Los vaporizadores y vapes ofrecen una alternativa segura para el uso del cannabis, ya que evitan los subproductos de la combustión. De hecho, ofrecen la misma velocidad de acción y practicidad de dosificación que un porro o una pipa, con mayor eficiencia y sin efectos secundarios. ¿Que diferencia hay entre un vaporizador y un vape o vapeador? Te explicamos lo que querés saber.
¿Qué es un vaporizador?
Un vaporizador es un dispositivo electrónico diseñado para evaporar resinas en materia vegetal y también extractos. Se trata, a muy grandes rasgos, de una pipa que en lugar de usar fuego, utiliza una resistencia que genera calor.
De esta manera, no se combustiona la materia vegetal y no se inhalan subproductos de la combustión como el alquitrán o el monóxido de carbono. Existe una amplia gama de vaporizadores, tanto portátiles como de escritorio, con opciones de control electrónico de temperatura o grado por grado o con temperaturas preestablecidas por el fabricante.
Hay dos grandes grupos de diferencias que permiten agruparlos por el tipo de material que se puede vaporizar y también por su funcionamiento.
Los vaporizadores más comunes están diseñados para vaporizar la resina presente en materia vegetal, por lo que presentan una “cazuela” de variados tamaños, para uso individual, grupal, microdosing, etc.
Otros vaporizadores poseen cazuelas diseñadas para el uso de extractos como el rosin, el hash, BHO y similares. Poseen sistemas especiales para que estos extractos no chorreen o se escurran dentro del aparato ya que podrían afectar tanto al funcionamiento como a la experiencia de uso.
Al mismo tiempo, luego de separar el vaporizador por el tipo de material que se puede vaporizar, existen dos grandes grupos de vaporizadores: aquellos que funcionan a convección y otros que funcionan a conducción. Es justamente la manera en que se calienta el producto a vaporizar lo que determina a que grupo pertenece un dispositivo.
En los vaporizadores a convección el diseño apunta a introducir en la cazuela un determinado volumen de aire caliente calienta la materia vegetal, evaporando la resina y es inhalado por la persona usuaria.
Los modelos de vaporizador que funcionan a conducción calientan la materia vegetal a la temperatura prefijada o elegida por el usuario al estar en contacto con las paredes y el cuerpo de la cazuela. Muchos vaporizadores de extractos, si no la mayoría, funcionan de esta manera.
¿Qué es un vape o vapeador?
En los últimos años nacieron los cigarrillos electrónicos, dispositivos que evaporan una solución con nicotina, como una alternativa al tabaco fumable. Incluso han sido comercializados como una alternativa para dejar el hábito de fumar y hasta de ingerir nicotina, aunque no se cuentan con evidencias sobre este último punto.
Estos dispositivos consisten de una resistencia o coil y un dosificador que limita el paso de la solución y genera el vapor que es luego inhalado. Además de una pintoresca producción de vapor, ofrecen la posibilidad de utilizar soluciones aromatizadas o saborizadas, que disimulan el sabor y el aroma de la solución.
Existen varios modelos de vapeadores. Algunos, en forma similar a los vaporizadores, ofrecen la posibilidad de recargarlos con una solución específica a gusto del usuario. Otros, los comúnmente llamados “pen” en el mundo cannábico, funcionan con cartuchos fijos o intercambiables.
¿Qué diferencias hay entre un vaporizador y un vapeador?
La diferencia principal entre ambos dispositivos radica en los materiales que pueden vaporizarse. En los vaporizadores se puede vaporizar cannabis en flores secas, pero también otras plantas como lavanda y hasta café, así como también extractos y resinas.
En los vapeadores solo puede vaporizarse una solución específica para este uso o los cartuchos intercambiables. De esta forma se reduce el abanico de opciones y usos de este tipo de dispositivos.
Por otro lado, al poder usarse con flores secas o extractos caseros, los vaporizadores ofrecen una absoluta certeza sobre el material que se está vaporizando. Mientras se tenga la precaución de elegir marcas reconocidas, que ofrezcan diseños con materiales seguros para usar a altas temperaturas, el uso de estos dispositivos es completamente seguro.
Aunque prácticos, los cartuchos de vapeadores solo pueden elaborarse con maquinaria especial, lo que limita su desarrollo y acceso en países sin mercados regulados de cannabis.
Otro aspecto desfavorable de los cartuchos para vapeadores es que resulta imposible saber a ciencia cierta cuál es el contenido real del cartucho, salvo que se utilicen aquellos que son elaborados por empresas reconocidas y ofrecen detalle del contenido.
Existe un último punto que favorece a los vaporizadores sobre los vapeadores: como sucede con los porros prearmados o prerolls, muchas veces se utilizan flores que no alcanzan los estándares de calidad y hasta se pueden realizar con manicura o extracciones de baja calidad.
En los vaporizadores, al realizarse la carga por la persona usuaria, puede observarse con atención y conciencia el material que vamos a vaporizar.
Una ventaja que ofrecen los cartuchos es que pueden contener concentraciones altísimas de cannabinoides, lo que brinda un mayor rendimiento del producto.
¿Qué es más seguro, un vaporizador o un vapeador?
En principio, teniendo en cuenta que los dispositivos estén fabricados en materiales seguros y aptos para ser expuestos a altas temperaturas, la seguridad del uso del aparato radica en el material a vaporizarse.
En Argentina, una resolución del Ministerio de Salud emitida a fines de marzo de 2023 prohibió la venta, publicidad e importación de cigarrillos electrónicos, e-cigs o vapeadores.
En sintonía con otras regulaciones en distintas partes del mundo, se afirma que el uso de cigarrillos electrónicos puede impulsar a fumar a personas jóvenes, bajo la creencia discutible de que son más seguros que los cigarrillos tradicionales.
Este punto es controversial, en principio porque la práctica de la vaporización definitivamente evita los subproductos de la combustión, una de las principales razones que vuelven a la práctica de fumar un hábito insalubre.
Existe amplia evidencia sobre los efectos a largo plazo de la inhalación sostenida de alquitrán, monóxido de carbono y partículas PM2,5, todos subproductos inevitables y generados cuando la materia vegetal se prende fuego.
Por otro lado, las soluciones para cigarrillos electrónicos contienen varios compuestos cuya seguridad para el uso humano es como mínimo discutible. Dos de ellos son la glicerina y el propilenglicol.
Ambas sustancias son utilizadas como excipientes que al poseer una temperatura de evaporación baja ayudan a “transportar” los cannabinoides o la nicotina en el vapor. Son también los responsables de la gran cantidad de vapor que emiten estos dispositivos en comparación con los vaporizadores de extractos o materia vegetal.
Los dos compuestos son irritantes para las vías respiratorias y expuestas a altas temperaturas se convierten en sustancias que pueden generar daños a la salud como el acetaldehído, el mismo compuesto que resulta de la descomposición metabólica del etanol y puede generar daños en el hígado.
Este compuesto es considerado carcinógeno, es decir que una exposición prolongada puede generar cáncer.
Por otro lado existe una serie de registros que dan cuenta de la profusión de lesiones pulmonares tras el uso de vapeadores o cigarrillos electrónicos. Denominadas EVALI o lesiones pulmonares asociadas al cigarrillo electrónico, estos cuadros fueron relacionados al uso de acetato de vitamina E en los cartuchos para vapeadores.
Este compuesto, que se halló tanto en cartuchos como en muestras obtenidas a personas intoxicadas o fallecidas, no resulta tóxico si es utilizado por vía tópica. Inhalado, puede producir lesiones en los pulmones.
¿Son legales los vaporizadores en Argentina?
La venta de vaporizadores en Argentina se encuentra en un área gris, aunque existe un fallo judicial que avala su uso como herramientas terapéuticas legales.
En febrero de 2022, el Ministerio Público Fiscal emitió un fallo en el que ordenó devolver 20 vaporizadores incautados a un comerciante que fue imputado por el supuesto delito de vender vapeadores.
Vale recordar que la comercialización de estos últimos está restringida por el ANMAT y la Ley Antitabaco.
En este caso los vaporizadores incautados fueron modelos para ser utilizados con materia vegetal y se comercializaban exclusivamente para este uso.
Sin embargo, todavía no existe una regulación precisa sobre este tipo de dispositivos y su venta al público.