El comienzo del verano marca el día más largo del año, lo que significa que a partir de este punto cada día que deviene tiene menos horas de luz. Las plantas son capaces de censar de forma precisa estos cambios y se adentran en una etapa de transición entre la etapa vegetativa y la de floración, lo que suele llamarse prefloración del cannabis. Aquí encontramos no solo oportunidades para mejorar la producción sino también la posibilidad de prevenir problemas futuros, como son las plagas.
Podas durante la etapa de prefloración del cannabis
Las podas en esta etapa cumplen muchas funciones, aunque para todas vamos a necesitar que las plantas se encuentren en un estado de salud bueno, idealmente vigoroso. No debe haber temperaturas extremas en las horas circundantes a la poda y debemos preservar la higiene en todo momento.
Como se trata de lesiones controladas y dirigidas sobre la integridad de la planta, recomendamos tener a mano pastas cicatrizantes o cera de abeja, para sellar en caso de abrir una herida demasiado expuesta o profunda. Desinfectar todos los elementos a usar es también una necesidad, ya que con el calor nuestros cultivos no tienen la misma autonomía para defenderse de ataques de plagas, por lo que debemos extremar cuidados.
La poda de bajos consiste en eliminar las partes bajas y todos aquellos brotes que se “acumulan” en el primer tercio de la planta con el fin de mejorar la circulación y redistribuir los recursos.
La poda de bajos consiste en eliminar las partes bajas y todos aquellos brotes que se “acumulan” en el primer tercio de la planta con el fin de mejorar la circulación y redistribuir los recursos. De esta forma intentamos que la planta concentre todo su esfuerzo en los sitios donde recibe más luz y evita el gasto de mantener vivas estructuras que no son las más eficientes.
Colocación de redes o tutores
Fijar las plantas a redes o tutores es vital si queremos aumentar nuestra cosecha. Además les da mejor sostén a las plantas para poder enfrentar las inclemencias del clima, sobre todo del viento, que tantas veces en el final de floración termina generando rupturas o heridas profundas gracias al peso de los cogollos.
Fijar las plantas a redes o tutores es vital si queremos aumentar nuestra cosecha. Además les da mejor sostén a las plantas.
Conforme la floración avanza, también lo hace el proceso de encañado. Las ramas se vuelven rígidas e imposibles de modelar sin generar un daño, por eso es importante hacerlo en esta etapa.
Esquejado durante la prefloración del cannabis
Recomendamos esta etapa para esquejar, los brotes abundan y las plantas están fuertes. Elegiremos aquellos que tengan al menos tres nudos y que su rama no haya sido encañada de forma completa. Cuanto más joven, mejor. Recordar que en el verano las temperaturas son muy altas, por lo que debemos extremar precauciones para evitar la deshidratación.
Sanidad e higiene
Aquí hacemos referencia al entorno de cultivo. Debemos aprovechar también esta época para limitar el crecimiento de otras plantas aledañas, controlar sus plagas y demás prácticas de saneamiento.
Es interesante prestar atención a esto, dado que pueden actuar como reservas de microorganismos potencialmente patógenos que posteriormente ataquen nuestras plantas de cannabis. Otra herramienta para lidiar contra el impacto del clima es usar cobertura en el suelo, ya sean plantas asociadas que mejoran de forma activa y constante la calidad del mismo o bien sencillos métodos de aislamiento, como el uso de mulching de paja de trigo o cáscara de arroz.
Trasplante durante la prefloración del cannabis
Para quienes cultivan en contenedores, esta etapa representa la oportunidad de hacer el último trasplante. Esto ayuda a que haya más espacio para el crecimiento de las raíces, pero también colabora a combatir el impacto térmico, más si usamos macetas con tecnología de autopoda aérea, que suelen ser más frescas.
Para quienes cultivan en contenedores, esta etapa representa la oportunidad de hacer el último trasplante. Además, este trasplante presenta la oportunidad ideal de incorporar enmiendas sólidas al sustrato.
Además, este trasplante presenta la oportunidad ideal de incorporar enmiendas sólidas al sustrato. En caso de no trasplantar, debemos estar más atentos con el riego y la alimentación, aunque de todas maneras termina teniendo un impacto negativo sobre el rendimiento final de la cosecha.