La falta de regulación y la desinformación fomentaron una práctica cada vez más extendida: la automedicación. Un repaso por los riesgos y daños que pueden causar aquellos fármacos que, pese a su legalidad, no son inocuos.
>>Antibióticos:
El consumo de un antibiótico inadecuado puede causar que la infección se vuelva lenta y progresiva y potencia el germen. Esto causa que el diagnóstico sea tardío y que, en consecuencia, pueda haber complicación graves.
>>Antidepresivos:
– El consumo de un antidepresivo sin control médico puede producir estados maníacos.
– El aumento o la disminución de las dosis de antidepresivos sin consulta médica pueden empeorar los cuadros.
– La suspensión de la ingesta de antidepresivos debe hacerse de forma escalonada y supervisada por un profesional, para evitar recaídas o síndrome de abstinencia.
>>Antiinflamatorios:
– Evitar usar simultáneamente dos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), ya que potencia el riesgo de los efectos colaterales de ambos.
– En caso de administración prolongada se recomienda consumir conjuntamente protectores gástricos (omeprazol, ranitidina).
– Es muy peligrosa la ingesta de AINEs en casos de problemas de coagulación. El profesional debe buscar el analgésico que menor participación tenga en el proceso de coagulación.
– La administración de dosis de paracetamol durante periodos prolongados puede causar lesiones en el hígado, incluyendo necrosis hepática.
– Se aconseja no combinar AINEs con alcohol porque éste interfiere con sus efectos y potencia su hepatotoxicidad.
– Combinar corticoides y antiinflamatorios aumenta 20 veces el riesgo de hemorragia digestiva.