Integrantes de la Red de Personas con VIH-Sida Mar del Plata anunciaron que recibieron los primeros certificados para poder cultivar legalmente.
Esto se debe a que fueron aprobados sus trámites en Registro de Programa Cannabis (REPROCANN) para poder plantar y transportar cannabis medicinal, en el marco de la reglamentación de la ley 27.350.
A más de ocho meses del anuncio de ese nuevo marco regulatorio, Estela Carrizo, una de las referentes de la organización, confirmó que la semana pasada ella y su pareja ya tuvieron la autorización correspondiente para formar parte del Registro que administra el Ministerio de Salud de la Nación.
En ambos casos se autorizó el máximo permitido: tener 9 plantas en floración, poder transportar hasta seis frascos de 30 centímetros cúbicos por persona y hasta 40 gramos de flores secas.
“Desde que se aprobó la reglamentación estamos tratando de obtener datos precisos para inscribir a nuestra organización. Fue bastante complicado comprimir todos los archivos que nos solicitaban pero pudimos anexar toda la documentación”, contó a THC Estela Carrizo.
Estela y su pareja serán las primeras personas con VIH con certificado para cultivar cannabis legalmente. Ahora buscan que Red de Personas con VIH-Sida Mar del Plata puede plantar como organización
En un principio la idea era anotar a la organización para que se habilite un cultivo colectivo, pero esa opción todavía no está habilitada por el Ministerio: “Primero decidimos inscribirnos como cultivadores individuales para tener un resguardo de nuestro cultivo. Estoy conforme con el proceso del REPROCANN, fue dinámico, pero sí es un obstáculo importante que aún no se le permita a las organizaciones estar inscriptas”, explica Carrizo.
Estela vive con VIH hace más de 35 años. El cannabis fue fundamental para garantizar su calidad de vida: “El cannabis es antiinflamatorio y reduce la batería de medicamentos que se asocian a nuestra condición. Cultivamos hace más de 15 años, siempre nos acompañó”, nos cuenta.
También funcionó para crear lazos entre personas que también viven con el virus: “Cuando nos diagnosticaron no teníamos muchas alternativas de sobrevida. En los grupos de autoyuda fumábamos y eso nos permitió mantenernos conectados con la vida, tener buen ánimo y hasta ganas de comer”, recuerda Estela.
Además de brindar apoyo y asesoramiento a personas con VIH, la red también garantiza el acceso al cannabis a pacientes con cáncer, personas de la tercera edad y a quienes conviven con otros diagnósticos.
“Nuestra relación con la planta es de mucha espiritualidad, es una planta de poder, es un espíritu con el cual nos sentimos acompañados y bendecidos, la planta nos marcó el camino”, afirma Estela.
De todas maneras, desde la asociación alertan sobre la falta de acceso a la información y el rol del Estado respecto a los tratamientos para las personas con VIH.
“Todavía necesitamos bastante educación sobre el uso de cannabis en nuestra comunidad. Nuestra agenda de salud está captada por laboratorios, y nosotros vamos más rápido que los servicios de salud sobre las distintas alternativas”, explica Estela refiriéndose al cannabis como una vía medicinal que debería profundizarse.
El cannabis, no sólo permite cuidar la salud, sino que también podría permitirle a muchas organizaciones proveer de la planta y sus derivados a otras personas.
“Tenemos poco acceso al trabajo. A través del cultivo de cannabis, además de trabajar con la tierra y que sea una alternativa terapéutica, también aspiramos a ser proveedores del estado. Tenemos expectativas sobre el marco legal de la producción de cannabis medicinal y el cáñamo“, detalla Estela Nos formamos como cooperativa este año, cultivamos desde hace años y se vende el cannabis a un valor solidario, eso se entrega a socios adherentes”.