El mundo del cannabis también tiene sus mitos. La lista es larga, acá tratamos de desarmar algunos de los mitos más comunes para que creer en ellos no te compliquen el cultivo. Una guía para informarnos y tomar las mejores decisiones.
Mito 1: Las plantas se “contagian” el sexo por cercanía
El sexado es clave en el desarrollo de las plantas. Sólo las hembras van a darnos cogollos y, salvo que estés con ganas de trabajar en un proceso de crianza, los machos es mejor sacarlos del cultivo. Cuanto antes, mejor.
Las plantas definen su sexo y si bien una situación de estrés puede alterarlo, no pueden contagiarse entre ellas.
Lo que hace un macho si libera polen cerca de una hembra que está en el periodo de floración es polinizarla, llenándola de semillas en todos los cálices para dejar así su descendencia.
Otro mito dice que se puede reconocer el sexo de una planta por la forma de sus hojas. Cuidado: el sexo solo lo vamos a ver cuando la planta se haya desarrollado lo suficiente como para alcanzar la madurez sexual.
Esto podemos lograrlo colocándolas a 12 horas de luz y12 de oscuridad desde el momento de la germinación. Si la planta se desarrolla correctamente, podemos tenerla sexada en 25 días.
Y si conservaste un macho porque sentiste que era una pena deshacerte de él: dejalo ir cuánto antes. Cuando las flores macho se abran vas a polinizar las plantas de muchísimos metros a la redonda.
Mito 2: Sacar hojas le hace mal a la planta
Es un punto lleno de controversias. De hecho, en lo últimos años la defoliación es cada vez más utilizada por algunos cultivadores que sacan hojas saludables para permitir que entre más sol o luz y mejore la circulación del aire.
Pero hay que ser cuidadosos. Las hojas son el equivalente a un panel solar, son la fábrica de “alimento” para la planta. Quitar hojas saludables puede ser contraproducente si no lo estamos haciendo como parte de una técnica.
En ese caso si las hojas están sanas, verdes y vigorosas es mejor dejarlas hacer su trabajo y limitarnos a sacar las más viejas, o las que sufrieron un ataque intenso de plagas o ya están listas para desprenderse.
Mito 3: No regar al sol: el peligro de quemar la planta
Cuando el sol da de lleno a las plantas y necesitan agua, en algún momento casi todos dudamos de si había que regar o no, dejando las plantas deshidratadas por el resto del día hasta la noche.
El riego no se recomiendo durante las horas de sol. Sin embargo, si las plantas están deshidratadas hay que regarlas haya o no sol, de lo contrario las plantas van a sufrir las consecuencias de la deshidratación.
Podemos planificar el riego por la tarde o al caer el sol, para que las plantas se hidraten durante la noche. Lo mismo pasa si se hace por la mañana, antes de que haga mucho calor y necesiten del agua para bajar su temperatura.
El riego debe ser abundante y espaciado, en forma de lluvia. El uso de platos por debajo de las macetas y mulching por encima de la tierra colabora a que se hidrate el pan de tierra dentro de las macetas.
El efecto lupa de las hojas es un mito, pero de todas formas no es conveniente que las hojas o la planta entera se mojen muy seguido, sobre todo en floración, así se evita la aparición de hongos.
Enterrar materia orgánica y clavos en el sustrato
Colocar en la maceta elementos como fósforos para aportar fósforo, clavos o tuercas oxidadas para aportar hierro, cáscaras de huevo junto con cascaras de bananas y otras frutas no es para nada acertado.
Es importante entender que los nutrientes que la planta necesita son microscópicos y se hallan disueltos en el suelo.
Muchas de estas prácticas generan que se pudra materia orgánica en el sustrato, atrayendo insectos indeseados como moscas y gusanos.
Es importante aportar los nutrientes adecuados y de manera correcta.