La Justicia Brasil autorizó a la organización Amme Medicinal para cultivar, manipular y distribuir cannabis con fines medicinales entre sus asociados. Si bien se trata de la tercera organización en lograr este tipo de permiso, se trata de una decisión extraordinaria en un país donde aún no se debate ningún tipo de regulación.
La decisión fue tomada por el Tribunal Federal de Pernambuco luego de la presentación de una solicitud de amparo por parte de la Defensoría Pública de la Unión. La decisión beneficia a 108 miembros de la entidad, ubicada en la localidad de Recife, quienes no pueden producir el aceite por sus propios medios.
La jueza federal Joana Carolina Lins fue quien dio luz verde al amparo. En su resolución estableció que Amme Medicinal debe adoptar las medidas necesarias para evitar el uso indebido del cannabis y llevar un registro de todos los pacientes beneficiados así como las recetas a través de las cuales se prescribió su consumo y los informes que demuestren que las personas ya han probado con otros medicamentos para tratar sus patologías.
“Según la Constitución brasileña, el médico es quien define el tratamiento del paciente, por lo que el Tribunal se basó en este derecho de mantener el tratamiento para quienes ya tenían autorización. Pero fue necesario convencer al fiscal, realizar audiencias públicas y mostrar a la población y a las autoridades la existencia de nuestro trabajo”, dijeron desde Amme Medicinal a THC.
Amme Medicinal es una organización sin fines de lucro creada y es sostenida por los mismos pacientes que hacen uso del cannabis con fines medicinales.
Además de producir el aceite, brindan asesoramiento médico y jurídico. Entre las 108 personas que se beneficiarán a partir de ahora con la autorización judicial hay diagnósticos de fibromialgia, autismo, parkinson, epilepsia y dolor crónico entre otros.
Avance
“El consumo de cannabis sigue siendo un gran tabú, pero disminuye cada día y en nuestro estado (Pernambuco) ya está arraigado culturalmente en el hábito de muchas familias”, agregaron desde la organización.
La regulación del cannabis en Brasil, como en toda la región, está en el centro del debate y conviven diferentes normas con fallos judiciales que hacen diferentes interpretaciones acerca de en qué circunstancias se debe autorizar.
Una norma aprobada en el 2006 que reconoció el uso médico de la planta en Brasil, fue el fundamento que permitió que algunas familias hayan logrado plantar en sus domicilios, siempre justificando la necesidad médica
La Ley de Drogas de Brasil prohíbe el cultivo de marihuana en términos generales. Sin embargo, una norma aprobada en el 2006 que reconoció el uso médico de la planta, fue el fundamento a través del cual algunos individuos y familias han logrado plantar en sus domicilios, siempre justificando la necesidad médica.
En junio de este año una comisión de la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que pretende legalizar el cultivo para fines medicinales e industriales. Sin embargo, la iniciativa se encontró con un cuerpo legislativo que todavía no ha decidido darle impulso.
Jair Bolsonaro se manifestó en contra, ironizó sobre su posible aprobación y dijo que si Luiz Inácio Lula da Silva volviera al poder “plantará marihuana” en los jardines de la residencia oficial.
A partir del 2015 la Corte Suprema comenzó a discutir a través de sus fallos la despenalización de la tenencia y el consumo personal de sustancias ilícitas.
En 2017, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) incluyó al cannabis sativa dentro de la lista oficial de medicamentos y, dos años después, el mismo ente regulador aprobó la fabricación y venta de productos a base de cannabis con fines medicinales pero, para poder fabricarlos y venderlos, aún es necesario importar los insumos.