El cannabis es una planta tan versátil que absolutamente todas sus partes tienen aplicaciones, usos y propiedades, desde la raíz hasta las flores. Te contamos qué se puede hacer con las hojas del cannabis para aprovechar toda tu cosecha.
La reconocida hoja de siete puntas es una auténtica fábrica de compuestos nutritivos para la planta y sirve para interpretar carencias o la presencia de plagas. Pero también las hojas sirven como fibra y hasta pueden producir compuestos medicinales aparte de la resina.
¿Qué propiedades tiene la hoja de cannabis?
En la medicina tradicional ayurvédica, la hoja de cannabis era utilizada para tratar distintas dolencias. En la actualidad existe evidencia científica sobre el potencial terapéutico de las hojas por su contenido en distintos principios activos.
Un estudio realizado en pacientes oncológicos con dolores crónicos concluyó que las hojas poseen propiedades analgésicas y disminuyeron síntomas como náuseas, diarrea, insomnio y pérdida del apetito. Las hojas fueron administradas en polvo mediante una preparación ayurvédica con leche.
En 1995 y 2014, dos estudios diferentes comprobaron actividad antibacteriana y antibiótica de extractos de hojas de cannabis, contra bacterias de relevancia para la medicina como Bacillus subtilis, Bordetella bronchiseptica o Staphylococcus aureus.
¿Qué utilidad tienen las hojas de cannabis?
Para decidir en que podemos aprovechar los usos de las hojas de cannabis primero debemos ordenarlas según algún criterio. Siendo que los tricomas generados en su mayoría en las flores de las plantas hembras son el objetivo del cultivo, vamos a ordenar las hojas según su presencia de resina, ya que existen distintos tipos de hojas de marihuana.
Hojas con resina
Hablamos de hojas con resina cuando a simple vista se puede apreciar la producción de tricomas sobre la superficie o el dorso de la hoja e incluso sobre el pecíolo. Estas hojas suelen ser retiradas generalmente en el momento de la cosecha y pueden aprovecharse frescas o secas.
Extracciones con y sin solvente
Con las hojas de la llamada manicura fina, es decir hojas pequeñas que se encuentran pegadas a los cogollos o que crecen dentro de estos, se pueden realizar todo tipo de extracciones con o sin solvente, como el bubble hash o la extracción con butano. Estas hojas contienen una gran cantidad de tricomas y pueden utilizarse por su contenido en resina psicoactiva y medicinal.
Las hojas deben estar limpias y sin presencia de plagas, tierra o polvo. Aunque poseen un contenido de clorofila infinitamente superior que las flores, las hojas pueden curarse de la misma manera que curamos las flores o puede extraerse la resina con las hojas apenas secas y realizar, en el caso del bubble hash o hachís al agua, el curado durante el almacenado de la resina.
Las hojas de la manicura también se utilizan en los extractos oleosos de planta entera y para preparar aceites de cannabis con potencias leves o medias.
Preparación de comidas
Uno de los usos más populares de las hojas resultantes de la manicura es la elaboración de productos comestibles. De esta manera no sólo se aprovecha gran parte de la planta sino que también es posible disimular el sabor a clorofila con chocolate y otros productos saborizantes.
Dado que la resina es liposoluble, las preparaciones comestibles se preparan exponiendo a una fuente de calor la materia vegetal junto a alguna materia grasa, como leche, manteca o aceite. De esta manera la materia grasa se infusiona de cannabinoides y es posible utilizarla en recetas como brownies, postres o comidas saladas.
Las hojas frescas y algunas flores pequeñas también pueden utilizarse para preparar jugos y batidos ricos en cannabinoides ácidos, que tienen propiedades medicinales y funcionan entre otras cosas como antiinflamatorios.
La materia vegetal puede limpiarse con agua fresca sin sacudir demasiado para no desprender la resina. Es importante recordar que debemos descarboxilar la materia vegetal antes de infusionar para aumentar la presencia de cannabinoides psicoactivos.
Tinturas, cremas y productos de uso tópico
Las hojas poseen distintos compuestos que son beneficiosos para su uso sobre la piel y pueden aprovecharse de manera similar a la usada en gastronomía, infusionando los principios activos en una materia grasa.
Para este fin se puede usar cualquier tipo de aceite vegetal como aceite de coco, girasol o almendras. Primero se debe infusionar y una vez filtrado combinarlo con algún tipo de cera como cera de abejas o cera lanette. Aunque no vayamos a ingerir estos preparados, es importante que la materia vegetal utilizada se encuentre limpia y sin presencia de mohos u hongos.
La textura deseada se alcanza combinando el aceite y la cera en distintas proporciones y se obtiene un producto ideal tanto para dolores musculares o articulares como para el cuidado de la piel o heridas, quemaduras y picaduras.
Las tinturas se realizan infusionando la materia vegetal en alcoholes de alta graduación y es una forma muy antigua de uso ya que en el alcohol también se infusionan los cannabinoides psicoactivos. Se puede usar tanto por vía oral como por vía tópica en masajes y fricciones, evitando su uso en pieles irritadas o sensibles al alcohol.
Hojas sin resina
Las hojas sin resina son las hojas que se extraen durante el período vegetativo en defoliaciones, podas y esquejado, pero también las hojas grandes de las ramas donde se encuentran las flores y las hojas de plantas macho.
Estas hojas no producen tricomas en una cantidad apreciable y suelen usarse frescas y recién cortadas.
Ensaladas y jugos verdes
El sabor de las hojas verdes y frescas es bastante amargo pero combina bien con distintas verduras de hoja y varios condimentos y aceites. Contienen antioxidantes, polifenoles y distintas sustancias que funcionan como antibióticos y ayudan a la digestión.
Las hojas frescas son también un excelente agregado para los jugos verdes como los preparados con wheat grass y frutas o verduras.
Fertilizantes
Con la popularización de los abonos y enmiendas orgánicos ganaron relevancia los preparados fermentados que usan distintas materias vegetales para proveer enzimas que mejoran la nutrición, la vida microbiana y la presencia de nutrientes en el sustrato de la planta.
A diferencia de otras preparaciones, para preparar fermentos de jugo de planta debemos evitar lavar las hojas o recogerlas en días de lluvia. Son precisamente los microbios presentes en la superficie de las hojas los que junto a una materia azucarada como el azúcar mascabo realizan el proceso de fermentación.
Sin embargo es importante usar hojas sanas, sin lastimaduras, síntomas de virus o plagas, pesticidas o sustancias químicas.
También las hojas grandes pueden compostarse y generar una excelente enmienda sólida para el sustrato. Son una gran adición en cualquier criadero de lombrices y es una manera de recuperar los nutrientes usados por la planta.