Consumir cannabis a través de alimentos es menos dañino para el organismo que fumar, dado que se evita la aspiración de los gases tóxicos que se desprenden de la combustión. Sin embargo, debemos tener en cuenta que:
– Es preferible usar cogollos en lugar de marihuana prensada, especialmente si se trata de usuarios medicinales..
– Si se usa marihuana prensada es aconsejable limpiarlo previamente: primero sacar las hojas, las ramas y las semillas, y luego sumergirlo en agua y calentarlo al fuego para eliminar la mayor cantidad de impurezas, siempre presentes en el cannabis del mercado negro. Es importante tener en cuenta que la vía menos dañina de administración del prensado es mediante las comidas.
– Durante la digestión el THC produce efectos psicoactivos más potentes. Por eso, la dosis de cannabis que se utilice para cocinar debe ser menor a la empleada al fumarlo o al vaporizarla.
– Como referencia, para una persona de 70kg no habituada a esta forma de consumo, la cantidad que se aconseja consumir se ubica entre 0,1 y 0,5 gramos de cogollos secos, o entre 0,5 y 2 gramos de manicura de hojas.
– Al ingerir cannabis por vía oral los efectos comienzan a experimentarse entre 30 y 60 minutos después del consumo, es decir, tardan en aparecer mucho más que cuando se fuma (entre 5 y 10 minutos).
– Los efectos tienen mayor duración y son más potentes. En ese sentido, no es aconsejable volver a consumir antes de sentir los efectos ya que si no se respeta la dosis recomendada éstos pueden durar más horas de lo deseado y, en algunos casos, pueden no ser agradables.