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silvia encinas@Florencia Cuelho

Adiós a Silvia Encinas, referente del cannabis medicinal en Entre Ríos

La comunidad cannábica argentina despidió este fin de semana a la activista y cultivadora solidaria Silvia Encinas, referente del cannabis medicinal en la provincia de Entre Ríos.

Silvia se hizo conocida hace unos años cuando, además de elaborar y regalar aceite de cannabis de forma solidaria, participó en los debates que dieron origen al Registro Municipal de Cultivadores de la ciudad de Rosario del Tala, el primero en suelo entrerriano.

También vivió en carne propia las realidades cotidianas de las personas que luchan por acceder legalmente a un tratamiento medicinal: Silvia convivió 17 años con cáncer de pulmón, cuadro para el que la planta le ofreció un alivio y estabilidad emocional para enfrentar la enfermedad.

Además de cultivar y regalar aceite de cannabis, Silvia participó de los debates pioneros para generar uno de los primero registros para permitir el cultivo en Entre Ríos

Además fue en el consultorio de un oncólogo donde se enteró la realidad de las familias que cultivan cannabis y deben sufrir no sólo la incertidumbre de una condición médica sino también la constante amenaza de violencia por parte del Estado y la falta de una regulación amplia y comprensiva.

“Yo milito toditos los temas en los que hay un derecho vulnerado y acá hay uno” afirmó en una entrevista a la Revista Mate en 2020.

“Es el derecho a de acceder a la salud. Simplemente entiendo que no nos pueden cercenar la libertad de decidir y de hacer lo que cada uno quiera, con algo que la naturaleza nos provee”.

En 2020, mientras se debatía la Ley de Acceso al Cannabis Terapéutico en Entre Ríos, la agrupación A.P.A.C. la entrevistó para saber su opinión sobre la importancia del autocultivo.

“Cultivar brinda la continuidad de los tratamientos de forma segura y orgánica, y no pone a los usuarios medicinales como rehenes de los valores del mercado”, aseguraba Silvia

“Basta ver las experiencias que están en marcha en otros países para entender que existe una fuerte disputa respecto a la planta”, decía. “Ante ello, cultivar brinda la continuidad de los tratamientos de forma segura y orgánica, y no pone a los usuarios medicinales como rehenes de los valores del mercado […] nos garantiza plena soberanía en el acceso a la salud”.