Cuando estudiaba en la facultad, Fernanda sufrió la primera crisis que la llevó a estar medio año en una silla de ruedas por el dolor que sufría. Nada parecía ayudarla en su condición de salud. Hasta que apareció el cannabis para tratar su esclerosis múltiple.
La esclerosis múltiple es una patología en la que, por causas todavía desconocidas, la vaina de mielina que protege las neuronas comienza a dañarse, lo que produce distintas alteraciones como lentitud en los movimientos, disminución de la visión, debilidad muscular, problemas de coordinación y cognitivos.
Si bien en la mayoría de los casos puede desarrollarse de una manera leve, en otros produce serias dificultades en el movimiento y los procesos cognitivos, incapacitando a la persona para realizar distintas tareas o actividades. El uso de cannabis, aunque no exista evidencia sobre su mecanismo de acción específico respecto a los orígenes de la escleroiss multiple, alivia los síntomas y otorga a las personas que la padecen mejor calidad de vida.
¿Cómo empezó la enfermedad?
A los 23 años fue el primer síntoma, yo estaba estudiando Medicina y venía con dolores, calambres y los atribuía a ese nivel de vida de trabajar y estudiar. Tenía un ritmo de vida muy fuerte y asociaba que era por el estrés, a veces se me adormecían las piernas o el dedo. Un miércoles llegué a mi casa a la noche y no sentía el dedo chico de la mano izquierda, pensé que tenía una contractura y como estudiante de Medicina engreída, me tomé un miorrelajante.
Al día siguiente, me desperté, abrí los ojos y no veía de uno, no sentía la mitad izquierda del cuerpo y no la podía mover. Fue mi primer brote: me tiré al piso y me arrastré hasta el teléfono y llamé a un primo para que viniera, él tenía la llave de mi casa. No podía hablar, él no entendió nada, pero vino. Estuve tres días internada, me hicieron resonancias magnéticas.
El neurólogo me comentó que estaban evaluando que podía ser una enfermedad desmielinizante; yo justo la semana anterior lo había visto en la facultad, entonces yo sabía que era o lupus o esclerosis múltiple, y acorde a la sintomatología, le dije: “Es esclerosis múltiple”. Me dijo que todavía no sabían, que tenían que hacerme una punción lumbar. Entonces hablé con un médico amigo de mi ciudad, en Corrientes, y él me recomendó un neurólogo.
¿Qué pasó después de ese brote?
Después de esa internación quedé en silla de ruedas. No es que no podía caminar, sino que no podía sostenerme por el dolor y la espasticidad. Tenía todo el lado izquierdo del cuerpo muerto. Me mandaron todo tipo de medicamentos, extremadamente fuertes. Me hice adicta a la morfina y a las benzodiacepinas. Tomaba por ejemplo varias pastillas por día de Tramadol. Y me quedaba sentada en la silla de ruedas sola en mi casa babeándome. No me pasaba el dolor y tuve un intento de suicidio. A los cinco meses fui a hablar desesperada con mi neurólogo por lo que me estaba pasando.
¿Qué te dijo el médico?
Él me dice de cortar con esos medicamentos y me dice de probar con un “fasito”. Yo pensaba que me lo decía para calmarme emocionalmente. Me dijo que le hiciera caso. Yo soy del interior y pensaba que era de drogadictos, tuve que educarme y salir de todos esos prejuicios. Cuando llegué a mi casa, llamé a una amiga y a su pareja. Vinieron con un frasco de flores. Arman un faso.
Cuando fumé el faso, lo primero que me pasó fue que se me secó la boca, no me pasó nada más. Entonces como tenía sed, haciendo mucha fuerza me levanté de la silla de ruedas y fui a buscar una botella de agua. Cuando me di cuenta de que estaba caminando, me caí y me largué a llorar. Mi cuerpo no estaba reconociendo dolor y lo único que tenía era sed. Ese momento, cuando se me apagó el dolor, me cambió la vida, porque yo tenía en vez de hueso, un hierro caliente en todo el lado izquierdo.
Usar cannabis para tratar la esclerosis múltiple
¿Cómo siguió tu tratamiento?
Me puse a estudiar el cannabis y empecé a hacer fisioterapia: consumía cannabis y me pasaba a buscar el kinesiólogo. Lo primero que hice fue plantar. A veces me vaporizo, a veces fumo, total ya era fumadora de tabaco. Depende del día cuánto uso, si me levanto con mucho dolor y si tengo mucho trabajo o poco trabajo. Para mi tipo de
esclerosis las mejores plantas son las que tienen ratio 1:1 para la espasticidad, pero durante el día necesito altas en THC para activar la neurogénesis. Entonces en general mis plantas son sativas, altas en THC, porque son las que me mantienen durante el día y tengo unas cuatro más tipo Skunk, que son las que uso más para la noche.
¿Plantar cannabis es parte del tratamiento para tratar la esclerosis múltiple?
Para mí sí. En un momento me mudé y volví a caer en silla de ruedas por otro brote, porque no tenía plantas por la mudanza. Entonces con mi compañera empezamos a militar en CADECAM (Campaña por la Despenalización del Cannabis Medicinal), en el 2016. Me acerqué también a Esclerosis Múltiple Argentina, que es una ONG que funciona con acompañamiento médico y mucho apoyo de los laboratorios. La esclerosis múltiple además de tener su sintomatología física, que es muy fea, tiene una cuestión emocional como toda enfermedad crónica. Porque por lo general agarra de muy joven y te obliga a dejar cosas. Todas tenemos nuestros duelos: yo por ejemplo jugaba al handball y no lo pude hacer nunca más. Por eso a mí me emociona saber que hago todo lo que tenga que hacer por mis plantas y por mi tratamiento.
Por otro lado, el estrés es uno de los factores que provoca los brotes. ¿Qué evita mejor el estrés que el cannabis? Plantarlo. Nosotras perdemos la motricidad fina, ¿sabés cómo te hace entrenar la motricidad fina germinar, por ejemplo? El proceso de cómo obtengo mi medicina ya es en sí mismo curador. Te cambia la vida en serio. La terapia es plantar y el fruto es lo que nos sana. Así que no tiene que haber más presos por plantar.