Tuca, bacha, punta, changa, cola, chinga, chicharra, chusta, calilla. Hay muchas formas de llamar la colilla de un cigarrillo armado de cannabis. Y, además de todo un diccionario, también se puede hacer arte con tucas.
Eso es lo que hace desde hace años Cliff Maynard, un artista nacido en Filadelfia, Estados Unidos, que hoy vive en una zona aislada, cerca de Vancouver, Canadá.
Maynard estudió en el Instituto de Arte de su ciudad natal. Pero se enfrentó a una realidad: hacer arte requiere tener ciertos recursos. En búsqueda de su propio estilo y ante la imposibilidad de costear insumos, Cliff vió que la solución estaba en su cenicero.
Cómo se hace arte con colillas de cannabis
El proceso de hacer arte con tucas es simple, pero requiere paciencia y, por supuesto, talento.
Cliff no usa el resto del cannabis, sino el papel de la colilla que suele tener diferentes tonalidades dependiendo de la cantidad de resina acumulada.
Este artista de las tucas toma pedacito por pedacito de papel para construir escenas y retratos. Con las diferencias de tono crea sombras y niveles haciendo un collage que requiere mucho criterio y calma.
La tuca es uno de los grandes dilemas del universo cannábico. ¿Qué hacer con ellas? Los que tienen los frascos llenos, suelen dejarlas atrás para quien quiera llevárselas.
Los que presienten próximas sequías o cosechas magras, optan por guardarlas para usarlas en la cocina o bien reunirlas en un nuevo armado, opciones no muy saludables. Cliff Maynard encontró una tercera opción impensada.
Por supuesto, cada tuca tiene su historia. Cliff empezó con sus propias tucas, lo que generaba un nivel de recursos limitado para su arte.
El artista Cliff Maynard toma pedacito por pedacito de papel para construir escenas y retratos. Con las diferencias de tono crea sombras y niveles haciendo un collage que requiere mucho criterio y calma
A partir de que su trabajo empezó a salir del secreto, otras personas comenzaron a aportar sus tucas: primero sus amigos, luego personas anónimas. Eso le dio al trabajo de Maynard un caracter colectivo.
Sus figuras son de un realismo que sorprende: desde escenas de la vida cannábica, hasta retratos de Snoop Dogg, John Lennon, Jim Morrison, Willie Nelson y el mítico Jack Herer.
Claramente los íconos de la cultura cannábica son su debilidad. A ellos los llama con cariño “Los guerreros de la hierba”.