme una operación para adelgazar y con eso más el aceite y natación podría llevar mejor la artrosis, pero no puedo hacer todo eso acá encerrada”.
En cuanto a la ley de regulación del cannabis medicinal aprobada el martes, Adriana manifestó: “Yo lo festejé. La verdad que la lucha que han dado las madres y todos los que están alrededor es muy loable, esto es un gran paso y es histórico. A pesar de que no contemple un montón de cosas, y yo también soy cultivadora social, no podemos mirarnos el ombligo, hay que ir escalón por escalón”. Ahora deberá esperar no más de 10 días a que los magistrados decidan si la sobreseen o si debe ir a juicio.
Por su parte, Lautaro, martillero público de 25 años que estudia música en el conservatorio, residente de la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires, se encuentra detenido desde el 6 de marzo en la la Comisaría de Narcotráfico de Villa Bosch por la tenencia de 38 plantines. Si bien no hay pruebas de comercio y Lautaro declaró que las plantas son para su consumo personal y la elaboración de aceite medicinal para varias personas, entre las que se encuentran su madre que padece lumbalgia, y su novia, que sufre dolores por problemas de espalda.
La Fiscalía negó a la defensa el cambio de carátula y la excarcelación del joven cultivador. En ese contexto, antes del 6 de abril el juez dictaría la prisión preventiva y Lautaro sería trasladado a un penal. La defensa solicitó que, en caso de que el juez niegue su excarcelación, le permita cumplir la detención en su domicilio, dado que enviarlo a una cárcel común pondría en riesgo su salud, dadas las condiciones de a las que se lo sometería. Para tratar este tema, la semana que viene se llevará a cabo una audiencia entre el juez, el fiscal, el abogado y Lautaro.
Al no ser una causa por comercio, si en unos meses la causa pasa a la esfera federal “se caería porque el juez se declararía incompetente”, aseguraron fuentes cercanas a la fiscalía. No obstante, en caso de dictarse la prisión preventiva y no permitirle permanecer en su domicilio, Lautaro podría pasar al menos 6 meses en un penal sólo por cultivar plantas para uso personal.
Julieta, hermana de Lautaro, dijo a THC: “Tenemos mucho miedo. Están tan rígidos con todo que no creemos que le vayan a dar la domiciliaria”. Y añadió: “Es un chico de 25 años que estudia y trabaja, es una locura imaginárselo adentro de un penal: no sobreviviría”. En cuanto a la situación actual de su hermano, Julieta precisó: “No hay un día puntual de visita porque en el lugar no tiene un espacio para eso. Lautaro está en una casa vieja acondicionada para ser comisaría, con habitaciones que en vez de puertas tienen rejas, y él está hacinado con 6 personas más, que por suerte son gente tranquila. Todos los días vamos a llevarle el almuerzo y hay días en que podemos verlo un ratito y otros días en que no nos dejan”.
La familia y los amigos de Lautaro preparan para el día de la audiencia -aún sin fecha pautada- presentarse para dar apoyo al joven detenido. “Se trata de audiencias públicas pero como nunca tienen lugar seguramente no vamos a poder entrar; la van a hacer donde encuentren algún rincón”, dijo Julieta.
“Nuestra vida se paró el día del allanamiento”, asegura Julieta. “Mi vieja, mis hermanos, mis tíos, yo, no hacemos otra cosa que tratar de buscarle la vuelta, encontrar a alguien que pueda darnos otra opinión. Estamos desesperados, vemos que hay una persecución a los cultivadores. Esto es una locura, Lautaro nunca le hizo mal a nadie”.
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Foto: Adriana Funaro (izquierda) y Lautaro Ferraro (derecha)