De acuerdo a cifras publicadas por la consultora Headset, los mercados legales orientados al uso adulto de los estados de California, Colorado, Oregon, Nevada y Washington experimentaron un aumento del 47% en ventas de porros prearmados o prerolls: de 640 millones de dólares durante 2019 a 941 millones durante 2020.
Según la misma consultora solo la venta de flores secas superó a los prearmados, con un 54% de aumento en el mismo período. La estimación del crecimiento total del mercado cannabico es de un 39% durante 2020.
Según algunas distribuidoras consultadas por Headset, el crecimiento en la venta de prearmados es un fenómeno nacional, con ventas que en algunos casos llegan al 144% de crecimiento anual comparando enero de 2020 con enero de 2021.
Solo la venta de flores secas superó a los prearmados, con un 54% de aumento en el mismo período. La estimación del crecimiento total del mercado cannabico estadounidense es de un 39% durante 2020.
Además de las precauciones sanitarias que limitaron compartir cigarrillos e instauraron el porro individual, productores y dispensarios afirman que el prearmado es una opción popular entre quienes quieren probar distintas o nuevas variedades.
Al presentarse en distintos tamaños (un gramo, medio o “miniporros”) los prerolls permiten mayor flexibilidad en los precios y también son comprados principalmente por usuarios ocasionales, turistas y aquellas personas que no saben armar. También son populares los paquetes que ofrecen varias unidades, de la misma variedad o distintas.
El crecimiento se dio a pesar de que en septiembre del año pasado, una empresa del estado de Michigan llamó a retirar del mercado un lote de prearmados contaminados deliberadamente con saliva humana, un hecho que alcanzó las noticias nacionales.
El cannabis y su crecimiento
La industria cannábica legal fue una de las actividades que se mantuvo en crecimiento durante la pandemia que afectó la economía global durante 2020, con medidas de excepción que declararon dispensarios como comercios esenciales y la migración de trabajadores de áreas que sufrieron los efectos de la cuarentena como bares y restaurantes.
En nuestro país, a pesar de la prohibición y la persecución a personas usuarias o cultivadoras, durante la pandemia se produjo un verdadero el boom del autocultivo.
El fenómeno impulsó el crecimiento de fabricantes, distribuidoras y growshops en todo el país.