Elegir el sustrato a la hora de empezar a cultivar es un importante paso que no hay que tomar a la ligera. Un sustrato correctamente realizado ayudará a nuestra planta a absorber los nutrientes que necesita para crecer sana, además de que es el medio que sostiene a la marihuana. La importancia del sustrato para cultivar marihuana es evidente, ahora hay que saber cómo utilizarlo.
Sustrato para cultivar marihuana
Hay dos caminos que podemos tomar a la hora de comenzar a plantar. El primero es el fácil, y consiste en comprar el sustrato para nuestra marihuana en un growshop o una tienda especializada. La otra opción es componerlo nosotros mismos. Hay varios tipos de suelos que se pueden utilizar, y aquí les presentaremos todas las opciones.
¿Qué sustrato es el mejor?
No hay una respuesta específica para esto. Existen distintos tipos que nos parecerán más o menos viables dependiendo de nuestras condiciones y experiencias. Pero la realidad es que hay una fórmula base que es la más difundida cuando pensamos en sustrato para cultivar marihuana.
¿Qué debe contener un sustrato básico?
Los elementos bases para el suelo son los siguientes:
• 40% de tierra negra o compost: Este par no puede faltar en nuestras macetas. Son los componentes mínimos e indispensables para cultivar, y pueden usarse juntos o separados. En caso de querer utilizar los dos al mismo tiempo, basta con colocar mitad de uno y mitad del otro.
• 25% de turba: La turba es muy importante porque sirve para controlar el PH del suelo, y además airea el sustrato. Por otra parte, cumple la importante función de retener los nutrientes y el agua.
• 15% humus: Este abono otorga varios beneficios. El más conocido y utilizado es el humus de lombriz, que no solo aporta nutrientes y ácidos húmicos y fúlvicos, sino que también regula el PH del suelo.
• 10% de vermiculita: Este mineral también sirve para airear el sustrato, además de retener agua y minerales en su interior.
• 10% de perlita: Comparte varias propiedades con la vermiculita, por ejemplo, ambas materias aumentan su tamaño con el calor. Además, también tiene como función airear el sustrato y retener el agua.
Otro tipo de sustratos para cultivar marihuana
Las alternativas de sustratos son amplias:
• Super soil: Están hechos con enmiendas orgánicas sólidas, lo que les da la capacidad de aportar los nutrientes necesarios para todo el ciclo. Casi siempre se utilizan junto a biofertilizantes que regulen la absorción y degradación de la materia orgánica. Además, al estar compuesta por una importante cantidad de fertilizantes, se puede reutilizar con muy pocos agregados.
• Sustratos inertes: El más conocido dentro de este grupo de es la fibra de coco pura. Mantener este sustrato requiere un esfuerzo especial porque necesita fertilizantes específicos, además de que precisar mediciones exactas y frecuentes. Sin embargo, otorga resultados óptimos.
• Hidroponía: Se puede cultivar cannabis en agua, y es mediante este método, pero hace falta regular estrictamente el PH y la electroconductividad. Si queremos que el cultivo se desarrolle de manera veloz, sin dudas esta es una buena opción. Eso sí, para llevarla a cabo hay que utilizar nutrientes específicos para este tipo de sistema y las mediciones tendrán que ser frecuentes.
Elementos beneficiosos al sustrato
El sustrato puede complementarse con otros componentes para optimizar nuestro cultivo:
• Micorrizas: ¿Quién dice que todos los hongos son malos? Aunque nadie quiere que estos microorganismos aparezcan en los cultivos, existen hongos benéficos que se pueden complementar con el sustrato para cultivar marihuana, generando efectos positivos. Las micorrizas ayudan a la fotosíntesis ya que se albergan en las raíces de la planta, favoreciendo a absorción de algunos nutrientes.
• Bacterias azospirillum: Este complemento ayuda mucho con el nitrógeno, un componente que está presente en casi todas las etapas del cultivo.
• Trichodermas: Otros de los hongos que no nos perjudican, sino que nos ayudan. De hecho, este microorganismo combate a los hongos que pueden afectar de forma negativa a nuestra planta.
• Bioestimuladores: Dentro de este grupo encontramos al humus de lombriz, cuyos beneficios ya conocemos: aportan nutrientes y regulan el PH.
La puesta en práctica: armar la maceta
Sobre sustratos ya tenemos datos de sobra, ahora, a la hora de llevarlo a la maceta ¿qué tenemos que hacer? El armado de la maceta no es un paso difícil, pero es bueno atender a algunas recomendaciones.
Una de las principales cuestiones a tener en cuenta a la hora de componer la maceta es el uso de leca. Esta se coloca en la base del contenedor y otorga beneficios, por ejemplo, hace que las raíces no toquen directamente el suelo.
Ahora, una vez que tengamos el sustrato preparado, lo verteremos en la maceta prestando especial atención a que no queden espacios libres. Para esto, hay que ser cuidadosos. Tendremos que evitar ser bruscos al acomodar la tierra y evitar compactarla.
Por último, muchos cultivadores aplican mulching sobre el sustrato para favorecer cuestiones como el riego y la absorción de líquidos del sustrato. También, se recomienda que la maceta no tenga contacto con el suelo para evitar que se caliente de más con las altas temperaturas del verano. Para esto, podemos utilizar algún sostén de madera.
¿Se puede reutilizar el sustrato?
Luego de una cosecha, de seguro pase por nuestra mente la idea de utilizar el sustrato que ya ocupamos para plantar en un próximo cultivo. Y para todos aquellos que desean hacer esto, hay buenas noticias: sí, sí se puede reciclar el sustrato. Pero esto puede hacerse siempre y cuando nuestro anterior cultivo no haya sido afectado por plagas u hongos.
El paso a paso para reciclar la tierra
Para esto, tenemos que desarmar el pan de raíces. Esto conviene hacerlo una vez que la tierra esté seca, así podemos tamizarla o, en su defecto, hacerlo a mano. Las piedras que utilizamos para el drenaje deben ser lavadas con agua y jabón blanco y, una vez secas, las almacenaremos en bolsas. Si queremos reciclar los tallos y raíces, podemos utilizarlos para compostaje.
Luego de este paso tendremos que aportar a este sustrato todos los nutrientes que necesita mediante abonos. Asimismo, tenemos que regular el PH del sustrato y, además, airearlo. Para esto, se pueden utilizar varios componentes, como el humus de lombriz o la perlita. Posteriormente, debemos mezclar muy bien el sustrato, procurando que todo se integre.
Ya queda en nosotros si queremos utilizar la tierra inmediatamente o cuando pase el tiempo. En caso de que elijamos la última opción, podemos guardar nuestra base en bolsas plásticas para escombros y cerrarlas con precintos o hilo. La bolsa tendrá que tener algunos pequeños agujeros así circula el aire en el sustrato. Estas bolsas tendremos que ubicarlas posteriormente en un lugar fresco y donde no les dé el sol.