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cannabis en australia @thecvault

Australia recibe a profesionales de la salud que migran para trabajar con cannabis medicinal

Hace años que el Work and Travel es un fenómeno establecido. Cada año –aún con la pandemia del coronavirus- cientos de jóvenes argentinos viajan a Australia para trabajar en la cosecha de kiwis o en ganadería. Pero en los próximos años podría sumarse un nuevo rubro agrícola: el cannabis.

Incluso, la migración de profesionales de la salud hacia la isla oceánica ya es un hecho. Ante el crecimiento de la industria medicinal del cannabis, cada vez más doctores, veterinarios y científicos de todo el mundo se instalan en Australia para desarrollarse en esta especialidad.

De hecho, además de los tratamientos con cannabis en ciertas patologías, en el país ya se vienen desarrollando experiencias para usar la planta para ayudar a las personas con consumos problemáticos de otras sustancias.

A finales del año pasado había 30 mil usuarios inscriptos para acceder al cannabis. Hacia marzo, ya se había superado el número de 45 mil personas registradas: representa un aumento superior al 50% en menos de tres meses.

Ese escenario está convirtiendo a Australia, histórico destino de inmigrantes, es una verdadera meca de la medicina cannábica.

Aunque no hay cifras exactas, varios medios locales resaltan que no paran de llegar profesionales de todo el mundo para formarse en la práctica médica con la planta.

Potencia económica

El fenómeno va acompañado de políticas de estado que, de momento, mantienen entre paréntesis la regulación del uso adulto.

En diciembre pasado, la Administración de Productos Terapéuticos (TGA, por sus siglas en inglés) anunció la habilitación de la venta libre en farmacias de productos que contengan CBD.

Los comerciantes que quieran poner estos productos a la venta deberán contar con la aprobación de la autoridad sanitaria, posterior a los testeos correspondientes.

Si bien el foco de Australia está puesto en la regulación medicinal, ya su capital despenalizó la tenencia de 50 gramos y el cutivo de hasta dos plantas para uso adulto

Por supuesto, además de una decisión sanitaria hay un fuerte cálculo económico. En Australia, el mercado medicinal del cannabis proyecta no solo uno de los mayores crecimientos a nivel mundial. Además, perfila a la isla oceánica como una de las principales potencias internacionales para los próximos años.

Según un estudio de la consultora local FreshLeaf Analytics, las ventas de cannabis para uso medicinal, terapéutico o paliativo del dolor superarían los US$ 200 millones para el fin de este año. Esta cifra significa un aumento superior al doble, en comparación a 2020.

Por otro lado, la cantidad de pacientes que deciden incorporar al cannabis en su tratamiento también se mantiene en un constante crecimiento.

El mismo informe señala que a finales del año pasado había 30 mil usuarios inscriptos para acceder al cannabis. Hacia marzo, ya se había superado el número de 45 mil personas registradas: representa un aumento superior al 50% en menos de tres meses.

Para todos los usos

Al ritmo de las principales economías mundiales, Australia aprobó en 2016 el uso del cannabis para fines medicinales, terapéuticos o paliativos del dolor. Para acceder al tratamiento, las personas solamente deben contar con una receta de un médico.

Según un estudio de la consultora local FreshLeaf Analytics, las ventas de cannabis para uso medicinal, terapéutico o paliativo del dolor superarían los US$ 200 millones para el fin de este año. Esta cifra significa un aumento superior al doble, en comparación a 2020.

Pero con el correr del tiempo, el país parece encaminarse a paso firme hacia una regulación más amplia. Y ya hay signos concretos.

En septiembre de 2019, Canberra, la capital australiana, despenalizó la tenencia de 50 gramos y el cultivo de hasta dos plantas para uso adulto.

“La reforma de la reglamentación sobre el consumo de drogas en todo el mundo demuestra que minimizar las infracciones permite obtener mejores resultados, tanto a nivel mundial como social”, aseguró en su momento el Jefe de Gobierno de Canberra, Andrew Barr.