Adriana Funaro, la cultivadora de cannabis para uso personal y medicinal que fue allanada y detenida el lunes en Ezeiza, fue liberada tras pasar tres días detenida en la comisaría 1° de Luis Guillón. Sin embargo, el juzgado negó a la defensa la excarcelación y dictó a Adriana la prisión domiciliaria. Sin derecho a transitar libremente, Funaro seguirá imputada por “siembra o cultivo de plantas destinadas a producir estupefacientes”, figura que prevé una pena de entre 4 y 15 años de cárcel.
El día del allanamiento la policía entró a su hogar con una orden por “cultivo y posesión de estupefacientes”, librada a partir de una denuncia anónima de un vecino que apareció en el lugar mientras se llevaba a cabo el allanamiento, sacó un arma de fuego y disparó frente a decenas de personas que se habían concentrado en el lugar. Tras el operativo, la policía secuestró 36 plantas, algunas semillas y goteros con aceite medicinal de cannabis.
Por ello, varios padres de niños con diversas patologías que se tratan con el aceite que hace Adriana se presentaron en el lugar para evitar su detención dado que, sin su ayuda, sus hijos se quedan sin su medicina. A su vez, Adriana usa marihuana con fines medicinales, para paliar los dolores que sufre a causa de su artritis.
En el día de ayer, decenas de activistas y familiares de niños con epilepsia se concentraron en la Unidad Fiscal de Investigación Nº2 de Ezeiza, a cargo del fiscal Carlos Alberto Hassan, para pedir la inmediata liberación de Adriana.
En horas del mediodía, la diputada nacional Carolina Gaillard (FPV), una de las máximas impulsoras de regulación del cannabis medicinal en el Congreso, se reunió con el fiscal Hassan para informarle los pormenores de los debates en el Parlamento. “Hablé con el fiscal en mi condición de presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, para explicarle los usos del cannabis medicinal y para que entienda que Adriana debe ser sobreseída”, dijo Gaillard a THC, quien confirmó el otorgamiento de la prisión domiciliaria a Funaro.
Si bien la prisión domiciliaria supone un beneficio, no resuelve la situación procesal de la cultivadora. “Lo que más necesitamos es la libertad definitiva de mi mamá, porque un arresto domiciliario no es una libertad. Vamos a ir por eso y después veremos cómo se resuelve la causa”, dijo la hija de Adriana, Micaela, en diálogo con THC.
En cuanto a la situación legal actual, Gaillard resaltó la necesidad de retomar de forma urgente la discusión en el Congreso, para que el Senado de media sanción a la regulación aprobada en Diputados a fines de 2016. “Lo que le ocurrió muestra que realmente las madres pueden ir presas”, analizó. “Es inadmisible que después del debate en el Congreso de cara a la sociedad que se dio en todo el país, viendo la demanda y necesidad del aceite de cannabis, una madre esté detenida por esta causa”.
Mientras se aguarda que efectivamente Funaro sea trasladada a la vivienda de su hija para cumplir allí la prisión domiciliaria, la defensora oficial, María Victoria Baca Paunero, analiza los pasos a seguir en pos de lograr el cambio de carátula y la excarcelación definitiva de Adriana.