En Colombia se cayó el proyecto que buscaba regular el uso adulto del cannabis. La iniciativa avanzó a nivel legislativo y llegó hasta el octavo y último debate. Sin embargo, no se consiguieron los votos suficientes. Se necesitaban 57 votos a favor, pero se obtuvieron 43.
El proyecto regulaba la compra, venta y distribución de marihuana para uso recreativo. Además de impulsar a la industria cannábica, la iniciativa se presentaba como un modelo para transformar la fallida “lucha contra las drogas”.
A diferencia de otras leyes, la regulación del cannabis exigía una reforma constitucional. Una de las impulsoras de la regulación, la senadora por el Pacto Histórico María José Pizarro, lamentó que no se consiguiera la aprobación.
De todas formas, aseguró que en julio presentará el proyecto una vez más.
Este es apenas el comienzo, vamos por la regularización del #CannabisDeUsoAduto con @JuanKarloslos, en julio radicaremos nuevamente el proyecto ante el Congreso
Hoy tenemos mayorías, sabemos que el país y el Congreso están listos para el debate. Seguimos firmes #EsHoraDeRegular pic.twitter.com/zEtCh3HPdX
— María José Pizarro Rodríguez (@PizarroMariaJo) June 21, 2023
Reformar la Constitución: el requisito de Colombia para regular el cannabis
Si bien la tradición cannábica colombiana es notable, el prohibicionismo pisó fuerte durante la presidencia de Álvaro Uribe. Desde su llegada al poder en 2002, Uribe se propuso criminalizar el uso de drogas en Colombia.
Era parte de una estrategia amplia: el mandatario buscaba alinear todas las políticas públicas en El objetivo de Uribe era situar el ámbito del consumo en armonía con la línea dura iniciada con el Plan Colombia, que implicó la colaboración de Estados Unidos en la supuesta guerra contra el narcotráfico.
Hasta 1994, existía en Colombia una regulación de dósis para uso personal: en el caso del cannabis podían tenerse hasta 20 gramos y hasta 5 de hachís.
En la reforma del 2009 se estableció, en su artículo 49, que “el porte y el consumo de sustancias estupefacientes o psicotrópicas están prohibidos, salvo prescripción médica”.
Por eso, para avanzar en la regulación del uso adulto Colombia requiere que se modifique ese artículo constitucional. Eso significó que en lugar de cuatro debates tuvieran que realizarse ocho y que se necesitara una mayoría calificada de votos a favor.
El 20 de junio la plenaria del Senado hundió el proyecto. “Estamos tristes, pero convencidos de que la dimos toda hasta el final. Nunca pensamos llegar tan lejos. Hoy tenemos mayorías, faltaron 7 votos. Llevamos 4 años en esta lucha y no desfalleceremos para escribir una nueva historia en la lucha contra las drogas. ¡Gracias!”, dijo Juan Carlos Losada, otro de los senadores que impulsó el proyecto.
Las críticas de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis
Miguel Samper Strouss es una de las personas más visibles en la lucha por la regulación definitiva del cannabis en Colombia. Está al frente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna) y aseguró que las razones del rechazo fueron políticas.
“Varios congresistas me decían: mire yo estoy absolutamente de acuerdo, es decir, las cifras que usted me está relatando y me está exponiendo son evidentes. Incluso, vino el jefe de gabinete del estado de Nueva York y mostró cómo ha funcionado la legalización allá”, contó Samper Strouss.
“Pero algunos otros me decían: yo no le voy a dejar esta posibilidad de regular al gobierno de Gustavo Petro, porque me parece que lo va a hacer irresponsablemente. Otros me decían: yo estoy absolutamente de acuerdo, pero simplemente no puedo hacerlo por disciplina de partido”, detalló Samper Strouss al medio colombiano Semana.
Por otro parte, Colombia ya cuenta con una regulación de la industria medicinal que podría superar productos tradicionales como el cacao.
Sin embargo, más allá de limitarse sólo a los usos medicinales, se trata de una industria concentrada en la que las comunidades cultivadoras reclaman mejores condiciones.
De momento, son principalmente empresas transnacionales las que encontraron en esta legalidad parcial un oásis en el que llevar adelante un negocio más que lucrativo.
Regulación en colombia: herramienta contra el narcotráfico
En 2022, a poco tiempo de asumir la presidencia, Gustavo Preto brindó un discurso conmovedor en la Asamblea de las Naciones Unidas: “Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas”, aseguró.
Además puso el ojo ya no sólo en los costos humanos de la Guerra contra las Drogas, sino también en sus brutales consecuencias medioambientales.
“Para destruir la planta de coca arrojan venenos, glifosato en masa que corre por las aguas, detienen a sus cultivadores y los encarcelan”, señaló.
Los impulsores del proyecto de regulación del cannabis en Colombia pusieron el foco en replantar la lucha contrale crimen organizado desde otro paradigma.
La senadora Pizarro lo resumió en sus redes sociales. “Cinco décadas después de la prohibición y de haber gastado alrededor 80 billones en la lucha contra las drogas, el consumo no ha disminuido y por el contrario las mafias se han fortalecido, la democracia se ha desvirtuado y hemos perdido miles de vidas en medio de esta guerra”, escribió en Twitter.
La falta de control estatal, sostuvo Pizarro, potenció el mercado ilegal. Las ganancias estimadas de las organizaciones criminales superan los US$84 mil millones anuales.
¿Por qué regularizar el cannabis de uso adulto?
Aquí presento 9 argumentos en los que expongo la importancia de superar la fracasada política del prohibicionista, quitarle el control a las mafias y pasar a una regulación que permita sumarse a un mercado creciente en el mundo. pic.twitter.com/r0ForJL2q6
— María José Pizarro Rodríguez (@PizarroMariaJo) June 19, 2023