Los egipcios y varios pueblos de Medio Oriente empleaban belladona en la Antigüedad como un agente psicoactivo que proporcionaba una mayor energía física, adivinación y estados de delirio. Los sirios la incorporaron luego a su medicina como un eficaz remedio para “alejar los pensamientos tristes”.
Luego, durante la Edad Media, las denominadas brujas y hechiceras preparaban un ungüento, que causaba estados de éxtasis, a base de belladona, beleño, mandragora y otras plantas. En 1833, el químico alemán H.F. Mein aisló la atropina por primera vez, el principal componente activo de la planta. Sus efectos comenzaron a estudiarse en la segunda mitad del siglo XIX.
Usos de la belladona
Medicina tradicional
Pueblos de Europa y Asia usaban cocciones junto con otras plantas para tratar neuralgias, asma, convulsiones, epilepsia, tos nerviosa, espasmos y patologías oculares.
Medicina alopática
Los preparados a base de atropina se usan con diversos fines: anticolinérgico, midriático, antiespasmódico, antiasmático y para bloquear los impulsos de las terminaciones nerviosas previniendo las contracciones involuntarias de los músculos. Además, se usa en conjunto con otros compuestos para tratar los síndromes parkinsonianos y como sedativo, analgésico leve y medicación preanestésica. A nivel gástrico, se usa para el colon irritable y la colitis ulcerosa, y también es un eficaz diurético.
Química y acción de la belladona
La belladona posee alcaloides psicoactivos denominados tropanos. El principal es la atropina, que es usada como antídoto en caso de intoxicaciones por organofosforados (utilizados principalmente en el control de plagas), ya que relaja la musculatura lisa y evita la asfixia que producen estas sustancias. La planta presenta cantidades menores de escopolamina y trazas de hiosciamina. Ambas pertenecen al grupo de los tropanos.
Preparación
Uso oral
En medicina herbolaria se maceran los frutos y se realizan cocciones y tinturas de sus hojas. Por otro lado, en rituales se ingieren sus frutos y extractos alcoholados. En medicina alopática se comercializan medicamentos que contienen alcaloides tropanos.
Uso ocular
En medicina herbolaria, se hacen extractos de hojas. En medicina alopática se usa atropina pura.
Dosis y administración
Oral
Medicina herbolaria: Entre 5 y 15 gotas de frutos macerados en alcohol.
Tintura: De 10 a 30 gotas.
Uso ritual: Entre 3 y 4 frutos, y entre 10 y 15 gramos por toma en extractos alcoholados.
Medicina moderna: Las dosis bajas de atropina pura oscilan entre 0,5 y 1 miligramo, y las altas entre 2 y 5 miligramos. Más de 10 miligramos de atropina pura ingerida son considerados muy peligrosos para la salud.
Ocular
Medicina herbolaria: entre una y tres gotas del extracto preparado.
Medicina alopática: 0,6 miligramos de atropina pura.
Efectos de la belladona
Dosis bajas
Anticolinérgico, antiespasmódico, antiasmático.
Dosis altas
Inquietud, excitación, alucinaciones visuales y auditivas, delirio.
Identificación de la planta
Morfología de la belladona
La belladona es una planta resistente y perenne herbácea. Es muy ramificada y puede alcanzar hasta 1,5 m de altura. La belladona posee hojas largas y ovaladas, flores acampanadas de color púrpura con reflejos verdes y frutos en forma de baya, de color verde al comienzo y negro brillante en su punto máximo de maduración, donde se alojan los alcaloides activos.
Ubicación geográfica de la belladona
La belladona es una planta que crece en Europa, el norte de África y el Oeste de Asia.
Cultivo de la belladona
Es una planta que puede reproducirse a través de la siembra de semillas o por esquejes. Las semillas de belladona deben ser colocadas en agua caliente unas horas antes de
sembrarlas. Hay que tener en cuenta que pueden tardar hasta varias semanas en germinar. Necesitan alta humedad y calor, pero aun cumpliendo con todas estas condiciones, la tasa de germinación no es alta. Se debe utilizar un sustrato abonado con estiércol y un ambiente húmedo y sombreado.
Cuidados generales
La belladona contiene alcaloides tropanos (atropina, escopolamina y hiosciamina) cuya ingesta en dosis altas o mal administradas pueden causar estados de coma o la muerte.
La ingesta de atropina y escopolamina, por vía oral o intraocular, inhibe la acomodación ocular, es decir, el cristalino se fija para la visión lejana y los objetos cercanos se ven muy borrosos, y los reflejos oculares no se recuperan durante 7 a 12 días.
Como ocurre con plantas solanáceas, sus efectos alucinatorios se caracterizan por una nula conciencia de los mismos mientras duran, por lo que su consumo debe hacerse en compañía de una persona que no haya consumido y que tenga la experiencia suficiente para oficiar de cuidador.