La guaraná es utilizada desde hace siglos por algunos pueblos originarios de Sudamérica por sus propiedades terapéuticas, especialmente por ser una fuente de energía natural.
Según una leyenda, una pareja que vivía en los márgenes del Río Maúes (en Brasil) tuvo un hijo que tenía el don de curar a los enfermos. Un día, un espíritu maligno mató al hijo y sus padres por consejo del dios Tupá plantaron los ojos del niño. Regaron la tierra y salió una planta vigorosa a la que llamaron guaraná, que fue la que prolongó la vida de la tribu dándole fuerza y salud.
Desde la década de 1980 se incentiva la producción artesanal de pasta de guaraná en los pueblos nativos de Brasil para ayudarlos a salir de la pobreza. En la actualidad sus usos se multiplican y su consumo se extendió a lo largo y ancho del mundo.
Química y acción de la guaraná
Su principio activo principal es la cafeína. Sus semillas pueden contener hasta un 8% de este compuesto, aproximadamente cuatro veces más que las semillas del café.
Además posee también teofilina y teobromina, que justifican sus propiedades broncoprotectoras, acciones inmunomoduladoras y antiinflamatorias, retraso del envejecimiento, activando además la irrigación sanguínea de todo el organismo.
Sin embargo, la mayoría de las propiedades terapéuticas de la planta se atribuyen a las elevadas concentraciones de compuestos fenólicos y a la presencia de saponinas (en este caso especialmente se le atribuye la capacidad antiinflamatoria de la guaraná).
Usos de la guaraná
La guaraná se utiliza como ingrediente en gaseosas y bebidas energizantes. También es utilizada en suplementos dietarios para promover la pérdida de peso. Es usada desde antaño por comunidades amazónicas que la beben diariamente para adaptarse a sus duras condiciones de trabajo.
Medicinalmente se utiliza como cardiotónico, febrífugo, antijaquecoso, diurético, antidiarreico, estimulante general y afrodisíaco. Es usada además para el tratamiento de la obesidad y para tratar la celulitis por su acción lipofílica y vasodilatadora.
Dosis
Infusión al 5%: 50 a 200 ml/día.
Extracto seco: 100 a 600 mg/día.
Polvo en estado puro: 2 gr/día (en 2 o 3 tomas).
Preparación de la guaraná
En el Amazonas se preparaba lavando los frutos maduros para luego tostarlos un poco y separar la cáscara de la semilla (donde se encuentran los principios activos). Estas se molían sobre piedras calientes para obtener un polvo que después se empastaba con agua, polvo de cacao y harina de mandioca.
Identificación de la guaraná
Morfología
Paullinia cupana es una liana trepadora de la familia Sapindaceae. Es un arbusto trepador que puede llegar a medir hasta 10 metros de altura cuando está cultivado a pleno sol. Los frutos son esféricos y tienen una cáscara amarilla, roja o anaranjada; cuando maduran dejan ver una pulpa blanca y sus semillas dando una apariencia similar a ojos. Cada racimo puede tener hasta 25 cm de largo y contener hasta 50 frutos.
Ubicación geográfica
Es originaria de la Amazonía. Se la encuentra principalmente en Brasil (en el estado de Amazonas en primer lugar y en otros como Bahía y Mato Grosso). También se la encuentra en otros países como Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Paraguay y Argentina.
Cultivo
Se desarrolla bien en áreas que presentan una temperatura media anual de entre 23 y 26 ºC. Requiere suelos profundos, bien drenado y porosos, ya que no soporta en el encharcamiento.
Efectos de la guaraná
Estimulante del sistema nervioso, revitalizador energético, antidiarreico, diurético, antioxidante, antiagregante plaquetario, cicatrizante (en uso tópico), mejorador de la memoria y puede tener acciones inmunomoduladoras. En homeopatía se indica para tratar cefaleas, disentería y hemorroides.
Cuidados generales
Su consumo puede producir efectos adversos como insomnio, nerviosismo, taquicardia, excitación cerebral, alucinaciones y ansiedad. Su consumo en exceso puede generar trastornos gástricos, diabetes, arritmia, úlcera péptica e hipertensión arterial.