Dos compañías cañameras de Washington y Colorado, EEUU, se aliaron para desarrollar una planta descortezadora móvil con capacidad de 10 toneladas por hora y capaz de montarse en un camión, para abaratar la cosecha y ofrecer un servicio ágil a los productores del país que les permita acceder a mejores rendimientos y mayor participación en el mercado.