El lavado de raíces es una práctica frecuente al finalizar nuestros cultivos. Se trata de regar solo con agua durante las últimas semanas de vida de la planta.
Justamente por tratarse de una práctica en la que se utiliza agua, tenemos que ser conscientes de cómo y cuándo hacerlo para evitar un uso excesivo de un recurso tran preciado.
El objetivo del lavado de raíces es que exista una escasez momentánea de recursos en el suelo que provoque que la planta consuma las reservas que existen en el medio interno.
El lavado de raíces se hace en un contexto de un plan nutricional para mejorar el sabor, eliminando posibles restos de nutrientes que interfieren con el sabor y con la temperatura de combustión. Pero si nos enfrentamos a un exceso de nutrientes poco podrá hacer este método para mejorar nuestra cosecha, ya que tiene límites relacionados con cada planta.
Distintas maneras de hacer un lavado de raíces
Dependiendo del medio y tipo de fertilización que usemos, lavaremos las raíces de forma diferente, pero todos comparten la necesidad de usar agua sin fertilizantes. Algunos preferirán agua de ósmosis o destilada para este proceso. Pero con agua de la canilla sin cloro se pueden obtener muy buenos resultados.
El objetivo de este proceso es que exista una escasez momentánea de recursos en el suelo que provoque que la planta consuma las reservas que existen en el medio interno.
Lavado de raíces en medios inertes
Para cultivos en medios inertes o planes de fertilización exclusivamente minerales, es decir aquellos métodos donde el cultivador regule cuándo y cómo come la planta, existen productos conocidos como “flush” o “lavadores de raíces” que andan bien para eliminar de forma precisa estos residuos.
Lavado de raíces en suelo vivo
En los sistemas de cultivo del tipo suelo vivo esta práctica es muy poco frecuente ya que se trata de métodos donde la alimentación va dirigida al suelo y es este quien mediante complejas relaciones tróficas establece un equilibrio con la planta del cual puede obtener todos los elementos necesarios para el desarrollo.
Esto nos ahorra la necesidad de realizar un lavado de raíces como tal, aunque es verdad que en estos métodos se suelen usar preparados enzimáticos para tal fin.
Recomendaciones a la hora de lavar raíces
Lo que no recomendamos es realizar el método antiguo, que consiste en hacer pasar por la maceta tres veces su volumen en agua. No solo se trata de un método de arrastre, sino que muchas veces es ineficaz para limpiar todas las impurezas.
Lo que siempre se recomienda, antes de pensar en un lavado de raíces, es planificar la nutrición y usar nutrientes de calidad.
Estas condiciones de estrés son las ideales para el desarrollo de hongos, más con las condiciones de temperatura y humedad que afectan a nuestra región en esta época del año. Por ello recomendamos siempre planificar la nutrición y usar nutrientes de calidad.