La reproducción sexual de las plantas de cannabis es una de las más simples y efectivas de la naturaleza: al abrirse las flores de las plantas macho, finísimos granos de polen son transportados por el aire a distancias que pueden alcanzar kilómetros. Esto nos servirá para hacer semillas en casa.
Cuando estos granos de polen alcanzan las flores de las plantas hembras, más precisamente los pistilos, se genera una semilla. Eso hará que la planta hembra deje de producir resina y se concentre en la producción de semillas.
Cuando estos granos de polen alcanzan las flores de las plantas hembras se genera una semilla. Eso hará que la planta hembra deje de producir resina y se concentre en la producción de semillas
Por esa razón es sumamente importante controlar las plantas macho. Si no vamos a usarlas para reproducción, pueden polinizar no solo nuestro cultivo, sino los del barrio entero.
Por eso, conservar un macho sin controlarlo es algo que debemos evitar por nosotros y por los demás.
Cómo hacer nuestras propias semillas
Las plantas de cannabis se pueden incluir entre las más prolíficas. Una sola planta puede generar miles de semillas con muy pocas flores.
Cada cáliz, hogar de los pistilos en forma de V que usamos para calcular la maduración de la flor, es capaz de albergar una futura semilla. Un solo cogollo puede producir semillas para cubrir varios cientos de metros con plantas.
Producir semillas para futuros cultivos es extremadamente fácil: solo se necesita una planta hembra y una planta macho.
Si comparten el espacio de cultivo y entran en floración juntas, el proceso se dará naturalmente y al final de la maduración de la planta hembra, tendremos cogollos llenos de semillas.
Siempre se recomienda que estos procesos de reproducción se den en espacio cerrados, lo que nos va a permitir controlarlos y evitar que afecten otras plantas, propias o ajenas
Eso sí, siempre se recomienda que estos procesos de reproducción se den en espacio cerrados. Esto nos va a permitir controlarlos y evitar que afecten otras plantas, propias o ajenas.
Debemos contar con un espacio aparte donde permitir que una planta macho florezca lo suficiente para liberar una buena cantidad de polen.
Polinización selectiva: paso a paso
- Recoger el polen: Una vez que las flores del semental elegido se abren y comienzan a liberar polen, podemos recogerlo en cualquier tipo de envase hermético, desinfectado y seco. Salvo que vayamos a polinizar una gran cantidad de plantas, con una pequeña cantidad alcanza.
- Cuándo polinizar: Si es posible, realizaremos la polinización inmediatamente después de recogido el polen. Caso contrario, puede conservarse en el freezer, protegido de la humedad, durante algunos meses.
- Uso de pincel: Para el proceso de polinización, que simplemente consiste en hacer llegar el polen de forma controlada a las flores que seleccionemos, podemos utilizar un pincel de cerdas suaves, un papel doblado o incluso abrir las flores macho sobre los cogollos.
- Cómo aplicar el polen: Simplemente mojamos el pincel en el polen y suavemente “acariciamos” las flores seleccionadas. Tener en cuenta que cuanto más desprolijo sea el método, tendremos mayores posibilidades de polinizar otras flores.
- Qué cogollos polinizar: Los cogollos a polinizar pueden ser tanto los cogollos principales como cogollos secundarios o inferiores de menor calidad. Solo hay que recordar que el proceso de maduración de las semillas se estima en unos 45 días, por lo que debemos dejar pasar ese tiempo mínimo para obtener semillas aptas para germinar.
- Identificación: Marcar las ramas para reconocerlas al momento de la cosecha y secado ayuda a recoger las semillas más fácilmente. Debido a que una vez maduras pueden desprenderse con un ligero movimiento, debemos tratar estas normas con especial cuidado.
Otra técnica es utilizar una bolsa de papel con el polen dentro, cubrir el cogollo unas horas y retirar la bolsa. Se puede usar un rociador de agua en caso de que el polen se desparrame por el resto de la planta o afectemos cogollos vecinos, ya que el polen es extremadamente sensible a la humedad y pierde su capacidad de fertilización.
A los pocos días de ocurrida la polinización notaremos los primeros cambios: los pistilos se marchitan como al final de la maduración y el cáliz comienza a hincharse ligeramente hasta alcanzar un tamaño que delata el contenido de una semilla, especialmente si se trata de una variedad de cálices pequeños como las sativas.
Cómo recoger y guardar las semillas
Los cogollos polinizados, retirando las semillas, pueden usarse de igual manera que los cogollos sin polinizar.
Una ventaja de la polinización selectiva es que podemos “sacrificar” esas ramas y dejarlas secar más de la cuenta para facilitar el proceso de recolección.
Una vez recogidas las semillas es importante separarlas de cualquier materia vegetal y almacenarlas en un recipiente hermético para evitar la humedad
En algunas variedades alcanza un suave toque para desprender las semillas, otras pueden necesitar algo más de presión.
Es importante separarlas de cualquier materia vegetal y almacenarlas en un recipiente hermético con sílica gel para evitar la humedad.
Las semillas pueden almacenarse en la heladera hasta el momento de la germinación, aunque debemos evitar introducir y sacar el recipiente varias veces, ya que podemos afectar la capacidad de germinación además de generar humedad en el interior del recipiente por condensación.