Antonio tiene una relación muy enraizada con la planta de cannabis. De hecho, empezó el siglo pasado, en su adolescencia, con su primera cata y el inmediato despertar de un deseo: cuidar y hacer crecer esas plantas.
“En todos estos años pude cultivar cientos de cepas o variedades distintas, en general con semillas pero también usando clones. Obviamente, eso implicó probar muchos nutrientes, técnicas de cultivo y luces diferentes”, cuenta este experto cultivador que hoy trabaja como uno de los especialistas en producto del banco Dutch Passion Seeds.
“Ya no fumo tanto como cuando era joven, pero sigo haciéndolo regularmente para probar todas las variedades y productos que lanzamos”, reconoce.
Mucho de ese empuje juvenil se trasladó a una relación casi “nerd” con las plantas, al punto de estudiar cada indicador para buscar cada vez mejores resultados. Quienes lo conocen saben que hay pocas personas en la industria que manejen la información que tiene Antonio sobre el cultivo indoor y sus costos.
¿Cuánto pesa el costo energético al cultivar?
A nivel mundial, la electricidad se disparó como el mayor costo para cultivos de interior, sobre todo después del covid y la guerra en Ucrania. Esto nos obliga a tomar un tiempo de reflexión y planificación para reducir los costos, ya sea abaratando los procesos o implementando formas de obtener un mayor rendimiento. Eso puede significar que tengamos que cambiar la forma de cultivar cannabis, pero los ahorros serán notables si los costos siguen en constante aumento.
¿Cómo se calcula el costo eléctrico de un ciclo de cultivo y cosecha?
El kw/hora es la unidad que mide la electricidad necesaria para hacer funcionar artefactos o sistemas eléctricos; y también suele ser la medida con la que se factura la energía consumida. Para calcular, hay que sumar el consumo de las lámparas y la ventilación, y multiplicarlos por las horas de funcionamiento y los días de cultivo proyectados. Por ejemplo, un indoor de 80×80 consume en promedio unos 400 watts por hora en ciclos de hasta 18 o 20 horas al día. Eso da algo así como unos 8kw diarios y alrededor de unos 500 o 600kw finales. Luego se multiplica esa cifra por el precio del kw/hora en cada país o región y listo, es muy sencillo.
Los paneles solares, ¿están encontrando lugar en la comunidad de cultivadores?
Sí, lentamente. Quienes pueden invertir en ellos están en una posición privilegiada en cuanto a reducir costos de funcionamiento después, porque generan su propia electricidad de forma gratuita durante las horas de luz solar. Algunos pudieron comprar baterías de almacenamiento para guardar esa electricidad autogenerada, pero ya es un gusto muy costoso, sobre todo para estas épocas de crisis. Por supuesto, siempre están también los demás costos a considerar, como el sustrato, los nutrientes o las semillas.
Más allá del precio de cada genética, ¿cómo afecta los costos la elección de la semilla?
Independientemente de su precio, una semilla buena puede asegurar cierta calidad y dar mayores rendimientos. No es lo mismo usar 500kw para producir 50 gramos que para 150. Cuando empecé a cultivar, si no había dinero muchos comprábamos las semillas más baratas o usábamos cualquiera. Esto era un problema, porque perdíamos tiempo y dinero en plantas macho, cultivos de bajo rendimiento, plantas con escasa resistencia a enfermedades y plagas, e incluso con problemas genéticos, y de crecimiento. Pero hoy hay semillas de gran calidad y buen rendimiento a precio accesible, como algunas que tenemos en Dutch Passion: Critical Orange Punch y Banana Blaze en sus versiones feminizada y auto, o también la Auto Euforia.
En cuanto a las lámparas de cultivo, ¿qué se está usando?
Hoy los cultivadores profesionales más serios y centrados en la calidad se pasaron de las viejas HPS a las modernas luces LED, que además de consumir alrededor de un 25% menos de electricidad también mejoran los perfiles de cannabinoides y terpenos. Es verdad que esto implica un costo de actualización, que puede ser difícil de afrontar, pero de verdad que se abarata el funcionamiento y se obtiene una mejor calidad de cogollos.
¿Tiene mucho que ver cómo las ubicamos en el espacio de cultivo?
Si las colgás muy alto por encima de las plantas, desperdiciás energía lumínica que es extra útil para aumentar los rendimientos. Colgar la lámpara a la altura correcta para cada etapa de la planta mejora el rendimiento con el mismo consumo, abaratando así el costo por gramos de la producción. En general, cada fabricante de lámparas suele agregar en el empaquetado consejos detallados sobre distancias y orientaciones para las lámparas, datos sobre su consumo y su vida útil estimada.
Las LED también generan menos calor en el ambiente, ¿no?
Sí, en materia de eficiencia energética, las luces LED generan menos calor infrarrojo radiante, lo que reduce también la exigencia en la ventilación y refrigeración, y alarga la durabilidad de los artefactos.
¿Y qué se puede hacer cuando el calor es general, inherente al clima?
En lugares donde la energía está muy cara y los veranos son muy calurosos, cada vez más cultivadores simplemente dejan de cultivar indoor en la época caliente, donde solés tener un consumo muy alto en iluminación y también en refrigeración, con necesidad muchas veces de aires acondicionados. En su lugar, hacen cultivos indoor en los meses más fríos, con mayor planificación y buscando un rendimiento que alcance a cubrir los meses en los que frenan la producción.
¿Qué pasa con el gasto de energía en cultivos hidropónicos?
Los cultivadores que trabajan con plantas hidropónicas suelen obtener un crecimiento más rápido y mayores rendimientos que quienes cultivan en tierra. Pero hay un nivel de precisión y de control del ambiente que suele disuadir a muchos de intentar el cultivo hidropónico, por lo menos hasta que acumulan algunos años de cosechas en tierra. Además, el consumo de luz y ventilación sigue estando, y de hecho se agrega el consumo energético extra de la bomba.
Con la necesidad de inversión en lámparas más eficientes y el costo eléctrico cada vez más alto, ¿se vuelve más sensato cultivar al aire libre, a la vieja usanza?
Diría que hoy hay muchísimas personas que siempre cultivaron en indoor y están empezando a cultivar al aire libre, en invernaderos o túneles de polietileno. Se ahorra mucho en energía, lo que permite invertir en semillas de mejor calidad y mejores nutrientes y aditivos. El problema es que el cultivo al aire libre no siempre es una opción. Parte de la crisis también se ve en el problema de conseguir alquileres, y mucha gente no tiene acceso a un patio o terraza, o ni siquiera tiene lugar para poner una carpa indoor muy grande.
Los nutrientes suelen estar entre los principales gastos, sobre todo para los cultivadores que buscan acompañar el crecimiento de sus plantas con la gama completa de complementos, de preventivos, de potenciadores, de enzimas.
En esos casos, ¿qué técnicas existen para maximizar la productividad en interiores?
Hay varias técnicas de entrenamiento de cannabis, que se clasifican por el nivel de estrés que ejercen sobre la planta, con diferentes niveles de riesgo y complejidad. Tanto las técnicas de LST (bajo estrés) como las de HST (alto estrés) tienen muchos adeptos, y lo mismo pasa con el sistema SOG (“mar de verde”), donde se usan muchas plantas en macetas chicas, con períodos vegetativos cortos, reduciendo las horas de consumo energético. Al ser más plantas por metro cuadrado, se compensa el que sean de baja estatura. Similar es el método SCROG (“pantalla de verde”), que implica crear un dosel nivelado de cogollos usando menos plantas que en el SOG, pero tutorando y guiando las ramas para que todos los cogollos reciban el mejor punto de luz posible. Requiere un trabajo adicional, y es más común que haya roturas de ramas, pero los resultados pueden ser sorprendentes.
¿Conviene ahorrar en nutrientes y preventivos?
Los nutrientes suelen estar entre los principales gastos, sobre todo para los cultivadores que buscan acompañar el crecimiento de sus plantas con la gama completa de complementos, de preventivos, de potenciadores, de enzimas. Optar solo por los nutrientes esenciales suele ser lo más común si el presupuesto es acotado para cultivar, pero naturalmente eso modifica el peso final de la cosecha, tanto por tamaño como por densidad de los cogollos. El costo de un cultivo siempre se mide al dividir el gasto total por el rendimiento de ese cultivo, por lo que mirar solo el monto de lo que se gasta sin buscar la referencia del costo por gramo es analizar información incompleta.
Llegando al final: ¿se puede abaratar en algo en el momento de cosechar?
Cortar, manicurar y curar las plantas no son procesos particularmente caros ni donde se usen muchos artefactos. Pero una forma de mejorar el rendimiento en la cosecha es aprovechando al máximo los recortes del manicurado y los desechos del corte y la poda. Con esfuerzo y un poco de tiempo se pueden conseguir extractos de cannabis de gran calidad a partir de hojas podadas y cogollos muy pequeños. Se puede hacer hash o extracciones caseras, aceite y otros concentrados. A veces no se trata de cómo ahorrar en algo, sino de cómo aprovechar todo.