El cannabis puede cultivarse perfectamente en invierno. Además de tener algunas cuestiones en mente, también podemos mejorar el tamaño de las plantas sumando horas de luz. Muchas terrazas o patios aún pueden dar una buena cosecha en los meses fríos del año. Por supuesto, el invierno tiene sus desafíos.
Tenemos que tener en cuenta que esta estación además de contar con las temperaturas más bajas, según el lugar donde vivamos suele estar aparejado también con baja humedad. Además, las lluvias demoran más tiempo en secarse y lidiamos también con las heladas nocturnas.
Pero si sumamos adecuadamente más luz al cultivo, la producción final puede aumentar sensiblemente. Para eso es central seguir el ritmo lumínico que tiene la estación. También va a ser de gran ayuda lograr temperaturas no muy bajas en las noches gracias a algún tipo de cobertura.
Más luz, más cogollos
Sumar luz artificial a nuestro cultivo nos sirve para extender y mejorar el vegetativo, como también aprovechar del calor que producen las lámparas.
Si sumamos adecuadamente más luz al cultivo, la producción final puede aumentar sensiblemente. Para eso es central seguir el ritmo lumínico que tiene la estación.
Para elegir nuestra luminaria debemos tener en cuenta nuestro espacio de cultivo y si está expuesto directamente a la lluvia. Por eso es importante tener medidas más o menos precisas para calcular qué tipo de luces vamos a necesitar y en qué cantidad.
Con cerramiento
Si contamos con un cerramiento podemos usar fuentes de energía clásicas. Las tradicionales lámparas de sodio que nos exigen al menos unos 40 cm de distancia con respecto al ápice de las plantas, van a ser de mucha ayuda.
Sin cerramiento
Si no contamos con invernáculo, usaremos luces que sean aptas para el exterior. Pueden ser galponeras (recomendamos 4 de 100w por metro cuadrado y sin el cobertor plástico que trae) hasta luces de led de cultivo, que su potencia variará según el tipo de tecnología (para este caso recomendamos seguir las recomendaciones del fabricante).
Uso de timers
Con un timer controlamos las horas donde la luz estará prendida. Idealmente, las luces que sumemos tienen que estar prendidas en los últimos momentos de la tarde. El límite es que haya al menos 4 horas de oscuridad plena antes de la claridad del amanecer.
Las luces que sumemos tienen que estar prendidas en los últimos momentos de la tarde. El límite es que haya al menos 4 horas de oscuridad plena antes de la claridad del amanecer.
Cuanto más horas pasemos asistiendo más rápido crecerán nuestras plantas si el resto de las condiciones de cultivo son las adecuadas. Para desencadenar el proceso de floración basta con apagar las luces o dejarlas prendidas solo durante el día.