Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, más del 54% de los niños argentinos son pobres. Por eso, en el país existen una infinidad de actividades solidarias para las fiestas de navidad y fin de año. Y el rubro cannábico no se queda fuera
En este sentido, uno de los growshops más emblemáticos del país juntará donaciones de juguetes y las personas que se acerquen a ayudar, esta vez recibirán un premio por su solidaridad: semillas de cannabis.
Se trata de una movida creada por Lugannabis, el local ubicado en el barrio porteño de Villa Lugano que entregará “semillas mágicas” a cambio de juguetes que se encuentren en buen estado.
“La idea es tratar de hacer algo más que solo vender y fumar. A veces la comunidad cannábica tiende mucho a mirar hacia adentro, pero desde Lugannabis queremos hacer las cosas distintas y por eso queremos tratar de contribuir con lo nuestro para los pibes”, le dice a THC Nicolás Geniso, uno de los fundadores del local.
Luciano Arruga fue hostigado por la policía bonaerense para que delinquiera con la promesa que la zona iba a estar “liberada”, luego que las fuerzas le encontraran una tuca en sus bolsillos, según le ha contado a THC su hermana Vanesa Orieta, hace diez años.
La intención que los niños y niñas del barrio 12 de octubre, en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador, puedan tener un juguete nuevo para la próxima navidad. Por eso, las donaciones se entregarán al Espacio Luciano Arruga, en homenaje al joven de este barrio que hace 12 años fue desaparecido por la policía de la provincia y, cinco años más tarde, fue encontrado como NN en el Cementerio de Chacarita.
Geniso, que además es miembro de la Asociación Argentina para la Producción, Crianza e Investigación de la semilla de Cannabis (CriaCann) dice que “regalar un par de semillas implica un riesgo para nosotros pero es por una causa noble. Si podemos, lo seguiremos haciendo. Por ahora, es la manera con la que nosotros podemos ayudar”.
“Yo creo que uno de los máximos beneficios que nos da la planta es que nos hace ser mejores personas. Nos hace estar en conexión con el resto del mundo que también son nuestros pares”, asegura Geniso sobre el mensaje que transmite desde que fundó Lugannabis, en 2014.
Es que, más allá de que su distribuidora y growshop es una unidad de negocio como cualquier otro emprendimiento, su propuesta como tienda de insumos cannábicos considera que es “distinta” o “no muy común” ya que trabajan de manera cooperativa siendo hoy un grupo de son 14 personas que se reparten ganancias de manera equitativa.
“Creo que no se puede hacer nada solo en este mundo. Nosotros tratamos de laburar en grupo y, si bien soy la voz cantante, trabajamos y vivimos de manera cooperativa. Por este motivo es que tratamos de estar siempre en sintonía y con empatía con los otros”, agrega Geniso.
La historia de Luciano Arruga
Los familiares y amigos de Luciano Arruga aún piden que se haga justicia a casi 13 años de que se lo viera por última vez con vida y que recién en 2014 se lo encontrara enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita.
Arruga, al igual que varios adolescentes que se crían en los barrios de la periferia de las principales ciudades, fue hostigado por la policía bonaerense, luego que las fuerzas le encontraran una tuca en sus bolsillos, según le ha contado a THC su hermana Vanesa Orieta, hace diez años.
Entonces, los efectivos extorsionaban a Arruga, que por aquel entonces tenía 16 años, para que robara con la seguridad que la policía le “liberaría” la zona”. Luego, el joven tenía que entregarle el dinero del delito.
Sin embargo, Arruga siempre se negó a ser un ladrón. Pero la situación se puso cada vez más tensa y la policía lo amenazaba con mayor insistencia. Hasta que una noche, el joven de Lomas del Mirador intentó escaparse de un patrullero que lo perseguía y cruzó la Avenida General Paz a pie, donde lo atropelló un auto.
“La idea es tratar de hacer algo más que solo vender y fumar. A veces la comunidad cannábica tiende mucho a mirar hacia adentro, pero desde Lugannabis queremos hacer las cosas distintas y por eso queremos tratar de contribuir con lo nuestro para los pibes”, le dice a THC Nicolás Geniso, uno de los fundadores del local.
Hasta el momento, se desconoce si aquel impacto con el auto fue la causa instantánea de la muerte de Arruga y si el joven podría haberse salvado en caso que lo trasladaran a un hospital. Lo cierto es que estos hechos recién se conocieron cinco años después de su desaparición, en el año 2014 cuando su cadáver fue descubierto como un NN en el Cementerio porteño de la Chacarita.
Por eso, la figura de Luciano Arruga no solo es una bandera contra los casos de gatillo fácil que, año tras año, se acumulan. Según los informes anuales que realiza la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), desde el año 1983 fueron asesinados por la policía unas 7.587 personas.
Pero además, Arruga también es un símbolo del abuso que puede cometer la policía con la herramienta de la prohibición y la supuesta guerra contra las drogas. Los efectivos utilizaron la tuca como el chivo expiatorio necesario para que el joven cometiera delitos para ellos. El resultado fue un adolescente muerto y una institución policial que perpetúa su impunidad.