Automatizar la fertilización y el riego es un verdadero desafío, puesto que no solamente se debe tener en cuenta la cantidad de agua que nuestra planta necesita, sino también la necesidad de establecer un sistema que permita la correcta administración de nutrientes.
En este caso, veremos qué opciones hay para hacer un riego automático en un cuarto de cultivo.
Correctamente configurado, el sistema de riego automático presupone un enorme ahorro de recursos y esfuerzos. Esto va tanto para el autocultivador como para el productor a gran escala.
Correctamente configurado, el sistema de riego automático presupone un enorme ahorro de recursos y esfuerzos, tanto para el autocultivador como para el productor a gran escala.
Hay desde sistemas que funcionan sin la necesidad de electricidad, bomba y demás hasta los más complejos, que son activados por sensores electrónicos de humedad. Pero todos persiguen lo mismo: administrar en la dosis justa la cantidad de agua que la planta necesita a lo largo del día.
Opciones de riego automático
Existen macetas que se conectan a un tanque externo que va liberando agua conforme un pequeño depósito interno se vacía a medida que la planta consume, pensadas especialmente para el cultivador hogareño. No requieren electricidad para funcionar y admiten ser conectadas en serie o con depósitos individuales, según nos convenga.
Otros métodos también pensados para el jardinero de hogar consisten en la adición de un sensor de humedad analógico construido con una cámara interna de arcilla, que se coloca enterrado en la tierra. Este está conectado al suministro de agua y permite el paso de la misma conforme la humedad de la tierra que lo rodea va cayendo.
Todos los sistemas persiguen el mismo objetivo: administrar en la dosis justa la cantidad de agua que la planta necesita a lo largo del día.
Para quienes necesiten mayor tecnificación, existen sistemas propulsados por bombas de agua que sirven para regar grandes cantidades de plantas. Consisten en un depósito de solución nutriente que se administra de forma simultánea a todas las unidades conectadas. Pueden encenderse de forma manual o estar conectados a un sensor de humedad que se clava en el sustrato en varias macetas para que el encendido y apagado sea autónomo.
Precauciones
No debemos olvidar el monitoreo del pH y la electroconductividad, que suele hacerse con medidores de estanco, que dan mediciones continuas, o con los clásicos electrodos portátiles que todos conocemos.
No debemos olvidarnos el monitoreo y la corrección del pH y la electroconductividad, ya que la automatización nunca va a ser completa.
Debemos corregir los valores de forma manual y periódicamente, ya que la automatización del riego puede ahorrarnos mucho trabajo pero nunca va a ser completa.