La Hemp Association de Botswana, destacó que el cáñamo, así como otras plantas que hay en esa nación africana, puede ser muy beneficioso para la economía local. No se trata sólo de las posibilidades comerciales, sino también de la generación de más puestos de trabajo en un país cuya desocupación llega casi al 20%.
Peo Taukobong, miembro de la asociación, señaló que el cáñamo puede ser materia prima de más de 50 mil productos y que la agrupación tiene planes de explotar el potencial económico de la planta. Además aseguró que “aunque nuestra ley dice que es ilegal, la ONU advierte que es legal siempre que se utilice con fines industriales”.
En 2015, Renée Johnson, especialista en políticas agrícolas elaboró un informe para el Parlamento norteamericano en medio del debate sobre la regulación cañamera. Allí destacó que el hemp mueve en ese país una industria que genera U$S 580 millones anuales en ventas.
Más allá de los usos industriales, algunos de los alimentos que se elaboran con la planta son: aceite para cocinar, harina, helados, quesos, golosinas y chocolate. El aceite extraído de la semilla de la planta posee un 80% de ácidos grasos esenciales, más que cualquier otro aceite vegetal. Por su parte, la semilla de cáñamo contiene un 25% de proteína de alta calidad y es más fácil de digerir que la soja o el lino. Propiedades más que relevantes para un país como Botswana en el que, según datos de la ONU, casi el 27% de la población sufre de malnutrición.