Finalmente el presidente de la Nación, Alberto Fernández, firmó el decreto de reglamentación que le da un marco operativo a la ley que regula la industria del cáñamo y el cannabis medicinal en Argentina, la ley 27.669.
Solo queda que el lunes salga publicado en el Boletín Oficial para que entre en vigencia en nuestro país el nuevo marco que posibilitará que los usuarios terapéuticos puedan acceder a los productos medicinales que necesitan y las sociedad en general pueda aprovechar los alimentos, cosméticos, materiales de construcción y productos veterinarios, entre tantos otros derivados de la planta del cáñamo.
Además, según proyecciones oficiales, el desarrollo de una industria del cannabis y el cáñamo podría generar más de 10 mil puestos de trabajo.
En diálogo exclusivo con THC, el Presidente de la ARICCAME, Francisco Echarren, adelantó detalles y alcances de la nueva reglamentación y planteó los desafíos que tiene por delante.
“Costó mucho que salga esta reglamentación pero no es una más”, asegura. “Estamos ante un marco regulatorio de la industria del cáñamo y el cannabis medicinal que es pionero y de vanguardia a nivel mundial”.
¿Por qué considerás que se trata de una regulación de avanzada?
Para mí esta reglamentación evidencia varios triunfos. Uno tiene que ver con el límite de 1% de THC que van a tener las plantas y derivados de cannabis dentro de la industria del cáñamo y el cannabis medicinal. Esto va a ensanchar muchísimo la industria, va a bajar los costos y va a permitir la expansión de la oferta para el mercado interno y también internacional a través de exportaciones.
Muchos países tienen un límite de THC del 0,2 o 0,5%, ¿por qué eso es diferente en la legislación Argentina?
Si nosotros dejábamos un límite tan bajo esto dejaba muy estrecha la industria. No solo iba a haber cannabis más caro por una cuestión de costos, sino que se iba a concentrar la industria porque no todos pueden cumplir con esa normativa.
¿Por qué?
Porque cualquier PYME y cualquier emprendedor tendría que invertir muchísimo para poder lograr no pasar ese límite del 0,2%. Muchos se quedarían afuera de la industria y a los pocos que podrían lograrlo los costos se le dispararían y esto se le trasladaría directamente a los precios. El 1% de THC fue una de las grandes peleas que tuvo la reglamentación. Y encima es un límite que, en términos de psicoactividad es casi nulo.
¿Qué otros puntos destacarías de la reglamentación que está por salir?
La ventanilla única. Esto fue algo muy insistentemente planteado por Sergio Massa, que me pidió que hagamos una agencia, un ARICCAME inteligente, que sea ágil y que esté al servicio de los emprendedores, de los industriales, de las PYME y de las cooperativas. Con la ventanilla única vamos a simplificar la burocracia para facilitarle la vida a los que van a emprender, a los que van a invertir, a los que van a generar laburo y a los que van a generar la oferta para un enorme mercado que hoy existe pero no está regulado.
¿Cuál es la importancia práctica de esta ventanilla única?
Como la industria del cannabis abarca áreas productivas muy diferentes, una persona para solicitar una licencia tendría que pasar por dos a cinco ministerios distintos. Otra cosa muy importante de la ventanilla única es que cada organismo que intervenga en un trámite va a tener plazos para dictaminar. La gente va a tener seguridad en que en determinado tiempo el trámite le va a salir.
¿Y cuánto crees que va a tardar en estar implementada?
Nosotros el martes vamos a convocar una reunión de Directorio y ya vamos a empezar a aprobar las primeras resoluciones. Para tener lista cuanto antes la mesa de entrada para empezar a recepcionar trámites. Hace cuatro meses que venimos laburando en toda la reglamentación interna, que es básicamente el camino que hace un trámite desde que ingresa por mesa de entradas.
¿Qué tipo de industria en concreto es la que busca promover esta reglamentación?
La ley contempla una industria no solo restringida a los usos medicinales, sino que también incluye por ejemplo productos cosmetológicos, alimenticios, veterinarios. Así ampliamos la gama de productos que se podrán producir e industrializar a partir de la planta. Por ejemplo, hay un mercado de nutrición animal enorme. Es un mercado muy potente en la Argentina por la importancia que tiene la ganadería en el país. Al incluir una serie amplia de productos, esto va a generar trabajo y desarrollo regional, expansión económica y exportaciones.
La ley industrial se sancionó en mayo de 2022 y la Agencia comenzó a funcionar en enero de 2023, ¿por qué tardó tanto en salir la reglamentación?
La demora se produjo porque estamos ente una industria enorme y heterogénea ya que de la planta de cannabis pueden hacerse desde alimentos hasta medicina y materiales de construcción. Por lo que a la hora de armar un marco regulatorio que contenga todos estos usos tuvimos que articular con muchos sectores y organismos, aunar posiciones diferentes y trabajar para generar acuerdos con una cantidad enorme de actores. Esto hace que los tiempos se demoren más de lo que hubiéramos querido, pero valió la pena porque logramos una reglamentación robusta y amplia.
¿Cuáles van a ser los plazos de duración de las licencias productivas?
En principio las licencias van a tener un plazo de 5 años con renovación automática en caso de que no hubieran sanciones.
¿Qué va a ocurrir en lo inmediato con las personas y proyectos que ya tienen algunos permisos otorgados y están trabajando?
Todos los que tienen autorizaciones del Ministerio de Salud, por ejemplo, van a poder obtener con un régimen simplificado la licencia de la ARICCAME.
¿Cuándo creés que van a estar listas las primeras licencias y cuándo van a poder acceder las personas usuarias a los derivados medicinales de la planta de cannabis?
Yo soy muy optimista y estoy convencido de que en dos meses, si todo sale bien, deberíamos estar entregando las primeras licencias. Puedo asegurar que en los hechos, la gestión de Sergio Massa en el Ministerio de Economía demostró el compromiso por avanzar en regular las actividades relacionadas al cannabis medicinal y al cáñamo. Si podemos continuar profundizando esta regulación, a mediados del próximo año deberían estar los primeros productos disponibles para las personas que los necesiten. Tampoco tengo dudas que la oposición ni siquiera aplicaría la ley tal y como fue pensada.
¿Vos decís que puede haber marchas atrás con la regulación del cannabis medicinal e industrial? Todo muestra que es un proceso que tiene sus demoras, pero que tiene mucho apoyo de diferentes sectores sociales y productivos
Fue lo que la oposición hizo en el Congreso. Hay sectores de Juntos por el Cambio que están totalmente en contra del cannabis medicinal e industrial y otro sector que tiene una concepción contraria al enfoque que le dimos nosotros a esta reglamentación, en cuanto a la desconcentración, la promoción de economías regionales, de cooperativas la inclusión de diversos actores al proceso productivo, la posibilidad de que muchas personas puedan trabajar de esto. Por eso es importante valorar estas conquistas y profundizarlas. Nosotros entendemos que la industria del cáñamo y el cannabis medicinal es un tema importante para agenda del futuro que genere empleo, desarrollo económico e inclusión en Argentina. Esto va a generar en el corto plazo diez mil empleos distribuidos federalmente con un fuerte enfoque en el desarrollo de las economías regionales, con lo cual en poblaciones chicas va a tener un impacto enorme. Y a su vez le va a dar una respuesta a millones de argentinos que necesitan usar cannabis medicinal o alguno de los derivados industriales del cáñamo y ahora lo están haciendo en un mercado absolutamente irregular sin ningún tipo de seguridad sanitaria.