Cultivar cannabis genera gases de efecto invernadero. Si bien es cierto, la conclusión de la Universidad Estatal de Colorado no es completa y funciona como un argumento para sostener el prohibicionismo. Sobre todo porque se asegura que la industria de la planta es más perjudicial para el medio ambiente que la extracción del carbón: el combustible fósil más contaminante de la historia.
Además, la extracción del carbón libera otros gases de efecto invernadero, como el metano.
Sin embargo, hay ciertos matices que aparecen en la investigación publicada en la revista Nature Sustainability, que suelen ser pasados por alto pero sirven para entender un problema mayor que ocurre en torno a la producción de cannabis legal en Estados Unidos.
El dato más estridente del artículo es que el cultivo legal de la producción de la planta en ese país puede generar entre dos y cinco toneladas de gases de efecto invernadero por kilo, según el lugar. Es decir, según los científicos detrás del estudio, 30% más de lo que generan las minas de carbón en Colorado, estado donde se hizo la investigación y donde se mina 23 millones de toneladas de carbón al año para la producción de energía eléctrica.
“Lo mejor es elegir una locación con mucho sol para evitar consumir tanta energía pero como eso puede ser difícil, lo principal es utilizar luces LED. Además, realizar cultivos orgánicos también ayuda porque reduce los gases de efecto invernadero generados por la industria de los fertilizantes y pesticidas químicos”, recomiendan desde la Coalición Sustentable del Cannabis de Estados Unidos.
“Las emisiones que provienen de cultivar 28 gramos de cannabis, dependiendo de dónde se cultive en los EE. UU., son casi lo mismo que quemar un promedio de 40 litros de gasolina”, afirmó Hailey Summers, estudiante de posgrado en ingeniería mecánica y autora principal del estudio.
Sin embargo, la propia investigación explica por qué ocurre esto en base a un artículo previo llevado a cabo por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley. “El 80% de la producción de cannabis en Estados Unidos se realiza en indoors”, detalla el instituto que depende del Departamento de Energía de Estados Unidos. “Esto se debe por las bajas temperaturas que tiene gran parte país durante todo el año”, continúa.
Por lo tanto, los productores utilizan grandes cantidades de energía para replicar las condiciones climáticas ideales para que la planta crezca y exprese todo su potencial. Se estima que la industria gasta el 1% de la electricidad que se produce en EE.UU. y en términos de dinero es equivalente a seis mil millones de dólares.
Qué rol juega la prohibición
Con todas las cifras sobre la mesa, la conclusión a la que llega el estudio de la Universidad Estatal de Colorado es que la gran problemática ambiental no es la producción de cannabis en sí misma; sino el cultivo en indoors.
De hecho, un informe llevado a cabo por el organismo Cannabis Energy Report en 2018 indica que el cannabis que crece al aire libre genera 22 kilos de gases de efecto invernadero por kilo. Y cuando se realiza en invernaderos es de 326 kilos. En ambos casos, números sensiblemente menores a los del indoor.
Por otro lado, el Instituto de Innovación de Recursos de Estados Unidos, una ONG que busca mejorar los estándares de producción de los cultivos agrícolas, señala que un indoor promedio consume la misma electricidad que 14 casas.
“El formato en exterior es mucho más eficiente. Solo usa el 2.5% de esa energía y un invernadero, que está en el medio de los otros dos, utiliza el 45% de la energía en comparación a un indoor”, sintetizan desde el organismo.
El problema es que en Estados Unidos, el cultivo al aire libre no es legal y el cannabis continúa prohibido a nivel federal. Esta situación desencadena que la única opción viable sea el cultivo en indoor y, por lo tanto, se utilicen grandes cantidades de energía para la producción.
Promesas rotas
Antes de asumir como presidente, Joe Biden declaró públicamente que legalizaría el cannabis a nivel federal. Esa promesa aún no fue cumplida. Mientras tanto, en los estados donde la planta es legal, las situaciones son similares. Por ejemplo, en California solo se han otorgado licencias para cultivar en indoor y en invernaderos pero no en exterior.
Aún así, el estudio muestra en un mapa que la industria del cannabis en California genera menos gases de efecto invernadero que su vecino de Colorado. “En el norte de California o en el sur de Oregon se puede cultivar al aire libre sin problemas por las condiciones climáticas. Pero las regulaciones actuales complican eso, sobre todo porque los costos burocráticos son mayores. Por eso la gran mayoría termina en indoors”, explicaron distintos cultivadores de la región a la revista Político.
El estudio realizado por la Universidad Estatal de Colorado asegura que la industria del cannabis utiliza el 1% de la electricidad que se produce en todo Estados Unidos y que significan seis mil millones de dólares.
A todo esto se suma que la prohibición a nivel federal impide transportar cannabis entre estados. Según datos de la Comisión del Licor y el Cannabis de Oregon, en 2018 se produjo tanto cannabis en ese estado que les llevaría seis años consumirlo por completo. Mientras tanto, en Nevada no se llega a cultivar tanto como para abastecer a los negocios locales pero tampoco pueden importar el producto desde otra parte del país.
Y finalmente, al estar prohibido a nivel federal, los cultivadores de cannabis no pueden acceder a los créditos con tasas bajas que el gobierno otorga para impulsar la producción agrícola sustentable. Algo que contradice con claridad a la expectativa de Joe Biden de alcanzar la emisión cero de gases de efecto invernadero para 2050 y que pone en jaque a una industria que en 2021 generó más de 300 mil puestos de trabajo.
Alternativas sustentables
Actualmente, hay políticos en Estados Unidos que se hacen eco de esta situación y buscan soluciones. “Hay una forma de incorporar una política ambientalmente justa con la legalización del cannabis”, explicó la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. Y agregó: “Pero eso solo es posible cuando legalizas el cannabis de manera que las pequeñas empresas puedan tomar la mayor parte de esa participación de mercado”.
Mientras eso ocurre, organismos como la Coalición Sustentable del Cannabis de Estados Unidos dan consejos para que la producción en indoor sea más amigable con el medio ambiente.
“Por supuesto que lo mejor es elegir una locación con mucho sol para evitar consumir tanta energía pero como eso puede ser difícil, lo principal es utilizar luces LED”, señalan e informan que las mismas usan 75% menos de energía que las lámparas de sodio.
“Por otro lado, realizar cultivos orgánicos también ayuda porque reduce los gases de efecto invernadero generados por la industria de los fertilizantes y pesticidas químicos”, comentan. “Además, es necesario utilizar productos que puedan ser reutilizables. Desde las macetas hasta el empaquetado en frascos de vidrio. Todo lo que no sea descartable y pueda lavarse para ser utilizado de nuevo, ayuda”, cierran.