Quizás la referencia más popular al olor a marihuana es su semejanza con el olor a zorrino. Existen miles de variedades que poseen esta característica, empezando por la legendaria Skunk. ¿Pero por qué la marihuana tiene olor a zorrino? La respuesta está en las sustancias conocidas como compuestos sulfurados volátiles (CSVs).
¿Que produce el olor a zorrino?
Investigadores de la empresa estadounidense Abstrax Tech, dedicada a la elaboración y extracción de terpenos del cannabis, identificaron una nueva clase de compuesto aromático presente en el cannabis.
El olor a orina de zorrino o animales del género Mephitidae está presente en infinidad de variedades, siendo la más famosa la bautizada justamente Skunk (zorrino en inglés). Se trata de uno de los escasos ejemplos donde un aroma antecede a la calidad del producto y se vuelve un sinónimo de potencia, o al menos así fue entre 1970 y la década del 2000.
Sin embargo, este estudio es el primero que confirma la producción de CSVs por plantas de cannabis. Los CSVs son los responsables del olor agrio y están presentes también en la orina de distintos animales.
¿Cuando producen olor a zorrino las plantas de marihuana?
Una vez identificados los compuestos sospechados de producir tan distintivo aroma, los investigadores cultivaron diferentes variedades para aislar y medir su contenido de CSVs y compararlos con un test de aromas. Así pudieron puntuar variedades como Bacio Gelato, Gelato, Black Jack o Cali Berry contrastandola con los análisis, que arrojaron los resultados esperados: aquellas variedades que más presentaban tonos a zorrino eran aquellas que mayor contenido de CSVs producían.
También siguieron la evolución y producción de estos compuestos en el ciclo vital de la planta. De acuerdo al estudio, los CSVs comienzan a ser generados alrededor de la séptima semana de floración y su concentración aumenta progresiva y velozmente hasta la décima semana de floración.
Los investigadores notaron también que un secado y curado de once días aumentaba la producción de estos compuestos hasta su punto más alto para, diez días después, comenzar a disminuir su presencia. Un aspecto inesperado del estudio fue la confirmación de que el tiempo afecta puntualmente al aroma de las flores, algo ya sabido por cultivadores y cultivadoras en todo el mundo.
Siendo que la concentración de CSVs es directamente proporcional a la intensidad del “aroma a zorrino”, los investigadores midieron las concentraciones de estos compuestos en productos con distintos tiempos y condiciones de conservación.
A los 46 días, la concentración de CSVs resultó casi tres veces menor que una muestra con cuatro días de curado, con variaciones significativas entre los tipos de contenedores y empaques utilizados, como recipientes cerrados al vacío o bolsas ziploc.
¿El olor tiene propiedades medicinales?
Más allá del descubrimiento específico de estos compuestos en el cannabis, los compuestos relacionados al azufre son conocidos en el mundo vegetal, ya que son producidos por una enorme variedad de plantas como defensa. Incluso poseen diferentes mecanismos dependiendo la sustancia específica: algunas son antimicrobianas y funcionan como fitoanticipinas mientras que otras simplemente repelen los predadores por su fuerte aroma.
Bautizados con distintos números como CSV3, CSV4 y sucesivamente, algunos de los compuestos descubiertos en el cannabis fueron relacionados con los presentes en plantas como el ajo. De esta manera se pudo aventurar sobre sus potenciales efectos medicinales: en el caso del CSV3, posee propiedades anticancerígenas al inhibir la histona desacetilasa (HDAC) e impedir la propagación de células tumorales. Es el principal responsable del aroma a zorrino y fue identificado también en el lúpulo.
Los investigadores estiman que los siguientes compuestos como CSV4, CSV5 o CSV7 modulan su presencia aumentando o disminuyendo la intensidad del aroma. En el caso del CSV7, que posee una potencia aromática media, un análogo llamado disulfuro de dialilo, presente también en el género Allium, posee propiedades protectoras de la salud cardiovascular y puede contribuir a proteger contra el cáncer colorrectal.
Sin especular sobre las funciones que cumplen los CSVs en la planta de cannabis, los investigadores concluyeron sobre la utilidad de identificar una nueva familia de metabolitos secundarios con potencial terapéutico.