El avance de la regulación del cannabis en Paraguay es liderado por la comunidad campesina. Distintas cooperativas en el país cultivan la planta con fines medicinales y obtienen un rédito económico que beneficia a las familias productoras. En ese contexto, también surgen planes para desarrollar el cáñamo en Paraguay con la formación a jóvenes en escuelas rurales. Sin embargo, existen dudas entre los campesinos.
El proyecto parte de una alianza entre la Fundación Paraguaya y la Cámara de Cáñamo Industrial del Paraguay. El mismo pretende enseñar a cultivar cáñamo en escuelas agrícolas que la fundación tiene en el país. Para esto se realizarán capacitaciones sobre la planta que tienen como objetivo “erradicar la pobreza a nivel nacional”.
Según indica Marcelo Demp, presidente de la Cámara y CEO de la compañía paraguaya Healthy Grains S.A. “financiarán las semillas que van a plantar los alumnos, darán asistencia técnica agronómica, y capacitarán a todos”.
“Además, algunas empresas con licencia, que forman parte de la Cámara, van a comprar el 100% de la producción, a un precio preestablecido por contrato”, explica el empresario. Y luego, agrega: “En una segunda etapa queremos generar productos terminados en alimentos, aceites y otros que se puedan fabricar en la Escuela Agrícola de Cerrito para exportar al mundo”.
Por su parte, Martín Burt, creador de la Fundación Paraguaya y precandidato a Presidente en las elecciones del 2023, afirma que “esta alianza permitirá seguir impulsando el capitalismo sin pobreza”. “Seguiremos ampliando y mejorando las estrategias para ayudar a las familias campesinas a desarrollar sus planes de negocios para aumentar sus ingresos y salir de la pobreza”, asegura.
Las dudas sobre el plan para cultivar cáñamo en Paraguay
El valor del kilo de cáñamo en Paraguay
La firma de la alianza entre la Cámara y la Fundación Paraguaya se realizó el pasado 5 de abril. Desde entonces, cooperativas conformadas por campesinos del país que cultivan cannabis mostraron dudas sobre el proyecto.
“Por un lado, preocupa el precio que pagarán a estos productores. Señalan que empresas de la Cámara comprarán el 100% de la producción a un precio preestablecido por contrato. Por, ¿cuál es ese precio?”, se pregunta en off, en diálogo con THC, uno de los referentes campesinos.
Este medio se comunicó con la Fundación Paraguaya para obtener detalles al respecto. En un primer momento, miembros de la organización se mostraron predispuestos a responder las preguntas pero finalmente no lo hicieron. Por lo tanto, la cifra establecida en el contrato para el pago a los productores permanece oculta.
Según informa una fuente en off the récord a THC, el pago no alcanzaría para “sacar a una familia de la pobreza”. La preocupación más grande al respecto es que esto se convierta “en una pasantía paga” en la que las empresas obtienen materia prima a un costo de producción inferior al del mercado. Hasta no revelarse los valores establecidos, este punto sigue preocupando a las comunidades campesinas que trabajan con cannabis en Paraguay.
El modelo fibra-grano
La otra duda que emerge entre las cooperativas que cultivan cannabis en Paraguay es el modelo productivo que la alianza propone. Éste es conocido como fibra-grano y, para algunos expertos del país, “no es el mejor para pequeños productores”.
“No es rentable porque es costoso y tiene mucho riesgo de pérdida. El cáñamo es muy trabajoso y no es para familias que no tienen infraestructura y financiamiento para llevar a cabo el proceso”, reflexiona un productor del Departamento de San Pedro.
Por otro lado, hay miedo por una problemática relacionada a la polinización. Las cooperativas campesinas de Paraguay que trabajan con cannabis apuntan a la producción de flores para la industria medicinal. Estos cultivos no pueden estar cerca de plantaciones de cáñamo por el riesgo de polinización cruzada.
Si eso ocurre, las flores de las plantas de cannabis se vuelven “no comerciables” y se pierde esa cosecha. Esta dificultad ya se documentó en ciudades como California, donde existieron conflictos entre productores y el Estado tuvo que regular la situación.
Los primeros proyectos campesinos con cannabis en Paraguay
En noviembre de 2021, THC informó sobre la primera cosecha de cannabis hecha por una cooperativa conformada por campesinos y campesinas en la ciudad de Agüerito, Departamento de San Pedro. Se trataron de 150 plantas de la variedad Gorila Glue con las que se prepararon aceites medicinales que luego se distribuyeron gratuitamente en la comunidad local.
El modelo utilizado por este sector se apoya en la producción de flores para uso medicinal y, en caso de establecerse una regulación que lo permita, para exportar. Como el cultivo de cannabis en Paraguay sigue siendo ilegal (solo hay unas pocas empresas con licencia para importar semillas y conseguir dichos papeles conlleva un engorroso trámite burocrático), las cooperativas buscan que los legisladores desarrollen un marco legal que los incluya.
Para lograrlo, el pasado martes 26 de julio se llevó a cabo una audiencia pública para debatir nuevas políticas relacionadas al cultivo de cannabis. El pedido para realizar dicho encuentro en el Congreso lo hicieron organizaciones campesinas de San Pedro.
Las mismas se presentaron ante los legisladores y repartieron más de 300 flores artesanales cultivadas por ellos. El objetivo fue mostrar a las autoridades cómo es su producto y cuáles son sus objetivos.
Luego del encuentro, referentes de las cooperativas dieron a conocer su visión. “La intención es presentar un proyecto de Ley durante los próximos 60 días para que sea analizado y debatido en las Cámaras de Legisladores”, señalaron. El mismo tiene la intención de conformar un marco legal que proteja a las cooperativas campesinas.
Además, se busca garantizar el derecho gratuito al cannabis medicinal en Paraguay. Una situación que la Ley 6007, votada en 2017, contempla. Sin embargo, hasta el momento no se cumple por completo, según denuncian hace tiempo distintas organizaciones del país.