El proyecto de ley que presentó la semana pasada el Ministerio de Desarrollo Productivo nacional para habilitar la industria del cannabis medicinal y el cáñamo es seguido con atención en las provincias del país.
Si bien también existen varias compañías internacionales que están a la expectativa del nuevo marco regulatorio, las más deseosas de avances son aquellas que ya firmaron convenios de desarrollo en las diferentes iniciativas que se encuentran en marcha en la Argentina.
Ahora, San Juan proyecta comenzar a fin de año la primer producción de aceite de cannabis medicinal dentro de un marco público-privado. Se trata de un esquema similar al que ya existe en la provincia de Jujuy.
Rumbo a la producción
La compañía provincal es Cannabis Medicinal San Juan (CANME), que montó un parque industrial y estableció acuerdos con distintas empresas internacionales, tanto para el cultivo de la planta, como así también la extracción de cannabinoides en laboratorio y la formulación de aceites.
La última novedad es que esta semana comenzó la construcción de la infraestructura destinada al cultivo que será llevado a cabo por las empresas Mediplant y Green Health, de origen israelí y uruguayo, respectivamente.
Además, en San Juan esperan la llegada de varias decenas de semillas provenientes de bancos internacionales para empezar la germinación en la entrada de la primavera.
“Cada empresa tiene una parcela inicial para el cultivo, pero está previsto que en el mismo lugar puedan aumentarlo. Ya empezaron con la instalación de luces y riego”, le cuenta a THC Ariel Lucero, ingeniero agrónomo y uno de los directores de Canme.
“En la primera etapa, el cultivo está planteado en la condición indoor. Pero no imposibilita que en el futuro también se haga en exterior”, agrega.
“La producción va a cargo de los privados y es independiente la comercialización. La idea es exportar”, dice Ariel Lucero, director de la compañía provincial Cannabis Medicinal San Juan.
Lucero detalla que en esta primera etapa Mediplant tendrá a cargo tres hectáreas de cultivo, mientras que Green Health utilizará solamente una dentro del predio de Canme, donde también hay otras compañías extranjeras que están iniciando la construcción del laboratorio para la elaboración del aceite.
Para lograr el objetivo de comenzar la producción de aceite medicinal hacia fin de año, en San Juan proyectan un período corto de cultivo. “Dentro de las variedades que pensamos, hay algunas que son autoflorecientes”, cuenta Lucero.
En cuánto a las genéticas que las empresas van a utilizar en el cultivo, aún no está definido totalmente. “Pedimos semillas a siete bancos diferentes, pero nos han manifestado que tienen una falta de disponibilidad de semillas”, dice Lucero sobre la falta de stock de los desarrolladores de las variedades.
De todos modos, en San Juan sí tienen claro los niveles de concentraciones de cannabinoides. “Tenemos pensado altos niveles de CBD y bajos de THC. También hay bancos que nos han ofrecido CBG. Lo vamos a terminar de definir esta semana”, dice Lucero, quien también proyecta la producción local de germoplasma.
“Vamos a hacer que San Juan tenga un producto a un precio accesible, para farmacias u obras sociales. Será junto a una nueva compañía que produzca para el sector local”, adelanta el director de CANME, Ariel Lucero.
Por otro lado, Lucero cuenta que, en caso de aprobarse la ley del Gobierno nacional, la producción del aceite tendrá tres caminos. “Primero, tendrá que pasar por autorización de ANMAT y una vez que se estabilice el producto, irá al sistema de salud, comercio interno y externo”.
Las leyes que existen
En la actualidad, el marco normativo nacional solo prevé la producción de cannabis para fines medicinales. A grandes escalas de cultivo, pueden intervenir actores privados siempre y cuando sea en convenio con algún organismo del Estado.
Para lograr el objetivo de comenzar la producción de aceite medicinal hacia fin de año, en San Juan proyectan un período corto de cultivo. “Dentro de las variedades que pensamos, hay algunas que son autoflorecientes”, cuenta Lucero.
Por su parte, a nivel hogareño, está permitida la producción de cannabis para uso medicinal, terapeútico o paliativo del dolor. Se trata de aquellas personas que están inscriptas en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) y que pueden cultivar para sí mismos o terceros.
A escala mediana se espera que se habilite la inscripción de Asociaciones Civiles que podrían cultivar para un grupo de usuarios. Sin embargo, aún existe un límite de nueve plantas por cultivo que debería ser revisado por el Ministerio de Salud.
Estas reglas del juego cambiarían en caso que el Poder Legislativo nacional apruebe el proyecto de ley que elaboró el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
En caso de sancionarse su iniciativa, no solo que los actores privados van a poder producir cannabis sin estar en convenio con el Estado. Además, estarían habilitados a comercializar, tanto adentro como fuera del país, en caso que los apruebe la agencia que se crearía para tal fin.
El proyecto oficial también prevé incentivos para pequeños productores y cooperativas que también podrían obtener licencias de producción.
Toda la legislación, de momento, apunta exclusivamente al cannabis para uso medicinal. En cuanto al cannabis para uso adulto, la ley penal (23.737) se mantiene intacta y sigue previendo penas de hasta 15 años de prisión por cultivar la planta.
Debate federal
Uno de los puntos de mayor controversia en el debate sobre el proyecto de ley es quién será la autoridad de aplicación que apruebe o desapruebe las iniciativas corporativas.
Mientras que Kulfas propone que sea la Nación, las provincias reclaman, al menos, ser parte de la mesa chica de la agencia. Hay otros más duros, como Alberto Rodríguez Saá, de San Luis, que desea que la decisión pase solamente por las provincias.
“Cada empresa tiene una parcela inicial para el cultivo, pero está previsto que en el mismo lugar puedan aumentarlo. Ya empezaron con la instalación de luces y riego. En la primera etapa, el cultivo está planteado en la condición indoor”, cuenta el ingeniero agrónomo Ariel Lucero.
San Juan no solo está a la espera de la sanción de la ley nacional de producción cannábica, sino que también ha sido un actor protagonista en su elaboración. “Hemos podido colaborar con consultas y Kulfas conoció el proyecto. Estamos trabajando conjuntamente con nuestros legisladores para hacer un aporte”, dice Lucero sobre el debate parlamentario.
Aunque Lucero afirma que “es una ley que necesitamos para complementar lo que las provincias ya empezamos”, también existen críticas. “Hay cuestiones que se pueden ver y mejorarse, como la regulación del tema de licencias”, dice Lucero con respecto a un debate que se volverá crucial en el Congreso.
En cuánto a la industria del cannabis, “lo que hacemos es generar las condiciones para que el privado desarrolle la actividad: adquirimos un predio, se equipó con infraestructura de seguridad y fibra óptica”, puntualiza el director de Canme. “Es una política del Gobierno provincial que lleva tiempo”, dice.
Más allá de que a primera producción de aceite se exportaría, en Canme aseguran que buscarán hacer partícipes a nuevas empresas que sí se dediquen al mercado interno.
“Vamos a hacer que San Juan tenga un producto a un precio accesible, para farmacias u obras sociales. Será junto a una nueva compañía que produzca para el sector local”, cierra Lucero.