Hace 10 años que Karina Uribe se zambulló en el mundo del cannabis. Como muchas mujeres, es usuaria y una apasionada por la planta. Pero en su caso, ese amor se transformó en su profesión.
Karina, nacida en Santiago de Chile, estudió administración hotelera. Primero asegura que no encuentra una relación entre esa diploma y su tarea en la industria del cannabis, pero luego de pensarlo un poco asegura que “en el fondo algo tiene que ver”. “Me encanta hablar con la gente”, nos dice.
Hoy es la directora comercial global del banco BSF. Esto significa que es la persona responsable de que el banco español se abra paso en el universo cannábico. “Trabajo desde los inicios del banco, lo quiero como a un bebé”, cuenta.
En un ambiente donde los hombres son amplia mayoría, Karina se ganó un lugar a fuerza de capacidad de trabajo y creatividad.
¿Cómo ves la presencia de las mujeres en la industra cannábica?
Yo nunca me sentí una extraña en este mundo. Casi todos mis compañeros son hombres, yo llevo años en esto y me gusta trabajar con ellos. Más allá de eso, veo cambios que son importantes. Al principio, cuando empecé a trabajar de esto había muy pocas mujeres en la industria y cada vez son más. Eso me encanta. Creo que las mujeres aportan mucho al desarrollo de buenas estructuras, además de poner su pasión.
“Cuando empecé a trabajar de esto había muy pocas mujeres en la industria y cada vez son más. Creo que las mujeres aportan mucho al desarrollo de buenas estructuras”
¿Cuál es tu vínculo con tu trabajo’
Me gusta porque me gusta el cannabis, yo soy usuaria, pero también me encanta conversar con la gente, escuchar sus historias y poder hablar de esta planta amiga. Siempre doy gracias por poder trabajar en esto y con un grupo que verdaderamente funciona como equipo.
A partir de tus años de experiencia: ¿cómo ves el escenario cannábico en Latinoamérica?
Todo creció mucho. Pienso en dos exposiciones a las que fuimos, en dos primeras ediciones. A la Cannabis Expo de Colombia fuimos en 2014 y fuimos a la primera Expo Cannabis Argentina en 2019. Y la gran diferencia fue la cantidad de gente. En ese sentido, la exposición de Buenos Aires fue realmente impresionante, mucha gente de todas las edades. De alguna manera dejó en claro cuánto avanzó el cannabis en estos años.
¿Y cuál fue tu experiencia como expositora?
Mucha gente se acercó a preguntar sobre cultivo. Muchísima. No hay dudas que se trata de un rubro que está plenamente en auge, no sabemos cuál será su techo, pero de momento no para de crecer.
¿A qué crees que se debe?
A muchas cosas, claramente hay cantidad de gente a la que le gusta la marihuana. Pero en los últimos años el gran impulso fue el cannabis medicinal y a eso hay que sumar la pandemia: la gente que cultiva aumentó mucho. Las personas están más en sus casas y pueden dedicarle más tiempo a cultivar. Muchos usuarios y usuarias se volcaron al autocultivo. La gente quiere saber cómo cultivar, se está interiorizando, ya no quiere comprar en un mercado ilegal, quiere saber lo que está fumando, quiere un cannabis de buena calidad.
“La gente quiere saber cómo cultivar, se está interiorizando, ya no quiere comprar en un mercado ilegal, quiere saber lo que está fumando, quiere un cannabis de buena calidad”
¿Qué es lo que más te interesa del fenómeno?
Lo que más me gusta es que la gente quiera aprender y mejorar todo el tiempo su cultivo. Porque tu puedes tener las mejores semillas, pero las semillas no son milagrosas. Tienes que dedicarle tiempo, controlar las condiciones, alimentarla, prestarle atención a la planta. Estamos hablando de un ser vivo al que tenemos que cuidar para que nos de lo mejor que puede darnos.
¿Crees que hubo mejoras en la manera de cultivar?
En relación a lo que veía hace 10 años mejoró muchísimo. Había mucho más miedo, para empezar. Todo era por lo bajo. ¡Hasta no hace tanto, mucha gente no sabía lo que era un indoor! Tardó mucho en empezar a haber información disponible y hoy eso cambió. Aparte todo lo que necesitas para hacer tu cultivo, todos los productos, se masificaron. Antes no había ni distribuidoras, apenas algunos grows. Ahora las personas tienen herramientas a mano, más allá del problema de acceder a las semillas que sigue siendo el gran desafío.
El diagnóstico es positivo
Sí, pero queda mucho por aprender. Un ejemplo se puede ver con las semillas. La gente que empieza a cultivar siempre pide variedades automáticas, mucho más que feminizadas. Y todavía, en cultivo interior, quizás te encuentras con alguien que no sabe que puede cultivar una planta de ciclo largo. De hecho, en BSF nos preocupa brindar información para que se puedan manejar las semillas de mejor forma y poder sacar los mejores resultados.
“Lo primero que tiene que pasar es que el cannabis se legalice, es la llave de todo lo demás. Y es importante que ocurra a nivel regional, para que no haya barreras legales entre países”
¿Qué falta para dar el gran salto cannábico en el continente?
Lo primero que tiene que pasar es que el cannabis se legalice, eso es lo que falta, es la llave de todo lo demás. Y es importante que ocurra a nivel regional, para que no haya barreras legales entre países. Para los bancos de semillas, eso es clave, porque nos obliga -al igual que a quienes cultivan- a estar al filo de la ley. Todos los aspectos del cannabis deberían regularse, para que la gente plante tranquila y los bancos de semillas también podamos trabajar en paz.
¿Cómo te imaginás un escenario legalizado?
Creo que Latinoamérica puede destacarse por el desarrollo del cultivo personal. Obviamente sería ideal que puedan abrirse clubes y dispensarios. Pueden darse muchos escenarios diferentes, pero claramente imagino gente que va a estar con menos estrés, que va a descansar mejor sin miedo a tener un problema con la policía por elegir sentirse bien. Por muchas razones, de lo que estoy segura es que va a haber mucha más gente feliz.