El cannabis comienza a salir de la ilegalidad en todo el mundo. Y ese proceso, imposible sin el trabajo incansable de organizaciones civiles, criadores, cultivadores y emprendedores, está delineando una nueva industria.
A diferencia de otras, en la industria del cannabis no es extraño escuchar hablar de solidaridad, colaboración y tratos justos. Es que, más allá de económico, todas las personas que la componen aseguran querer que se mantengan encendidos los valores de la comunidad cannábica.
Es el caso de Javier Arce, que con apenas 31 años es uno de la personas que más conoce la nueva industria por dentro. De América a Europa, es habitual verlo como invitado en conferencias y presentaciones.
Javier hizo su camino entre plantas, trimeó en 2015 y 2016 en California, y en 2017 viajó a Barcelona “a ver qué onda” lo que estaba pasando en la capital de los clubes cannábicos.
Sin embargo, a seis años de cambiar su barrio porteño de Floresta por la ciudad catalana, todavía tiene el ojo puesto en el mercado de la planta que está brotando en su país.
“Todo pasa por algo”, dice en diálogo con THC el representante en Barcelona de la compañía de iluminación austríaca SanLight.
Su nacimiento el Día de la Independencia; la convicción que hay que tener “puro amor”, como tiene tatuado en sus nudillos; son algunas de las cosas que piensa Arce sobre el continúo retorno a cómo se desarrollará el cannabis en Argentina y cuál podría ser su rol. Él ya sabe que pasa en los principales mercados internacionales.
Arce viajó por diferentes lugares del mundo como representante de ventas de productos destacados de la industria del cannabis. Durante años trabajó para la compañía estadounidense Mammoth Microbes, que produce bioestimulantes a base de bacterias para las plantas de cannabis.
Pero también tiene un estrecho contacto los cutivadores y criadores de cannabis: en dos ocasiones fue jurado en copas españolas.
“El cannabis me cambió muchas cosas pero todas fueron positivas, crecí como persona. Siempre me vi trabajando como ahora pero no sabía que se podía”, reflexiona Arce sobre su trayectoría.
“El cannabis me cambió muchas cosas pero todas fueron positivas, crecí como persona”, asegura Javier Arce, representante de la empresa de iluminación SunLight
Por sus pasos, no es casual que haya conocido gente “increíble” como define él, de los que más han luchado por el autocultivo y por mejorar la productividad a pesar de la ilegalidad.
En el camino encontró a personas como Juan González Pena, creador del sustrato Growers y a Federico Budasoff de Lion Rolling Circus, a quien conoció en la Cannafest Prague de 2017 y que hoy será el distribuidor los productos austríacos a través de su línea Grass Hope.
Sin dudas, tampoco es loco que haya conocido a su primer empleador, Collin Bell, científico creador de Mammoth, en el baño del Cannabis Social Club “Choko”.
Hoy todo suena simple, pero su recorrido fue cuesta arriba. Una vez instalado en Barcelona, durante bastante tiempo lo único que conoció una gris legalidad, hizo un curso de catalán para trabajar en la playa y sumó un tatuaje de Ganesh en el brazo, el dios hindú con cabeza de Elefante.
El tatuaje de Ganesh parece premonitorio, fue el que te llevó a la empresa “Mamut”
Estaba medio bajón porque en dos días me volvía y lo que sentí con Barcelona que es una gran ciudad: playa, personas super buena onda, una movida cannábica terrible y muchos argentinos. Entonces decidí ir al Choko y ahí conocí a Nicolás Barra, un especialista en agronegocios especializado en la industria. El trabajaba con Bell, el dueño de Mamut, al que conocí literalmente en el baño. Al día siguiente me invitaron a cenar y me comentaron que estaban por arrancar una gira por Europa que terminaba en Las Vegas pero que querían seguir en contacto conmigo. Finalmente nos encontramos con Bell en Buenos Aires, y después de cenar una milanesa arranqué una gira por Chile, Colombia y Uruguay, no como empleado pero sí como invitado.
En Chile y Uruguay ocurrieron algunos problemas de logística de Aduana con el producto y ayudé a liberarlos. Como soy especialista en Comercio Exterior y tenía algo de experiencia, pudimos entrar a la feria con las muestras. El loco no lo podía creer; yo, menos. Al mes siguiente, en noviembre de 2017, tuve mi contrato y comencé como representante de ventas en España junto a Barra. Hasta que, lamentablemente, nos despiden.
¿De qué manera empezaste a trabajar en SanLight?
Cuando estuve trabajando en la Spannabis, tenía el stand al lado. No sabía qué hacer porque me había quedado sin trabajo y todavía no podía vivir en Barcelona. Si bien aparecieron rápido algunas ofertas de trabajo, me la jugué preguntando en SanLight si había algún puesto libre. Me pidieron una carta de intención en la que les compartí mis dos pasiones: el comercio, en general, y el cannabis. Entonces, Martin Anker, CEO de SanLight, me ofrece ser su representante en Barcelona. Todo pasa por algo. Al principio no lo entendía pero fue un sueño mejor quedarme acá, con la residencia y trabajar con ellos desde finales de 2019.
“La iluminación con la que trabajamos es de alta eficiencia para cultivos interiores para que la planta realmente exprese su mejor versión. Es un producto tecnológico avanzado porque no calienta y es sostenible porque tiene potencialidad de uso de 15 años”, detalla Arce
Participaste de la Expo Cannabis Argentina con este producto, ¿qué repercusiones tuvo?
Fue increíble la experiencia. Teníamos un stand chico pero los que aparecieron flashearon. Hasta se me acercaron del CONICET porque están interesados para la creación de un laboratorio de investigación y producción de cannabis medicinal en el Municipio de Tigre. La iluminación con la que trabajamos es de alta eficiencia para cultivos interiores para que la planta realmente exprese su mejor versión. Es un producto tecnológico avanzado porque no calienta y es sostenible porque tiene potencialidad de uso de 15 años. Creo que a través de nuestros productos vamos a subir un poco el nivel en Argentina ya que podríamos dar soporte a todas estas grandes ideas que hay. El miércoles ya salió el primer pedido y van a ingresar al país 3 palets vía marítima con 35 luces.
¿Cómo es la situación de legalidad en Barcelona?
Es otra cosa. España es uno de los países que más produce lo que se consume en otros países de Europa. Hoy en día, el formato del club es en el único en que el Estado permite fumar. Es como un gris que ahí dentro se puede y pasan cosas muy buenas como charlas y talleres. Hay 500 clubes en Barcelona y en toda España habrán 3000, además de 1500 growshops mientras que en Argentina hay solo 400. Y, si bien podés cultivar en tu casa, no podés fumar en la calle. De todas maneras, es una multa, como una contravención más que un delito.