Cuando plantamos cannabis, tenemos que tener en cuenta si queremos un cultivo en interior, exterior, si podemos plantar directo en el suelo o si debemos hacerlo en maceta. Si elegimos cultivar en maceta, trasplantar la marihuana se nos hará necesario, ¿por qué? Porque este ejercicio nos permitirá que la planta tome más tamaño.
Al trasplantar, optimizamos el ritmo de crecimiento del cannabis, y generaremos cosechas más abundantes y sanas. Por eso, a continuación veremos qué errores hay que evitar a la hora de trasplantar marihuana, y analizaremos aquellas cuestiones que son recomendables para realizar esta práctica.
Planificar el trasplante
El paso previo a trasplantar marihuana es pensar y planificar cómo lo realizaremos de acuerdo a algunas variables, como el tamaño que queremos que tenga nuestra planta, o la variedad genética de la misma.
Por lo general, las plantas sativas suelen necesitar ser trasplantadas con más frecuencia que las de variedad índica. Además, hay que tener en cuenta que, cuanto mayor sea la regularidad de trasplante, mayor será el tamaño de nuestra planta.
Hay quienes prefieren que su planta sea pequeña y discreta, para que pasen desapercibidas con los vecinos, por ejemplo. En estos casos, es recomendable trasplantar con poca asiduidad para evitar que el cannabis tome gran tamaño. Ahora, si buscamos una planta mediana, es plausible trasplantar cada 20 o 30 días.
Si, en cambio, deseamos que nuestra vegetación sea grande, el ritmo de frecuencia del trasplante debería ser de unos 15 días.
Una excepción al trasplante: las autoflorecientes
La única variedad genética que no requiere trasplante son las autoflorecientes. La maceta que utilicemos al plantar una autofloreciente será la maceta definitiva, no necesitará cambio. Estas plantas, que no dependen del fotoperiodo, tienen facetas vegetativas muy cortas, por lo que es sumamente importante utilizar los complementos nutricionales adecuados.
Trasplantar marihuana: ¿qué macetas elijo?
La idea de trasplantar marihuana es, justamente, pasar el pan de raíces a un nuevo contenedor. Para esto, lo que tenemos que tener en cuenta es que la maceta que utilicemos para el trasplante sea del doble del tamaño que la anterior. Ahora, para el último trasplante antes de la floración, el contenedor que usemos deberá ser tres veces más grande que el utilizado previamente.
Así, si en la planificación decidimos realizar tres trasplantes, podemos comenzar con una maceta de 5 litros, seguir con una de 10 y terminar con una de 30. Por otra parte, si elegimos trasplantar 4 veces podemos iniciar el cultivo con un contenedor de 3 litros, seguir con uno de 7, luego 15 y culminar con uno de 45 litros. También, está la alternativa de comenzar con una maceta de 5 litros, luego 10, 20 y finalmente 60 litros.
El paso a paso para trasplantar marihuana
A continuación, se ofrecerá una guía paso a paso para evitar errores a la hora de trasplantar marihuana. Es importante que contemplemos si es un trabajo que podemos hacer solos, o si necesitaremos la ayuda de alguien más. Esta última opción es ideal para cuando la planta va tomando más tamaño. Así, evitaremos accidentes que dañen las raíces o los tallos.
Lo primero que tenemos que hacer al trasplantar marihuana es agregar pometina o leca en la base de la nueva maceta, para así favorecer el drenaje. Luego, pondremos sustrato nuevo por encima, dejando un espacio en el medio, donde irá el pan de raíces.
Para retirar la marihuana de su anterior contenedor, basta con voltear la maceta sosteniendo el pan de raíces con la mano. Lo ideal es que el tallo de la planta quede entre nuestros dedos.
Luego, colocaremos la planta en su nueva maceta, rellenándola con más sustrato hasta ocupar cada hueco. Para finalizar, agregamos mulching y regamos.
¿Trasplantar marihuana estresa a la planta?
Sí es cierto que el procedimiento de trasplante puede estresar a nuestra planta de cannabis, por lo que es común que durante algunos días la marihuana no crezca. Pero esto no es algo de lo que debamos preocuparnos, de hecho, es esperable. Al cabo de unos días, el trasplante surtirá el efecto deseado en nuestra planta y veremos cómo se favorece su crecimiento.
Lo único que debemos cuidar es que, al momento de trasplantar, no se quiebre ninguna rama o tallo y no se dañen las raíces. Si somos precavidos con estas cuestiones, no presentaremos ningún inconveniente, y no tendremos por qué temerle al estrés que genera el trasplante. Recordemos que la práctica del trasplante es buena y necesaria.
Cuestiones adicionales: ¿cómo elegir sustrato?
El sustrato es el medio por el cuál la planta se nutre. Existen distintas opciones de sustrato, más allá del que podemos comprar en un growshop. Pero hay una formula clásica para componer el sustrato nosotros mismos, que nos dará la seguridad de que la base tendrá todos los elementos necesarios para que la planta crezca sana. Para realizar este sustrato tendremos que utilizar:
40% de tierra negra o compost, que es lo básico. Podemos usar ambos en conjunto, poniendo mitad y mitad de cada uno, o simplemente usar uno de los dos elementos.
25% de turba, que nos servirá para airear y para mantener a raya el PH del sustrato, además de que ayuda a absorber el agua y los nutrientes.
15% de humus. Existen varios tipos, pero el más conocido es el hummus de lombriz. Este componente es muy importante porque aporta ácidos húmicos y fúlvicos. Al mismo tiempo, regula el PH y aporta nutrientes.
10% de vermiculita, que airea el sustrato y retiene el agua y los minerales.
10% de perlita, que tiene propiedades y beneficios parecidos a los de la vermiculita.
Complementos beneficiosos para el sustrato
Existen distintos elementos que sirven como complementos que favorecen al sustrato, como por ejemplo, las micorrizas. Estos hongos benéficos que se almacenan en las raíces ayudan a la absorción de nutrientes y a la fotosíntesis. Otro hongo beneficioso para el sustrato son las trichodermas, que luchan contra los hongos que infectan y perjudican a nuestras plantas. También, tenemos a las bacterias azospirillum, que favorece al nitrógeno, un elemento muy importante en nuestros cultivos.
Si fusionamos el ejercicio del trasplante con la elección de un buen sustrato con los complementos adecuados, de seguro nuestra planta crecerá sumamente sana y conseguiremos cosechas abundantes.