Zapatos, carteras, casas y hasta carne. Todos estos artículos pueden elaborarse a partir del cáñamo, ya sea sus fibras o sus semillas. Pero entre los miles de usos que tiene esta variedad del cannabis, existe una para los amantes de la adrenalina y la velocidad: autos deportivos de cáñamo.
Los autos deportivos de cáñamo son un desarrollo de Bruce Dietzen, un ingeniero estadounidense que creó los primeros modelos. Además, funciona a base de biocombustible hecho con cáñamo.
“El cáñamo es un producto versátil que podemos usar para tener un mejor planeta”, dice Bruce Dietzen, el creador de los autos deportivos de cáñamo.
El desarrollo de Dietzen nace en 2017, luego que él comenzara a preocuparse por la contaminación al medio ambiente. Entonces, se inspiró en la idea que había tenido Henry Ford, en 1941, de fabricar autos de cáñamo. Pero el proyecto del fundador de una de las empresas de automóviles más importantes del mundo nunca prosperó.
Sin embargo, más de medio siglo después, otro estadounidense retomó la idea de los autos deportivos de cáñamo. Ahora, Dietzen dialoga en exclusiva con THC sobre su desarrollo rápido, furioso y ecológico.
La historia del creador de los autos deportivos de cáñamo
El sol empieza a caer en Key West, Florida. Por un instante, el silencio se apodera de la ruta que bordea la playa de arena clara y agua transparente. Pero ese momento dura muy poco. A la distancia se escucha el rugir de un motor y los sentidos alertan que en cualquier momento aparecerá, a toda velocidad, un auto de carrera.
Después de unos segundos, el carro aparece. Una figura toma la curva que se encuentra a menos de cien metros y se hace visible. Es rojo, sin techo y se necesita poco esfuerzo para distinguir que se trata de un auto deportivo. ¿Una Ferrari quizás? No, no es un coche que haya producido la marca del “Cavallino Rampante”, ni ningún otro de una compañía multinacional. Se trata de algo distinto, único en su tipo.
Según estudios llevados a cabo por distintos organismos, si el cáñamo industrial se cultiva estratégicamente y a escala global, se podrían secuestrar entre 2 y 4 gigatoneladas de CO2 al año.
“Es el primer vehículo construido con cáñamo e impulsado por biocombustible”, dice Bruce Dietzen, su creador, con cierto orgullo en la mirada.
Dietzen tiene 67 años, es ingeniero y durante décadas trabajó en empresas relacionadas a Internet. Pero desde 2017 comenzó a preocuparse por el impacto que tiene el ser humano sobre la contaminación ambiental del planeta. Entonces, optó por emplear su tiempo en un proyecto diferente: uno que le mostrara al mundo que el actual sistema de producción, altamente perjudicial para el medio ambiente, puede ser reemplazado por otro que tenga al cáñamo como principal exponente.
El despertar de Jack Herer
Su pasión por los autos lo llevó a enfocarse en ese sector. “Me inspiré en el prototipo de 1941 de Henry Ford sobre el que leí en el libro ‘El emperador desnudo’ de Jack Herer”, cuenta Dietzen, en un diálogo exclusivo con thc. Y luego, agrega al respecto: “El objetivo de Ford en la construcción de este automóvil era aprovechar al máximo los cultivos, entre ellos el cáñamo”.
Con esa idea como motor, Dietzen se puso a trabajar y en 2017 presentó el primer “auto de cannabis”.
“Usé tela de cáñamo disponible comercialmente para comenzar. Pero ahora estoy desarrollando telas más avanzadas e incluso más fuertes para que otros fabricantes las usen en el futuro”, explica.
A todo motor
Según los detalles que aporta Dietzen sobre la fabricación del auto deportivo, el 65% está hecho con cáñamo. Mientras que el 35% restante es bio-epoxy.
“El motor es de gasolina pero utilizo biocombustible a base de plantas”, aclara Dietzen al respecto. Además, cómo el cáñamo secuestra CO2, el auto tiene una huella de carbono negativa. “La producción de un coche promedio libera 10 toneladas de carbono a la atmósfera. La diferencia es notoria”, indica el ingeniero.
Hasta el momento, Dietzen solo pudo construir dos autos deportivos de esta manera. El primero de ellos le costó 200 mil dólares. Sin embargo, señala que ese costo se debe a que todo el proceso fue “artesanal”.
“Ahora mismo es más caro. Pero probablemente sería menos costoso si se realiza a escala. Además, hay que tener en cuenta las externalidades, como el costo ambiental de arrojar CO2 a la atmósfera por la producción de acero en la fabricación de un coche tradicional”, reflexiona.
Si bien Dietzen fue reconocido por los vehículos que construyó en espacios como la NoCo Hemp Expo 2021 en Colorado, Estados Unidos, no planea seguir construyendo autos deportivos. “Estoy cambiando hacia el desarrollo de telas de cáñamo de alto rendimiento que compitan con la fibra de carbono, ya que cada kilo de este material arroja un kilo de CO2 a la atmósfera”, comenta.
Además, Dietzen agrega que “los automóviles son solo una parte del rompecabezas”. Entonces, el ingeniero cuenta que “en el futuro, todos los objetos posibles deberán hacerse a partir de cultivos. Así es como los humanos eliminaremos gigatoneladas de CO2 de la atmósfera y las secuestraremos en bienes duraderos”.
Un futuro de cáñamo
Según estudios llevados a cabo por distintos organismos, si el cáñamo industrial se cultiva estratégicamente y a escala global, se podrían secuestrar entre 2 y 4 gigatoneladas de CO2 al año.
“Es incluso más efectivo que los árboles porque absorbe entre 8 y 15 toneladas de CO2 por hectárea al año mientras que un bosque típico captura entre 2 y 6 toneladas por hectárea en ese mismo período”, advierte el ingeniero Darshil Shah, quien trabaja con biomateriales en la Universidad de Cambridge. En ese contexto, el próximo paso para Dietzen es llevar el cáñamo a todas las industrias posibles en las que se puedan reemplazar otros materiales.
“Es el primer vehículo construido con cáñamo e impulsado por biocombustible”, asegura Dietzen.
“Convertir autos a cáñamo no es donde siento que puedo tener mi mayor impacto. Por eso empecé DrawdownHemp.org”, explica. Se trata de su nuevo emprendimiento: un think tank enfocado en cuantificar y crear conciencia sobre el cáñamo industrial como recurso líder para abordar inmediatamente la crisis climática.
“El futuro está sucediendo ahora. Las corporaciones se están comprometiendo a ser neutrales en carbono”, dice Dietzen sobre el Acuerdo de París, donde más de 110 naciones se comprometieron alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2060. “Una gran manera de lograrlo es hacer sus productos a partir de cultivos como el cáñamo”, asegura el ingeniero.
“El cáñamo es un producto versátil que podemos usar para tener un mejor planeta”, cierra el creador de los autos deportivos.