Carmen tiene 80 años y es cultivadora de cannabis. Hoy, luego de años cuidando su jardín, no sólo planta para ella sino también para sus nietos.
Conoció el cannabis buscando una solución al dolor que le producía una escoliosis que se le diagnosticó hace alrededor de 15 años. Carmen siempre fue una mujer activa: es sexóloga clínica y amante de los viajes. Pero el malestar comenzó poco a poco a impedirle disfrutar de su trabajo y de su tiempo libre.
Desde Cipolleti, Carmen nos cuenta cómo nació su romance por las plantas y cómo es que hoy suma al bienestar de sus seres queridos.
¿Cómo te encontraste con el cannabis?
Yo llegue al cannabis por mi patología, tengo escoliosis, que realmente me dificultaba muchisimo moverme, me movía con bastón y cuando empecé con el cannabis vi que era una maravilla lo que hacía con respecto al dolor crónico, que lo hace desaparecer, no solo el dolor sino también la inflamación. Probé por primer vez hace 3 o 4 años.
¿Qué te llevó a cultivar?
Al poquito tiempo de haber empezado fui a las charlas de la ONG de aca, Cannabis Medicinal Rio Negro, y todo eso me fue enganchando cada vez mas. Quise capacitarme, busqué cultivadores responsables y lo empecé a cultivar yo también.
Tengo escoliosis, y realmente me dificultaba muchisimo moverme, andaba con bastón y cuando empecé con el cannabis vi que era una maravilla
¿Antes del cannabis cómo tratabas el dolor?
Tomaba lo mismo que todo el mundo: analgésicos y antiinflamatorios, lo que a la larga te produce una gastritis. La gastritis después a su vez te produce constipaciones. Se vuelve una seguidilla de medicamentos, eso es lo que hace que el cannabis, que hace desaparecer toda esa cadena de medicamentos.
¿Qué cannabis usás y cómo?
Yo tomo aceite. Tomo una cepa que tiene el 75% de THC, 25% de CBD a la mañana. Y una con más CBD a la noche para dormir, es un gran ansiolítico y relajante muscular. Y entonces los pacientes que tenemos muchos años nos levantamos mucho más relajados.
¿Tomás otra medicación?
Para este tema en particular solo tomo el aceite. Por mi edad tengo hipertensión, para eso tomo un medicamento para la presión, pero para el dolor nada más que el aceite.
¿Cómo cultivás?
En este momento tengo plantas autoflorescientes. Las cultivo afuera porque pienso que la luz del sol es muy diferente a la de los LEDs. Tengo con cepas con más CBD y tengo equilibradas. En este momento ya están saliendo los cogollitos para hacer mi aceite después. Tengo un jardincito muy chiquito acá en Cipoletti, porque vivo en el centro pero entran perfectamente mis plantitas.
Cultivo en exterior, tengo con cepas con más CBD y tengo equilibradas. En este momento ya están saliendo los cogollitos para hacer mi aceite después
Además del alivio del dolor, ¿hay algo más que te lleve a cultivar?
Sí, me enganché porque me fascina el fenómeno de la semilla echando la raíz, la raíz plantarla, cómo aparecen rápido las hojitas. También te cambia la vida el contacto con la naturaleza. Y también con los demás. Hace un tiempo empecé a cultivar también para mis nietos.
Sos una abuela especial
Es que para mi el consumo del alcohol en los jóvenes se puede volver un problema, todos esto de las previas me parecía no bueno en el sentido de los efectos secundarios terribles que tiene el alcohol. Entonces me pareció muchísimo más positivo que puedan compartir tranquilos una flor entre ellos: se relajan, se sacan tensiones y permite una mejor comunicación entre ellos.
¿Y cómo llegaste a ver eso?
Tengo una excelentísima relación con ellos, tienen entre 20 y 25 años. Un día les pregunté por qué fuman porro. Y me dicen: “mira abuela, porque realmente charlamos más tranquilos”. El problema es que la marihuana del mercado ilegal siempre está adulterada. Entonces dije: acá está la cosa. Por eso es que pregono lo natural.
Debe haber sido un cambio enorme en el vínculo con ellos
Siempre tuvimos una excelente relación. Después hablando con ellos me di cuenta de que acá en Cipoletti hay muchísimos más autocultivadores de los que pensamos, que tienen un placarcito para poder cultivar. Es una generación en la que son mucho más libres, mucho más pensantes. Nosotros éramos una generación con tantos mandatos que era terrible. Estaba la idea de que la marihuana era una droga que llevaba a otras drogas. Y en realidad es una puerta de salida.
El consumo del alcohol en los jóvenes se puede volver un problema. Entonces me pareció muchísimo más positivo que mis nietos puedan compartir tranquilos una flor entre ellos
¿Y qué cambió en tu vida poder dejar el dolor atrás?
Yo soy sexóloga clínica desde el 93. Me hago muchos fines de semana los 500 km hasta Las Grutas manejando sola y trabajo 6 horas seguidas en el consultorio, porque tengo muchísima gente, o sea que eso me permite llevar una vida a los 80 años con total plenitud.
¿Como sexóloga qué pensás del cannabis y la sexualidad?
Lo primero es que debería ser mucho más barato poder testear variedades y saber cómo están compuestas si uno lo necesita. Por suerte está empezando surgir un espíritu científico en relación al cannabis. Puntualmente como sexóloga, puedo decir que uno de los grandes problemas de sexología es la ansiedad. Creo que el CBD puede ayudar a las disfunciones sexuales relacionadas a eso. Y para el problema de la falta de orgasmos, sobre todo en muchas mujeres jóvenes creo que el THC puede ser muy útil, sobre todo por la intensidad de algunas sensaciones. Cuando usás variedades ricas en THC tenés más sensibilidad en la piel, más sensibilidad en todos los sentidos, lo que hace que la relación sexual pueda ser mucho más plena.