Desde ahora, en la ciudad canadiense de Quebec solamente podrán ingresar a los 500 dispensarios de cannabis aquellas personas que cuenten con el esquema completo de vacunación contra el coronavirus. Se trata de una decisión que ya genera polémicas.
Se trata de una medida que definió el ministro de Salud local, Christian Dubé, pero que previamente había sido consensuado con la industria cannábica que decidió acompañar la disposición para que la sociedad se vacune y se reduzcan tanto los contagios del virus.
En la ciudad canadiense de Quebec solamente podrán ingresar a los 500 dispensarios de cannabis aquellas personas que cuenten con el esquema completo de vacunación contra el coronavirus. Se trata de una decisión que ya genera polémicas
Si bien en el país del norte la tasa de vacunación contra esta enfermedad es del 80% -una de las más altas a nivel mundial-, Quebec continúa siendo una de las ciudades más afectadas por la variante Omicrón desde que se detecto el primer caso en noviembre pasado.
Canadá acumula un total cercano a los 800 mil y ya superó las 3omil personas muertas. La obligatoriedad de presentar un “pasaporte de vacunación” ya estaba vigente en esa provincia para acceder a centros de salud, instalaciones deportivas cubiertas, bares, boliches y cines ya que una cuarta parte de los 8,5 millones de habitantes no está inoculada.
“Este es un primer paso que estamos dando. Debemos proteger nuestro sistema de salud. Si los no vacunados no están contentos, hay una solución muy simple: ¡vayan a buscar su primera dosis, es gratis y fácil!”, explicó Dubé en la conferencia de prensa a principio de mes cuando anunciaba la nueva medida.
Una medida masiva
En Canadá, el cannabis es legal desde 2018. Desde ese entonces, las ventas tuvieron un crecimiento exponencial. Según los datos oficiales, en enero de 2020 se aportaron unos 5.800 millones de dólares canadienses al Producto Bruto Interno. Pero al año siguiente, la cifra subió casi el doble, con un total de 11.032 millones de dólares canadienses.
El crecimiento económico hace creer que gran parte de la población canadiense es usuaria de cannabis y cliente de los dispensarios.
De hecho, la Oficina de Estadísticas de Canadá detalló en un informe publicado en 2019 que una de cada seis personas utilizan la planta con diferentes fines, lo que significa un total de 5,7 millones de canadienses.
Por este motivo, uno de los primeros efectos de la medida en Quebec fue que, automáticamente, se disparó el número de reservas de turnos de vacunación. De acuerdo a los números oficiales del Gobierno publicados en el Washington Post, pasaron de 1.500 personas a 6.000 por día.
El nuevo plan que también prohíbe el ingreso a tiendas de venta de licores, comenzó a notarse a las pocas horas y al parecer se transformó en el más exitoso mecanismo de fomento a la vacunación, principalmente en la franja etaria de mayores de 18 años.
En Canadá, el cannabis es legal desde 2018. Desde ese entonces, las ventas tuvieron un crecimiento exponencial. Según los datos oficiales, en enero de 2020 se aportaron unos 5.800 millones de dólares canadienses al Producto Bruto Interno. Pero al año siguiente, la cifra subió casi el doble, con un total de 11.032 millones de dólares canadienses.
Por otro lado, la obligatoriedad de presentar un “pasaporte de vacunación” ya estaba vigente en esa provincia para acceder a centros de salud, instalaciones deportivas cubiertas, bares, boliches y cines ya que una cuarta parte de los 8,5 millones de habitantes no está inoculada.
“Esto es muy difícil en este momento, pero estamos tomando todas las medidas para asegurarnos de minimizar el impacto en nuestro personal y en el sistema”, expresó el ministro de salud.
Además, remarcó que el 50% de los internados por coronavirus en los hospitales en esa provincia son personas que no están vacunadas, siendo un aproximado de entre 2.000 y 3.000 afectados y, según un informe del Montreal Gazette, la capacidad de cuidados intensivos de esa provincia es de 319 camas. En este sentido, lamentó que no “se queden en sus casas” poniendo en riesgo la salud de los demás.
Por último, el martes pasado, el primer ministro de Quebec, François Legault, anunció que empezarían a multar a las personas que no deseen vacunarse. Si bien no está confirmado, el principal objetivo es que los no inoculados contribuyan al sistema de salud pública que está sobrecargado.