La localidad de Croissy-Beaubourg, cerca de París en Francia, se convertirá en la primera ciudad en inaugurar un edificio público construido en gran parte con materiales ecológicos de cáñamo.
El edificio fue construido por el estudio de arquitectura Lemoal Lemoal y se trata de un centro deportivo llamado Pierre Chevet, ubicado en el centro de la localidad.
El centro deportivo Pierre Chevet es el primer edificio público municipal en el mundo en utilizar materiales de cáñamo en su construcción.
Con un área para practicar deportes, baños y vestuarios, el centro cuenta con una superficie de 380 metros cuadrados en un innovador diseño sin columnas, con arcos de madera a la vista que se incorporan a la estructura construida con paneles de cáñamo.
Si bien el exterior está recubierto de paneles de cemento blanco para proteger el cáñamo de la intemperie, en su interior dejaron varias áreas sin cubrir donde pueden apreciarse los bloques fabricados con la planta. Los revoques y terminaciones también están realizadas con cáñamo.
El futuro es una planta
La construcción con cáñamo hace varios años es una realidad en muchos lugares del mundo, con Francia como uno de los pioneros en el desarrollo de materiales de construcción premoldeados o premezclas para terminaciones y fachadas, además del uso en viviendas y domicilios particulares.
En el caso de los bloques de construcción, se realizan con la fibra leñosa del interior del tallo, molida e integrada con materiales como cal o cemento. Además, la fibra corta resultante del procesamiento de los tallos es agregada como ayuda para un resultado más homogéneo.
Los bloques de construcción de cáñamo son termoaislantes y acústicos y reducen la necesidad de incorporar materiales sintéticos a la construcción del edificio.
Conocido como Hempcrete y elaborado por distintas empresas, el proceso sigue la misma técnica que los biopolímeros realizados con fibra de cáñamo y una sustancia natural como amalgama como es el caso del ácido poliláctico.
Incluso en Argentina en los años 60 se desarrolló un material llamado Linex, que estaba elaborado con aserrín, lino y cáñamo, utilizado para hacer muebles y paneles de construcción. El proyecto se llevó a cabo en la localidad de Jáuregui, provincia de Buenos Aires y algunas de las casas de la zona todavía cuentan con paneles en perfecto estado de conservación.
En el caso de los bloques utilizados para el centro deportivo, en las pruebas mostraron una resistencia al fuego de hasta 30 minutos (30 REI) lo que quiere decir que expuestos a temperaturas de combustión, puede resistir ese lapso de tiempo sin afectar su integridad estructural.
Además son termoaislantes y acústicos, lo que redujo la necesidad de incorporar materiales sintéticos a la construcción del edificio.
Por otro lado, tanto las plantas cultivadas como los bloques realizados con la cosecha fueron producidos en un área circundante de 500 kilómetros cuadrados, reduciendo la huella de carbono del transporte de materiales de construcción tradicionales como la cal o el hormigón.