Cannábicas, así se llama el primer documental colaborativo feminista del mundo vinculado a la planta.
Reúne más de 200 testimonios de usuarias y cultivadoras signados por la violencia de la prohibición a lo largo de treinta países.
“Un ejercicio de inclusión de la perspectiva de género en el movimiento activista y en la industria cannábica desde una mirada feminista, antiprohibicionista, decolonial, diversa, de reducción de riesgos y daños, y por los derechos humanos”, desde ese lugar se planta el trabajo de Clara Sativa, su directora.
Clara es periodista independiente, activista por los Derechos Humanos, cofundadora de Mujeres Cannábicas y Red Estatal de Mujeres Antiprohibicionistas (REMA) y parte de Marihuana Televisión.
Hablamos con ella sobre feminismos y autocultivo, emancipación, cuerpo y territorio.
¿Cómo surge la idea del documental?
Durante la última década tuve la suerte, como periodista cannábica, de viajar por el mundo y recorrer Latinoamérica, y conocí muchas mujeres poderosas con las que tejí redes y amistades. Al mismo tiempo se estaba creando, en 2016, REMA, RELAMUCA, en México, Cannábicas Latinas, en Chile, RENFA, en Brasil, y Argentina ya contaba con experiencias de Encuentros de Mujeres Cannábicas. Decidimos aliarnos a nivel global y, en enero de 2019, sacamos la convocatoria para realizar un video de denuncia, de cara al 8 de marzo. Fue increíble la participación, superó todas nuestras expectativas. Incluso una semana antes, cuando habíamos cerrado la convocatoria, seguían llegando testimonios.
¿Y cómo viviste esa experiencia?
Indescriptible. Cuando lo pienso me emociono. Fue muy abrumador porque no era posible editar un video como habíamos pensado: contábamos con más de diez horas de material y, con mis compañeras Polita Pepper (REMALUCA) y Belén Riveros (Cannábicas Latinas), nos resultaba muy difícil decidir qué no entraba porque teníamos mucho material increíble y colaborativo, por eso pensamos en un documental, que finalmente salió el 26 de febrero, por YouTube, para que cualquier persona pudiera verlo de forma gratuita. Las horas de archivo que finalmente no estuvieron en Cannábicas forman parte de posibles continuaciones que puede tener este proyecto.
“Desde el autocultivo hasta aquellas liberaciones que nos faltan a las mujeres, son necesarias para nuestro desarrollo personal: cuando hablamos de políticas de drogas hablamos también de salud pública y derechos humanos”
¿Qué relación se puede leer entre autocultivo, emancipación, goce, justicia social y ecofeminismo?
El ecofeminismo sería la emancipación social de las mujeres en especial, y de la planta también, por supuesto: ella en sí misma es una herramienta de emancipación. Liberar el autocultivo es terapia, goce, autonomía y justicia social.
¿Por qué crees que en los últimos años las luchas por la legalización y el derecho al autocultivo se han hermanado con las luchas feministas?
Todas estas emancipaciones, desde el autocultivo hasta aquellas liberaciones que nos faltan a las mujeres y nuestros derechos humanos, son necesarias para nuestro desarrollo personal. Cuando hablamos de políticas de drogas hablamos también de salud pública y derechos humanos. A raíz de las luchas feministas, que tienen muchísima más historia que la lucha por la legalización de la marihuana, la coincidencia reside en que las mujeres comenzamos a visibilizarnos y compartir, desaprender y reaprender junto a movimientos más amplios y que van de la mano totalmente, porque ambos reclaman la liberación del cuerpo, el placer, la consciencia. Las experiencias de usuarias medicinales, de Mamá Cultiva, por ejemplo, nos enseñan esa relación emancipatoria del autocultivo y las políticas de cuidado: Valeria Salech dice en el documental que eso te permite la autogestión de tu propia salud y los tuyos, y eso es lo maravilloso de esta planta.
“La prohibición es patriarcal, reproduce constantemente la violencia hacia los cuerpos de las mujeres, personas diversas y territorios”
El uso medicinal comenzó a generar otra mirada sobre el cannabis, pero la persecución a usuarias, usuarios y cultivadores sigue vigente, ¿cómo crees se puede desestigmatizar esta planta milenaria?
Como venimos haciendo todo este tiempo tantas mujeres y personas diversas: informando, educando, compartiendo conocimiento. Hablar de todos los usos: no solo de administración por vía vaporizada o aceite, sino todos los usos industriales, espirituales. Hablar y compartir. Con eso conseguiremos tumbar el patriarcado, porque la prohibición es patriarcal, reproduce constantemente la violencia hacia los cuerpos de las mujeres, personas diversas y territorios. La madre tierra y las mujeres del mundo decimos basta a esos abusos y queremos un mundo verde, más justo y más humano.