La forma de pino es clásica en muchas variedades. Esto, si bien da cuenta de un desarrollo natural, puede no ser lo mejor por varios motivos. Por esa razón, realizar una poda cuidadosa de nuestras plantas puede ser una buena decisión.
> Cuando se aplican podas a una planta durante su desarrollo vegetativo se puede modificar su estructura y aumentar así la cantidad de ramas, lo que resulta en la posibilidad de obtener más cogollos.
> Podando las ramas inferiores -que son las que menos luz reciben- la fuerza de desarrollo se centra en la parte superior de la planta y el resultado se refleja en cogollos más grandes.
> Cuando se remueve el brote de la punta principal, hay un movimiento de hormonas que hace que los demás cogollos de las otras puntas aumenten su grosor.
> En plantas índicas, con cogollos principales más compactos y densos, al podarlas, la fuerza de desarrollo se distribuye, el cogollo principal no será tan ancho, lo que lo hará menos propenso a ataques de hongos en zonas húmedas.
> Se puede podar para reducir el tamaño de la planta y mantener la discreción en un cultivo en exterior, o agrandarla para asegurarse que aunque una parte de la planta sufra algún accidente -puede ser un quiebre de ramas en una tormenta- siempre haya una parte que pueda salvarse.