A la hora de evaluar o confirmar los efectos terapéuticos de una sustancia, como puede ser el cannabis o una vacuna, se deben seguir una serie de investigaciones con objetivos delimitados por fases. Las fases de un estudio clínico son 4 y se dividen de acuerdo a sus características, la cantidad de participantes y el objetivo.
Fase 1
De acuerdo a la sustancia, puede existir una fase 1 temprana, apuntada a investigar los mecanismos de acción, sin objetivos terapéuticos y escasa o nula presencia de voluntarios humanos.
Recién durante la fase 1 se prueba la sustancia con un reducido grupo de voluntarios sanos apuntando generalmente a la seguridad de la sustancia, identificando dosificaciones y efectos adversos o los tiempos de excreción del cuerpo.
Fase 2
Durante la fase 2 se suele probar la efectividad de una sustancia para una patología determinada, generalmente en estudios con tratamientos similares o utilizando placebos, mientras que se siguen evaluando la seguridad y los efectos a corto plazo.
Fase 3
La fase 3 suele utilizar los grupos de voluntarios más grandes, en diferentes grupos etarios y diferentes dosificaciones además de evaluar la efectividad y las posibles interacciones con otros fármacos.
Fase 4
Una vez aprobados todos los protocolos de estudio las sustancias entran en una fase 4 donde se confirman los efectos terapéuticos y se establece la posible aparición de nuevos efectos adversos, generalmente con la sustancia ya lista para ser distribuida a farmacias, hospitales y centros de tratamiento.