“Fumar una sativa es como mirar por una ventana al Paraíso”, declara Alberto Huergo, pionero del cultivo rioplatense y gurú productor de cannabis desde su banco Silver River Seeds, que está por cumplir dos décadas investigando las genéticas más rendidoras y grandes no solo del mercado local, sino a nivel internacional.
¿Alguna vez soñaste con plantas de 4, 5 y hasta 6 metros? ¿Que den 2, 3, 4 o incluso más kilos de flores secas? Si alguna vez te cruzaste un monstruo así, seguramente haya salido de una semilla o un esqueje desarrollado por Silver River Seeds. Pero no todo termina en la genética, como bien sabe este cultivador con décadas y décadas de experiencia, el llevar al fin del recorrido habiendo obtenido una planta enorme, gigante, depende de mucho trabajo, de mucho cuidado y de mucha ciencia. Pero la recompensa, anticipa Huergo, es espectacular.
Hoy que se puede conseguir una variedad tan grande de genéticas, ¿por qué alguien elegiría una sativa pura para cultivar?
Existen varios motivos para tomar esa sabia decisión. Para quien busca producción, en exterior una sativa produce 10 veces más que una índica, y 2 o 3 veces lo que una híbrida. Y si lo que más importa es el efecto y la calidad, las sativas son la verdadera marihuana. Ellas levantan el ánimo. Te activan el cerebro siempre de forma positiva. Invitan a volar. A crear, a soñar. Son suaves y su humo siempre tiene tonos a incienso, palo santo, hierbas y frutas tropicales. Es decir, el pegue es como mirar por una ventana el Paraíso. Alegría y mucha risa, paz y amor.
La describís como una experiencia totalmente distinta a la de las índicas.
Lo es. Ampliando un poco el concepto, las indicas son plantas que producen un efecto de apalancamiento o relajación muscular y motriz. Te dejan de sillón, o sin muchas ganas de activarte física o mentalmente. Todo lo contrario sucede con las sativas, que son hilarantes, creativas, activadoras, esperanzadoras, positivas, soñadoras. Si no existieran las sativas, creo que el cannabis sería un gran bajón.
El adjetivo “gigante” no tiene que ver con ser una sativa especial o diferente. Todas las sativas tienen una capacidad de desarrollo, como cuando hablamos de razas de perros. No existen chihuahuas gigantes ni gran daneses diminutos.
¿Qué sería una “sativa gigante”? ¿Cualquier sativa puede ser gigante?
El adjetivo “gigante” no tiene que ver con ser una sativa especial o diferente. Todas las sativas tienen una capacidad de desarrollo, como cuando hablamos de razas de perros. No existen chihuahuas gigantes ni gran daneses diminutos, pero dentro del gran danés podemos maximizar la capacidad de crecimiento y robustez, gracias a la alimentación, el ejercicio físico y el entrenamiento. En las plantas es parecido.
Pero sí existen cepas con mayor potencial de crecimiento que otras, ¿verdad?
Sí, existen genéticamente sativas que son más grandes, y en ese lote es importante reconocer su procedencia y su clima predilecto, que en sativas puras siempre será de mucho sol y una larga estación de verano. También hay que tener en cuenta el origen: para dar un conocido ejemplo entre sativas, no es lo mismo cultivar una sativa con genes colombianos que una Durban sudafricana.
¿Por qué no?
Porque el potencial en tamaño y crecimiento de la primera es inmensamente superior. Por eso decimos que dentro de las sativas existen algunas que potencialmente, a nivel genético, tienen la capacidad de crecer más que otras.
¿Cuánto?
Entre 5 y 6 metros promedio, sin demasiado esfuerzo.
Un tamaño impresionante, para el cual cada día debe ser clave. ¿Cómo preparás el espacio de cultivo para obtener sativas gigantes?
Siempre es necesario ajustar el suelo donde vamos a cultivar, la alimentación orgánica, el mes en el que vamos a iniciarla, si vamos a partir de semilla o de un esqueje. No es lo mismo iniciar una sativa de semilla en septiembre u octubre, que en noviembre o diciembre. Tampoco es lo mismo, si la ponemos de esqueje, trasplantar a la pacha a fin del invierno o inicio de primavera, que avanzada la primavera o en verano.
¿Cómo impacta el suelo en el tamaño final?
En cuanto al suelo, es importante brindar uno rico en tierra negra y humus, con buen drenaje, abundantes lombrices, y contar con el agua de lluvia, que es difícil de reemplazar. Si no contamos con un buen suelo en la pacha, podemos armar un cajón de cultivo enorme con todos los elementos necesarios. El cannabis odia los suelos muy duros o barrosos con aguas estancadas.
¿Qué rol cumplen la luz natural? ¿Se recomienda complementar con iluminación artificial?
Si iniciamos temprano, sea de esqueje o de semilla, será importante añadir alguna luz exterior para que la planta nunca inicie su floración antes de enero. Cuanto más extendamos ese fotoperiodo de 24 horas de luz, con mix entre solar y artificial, más grande o gigante se pondrá la sativa.
¿Valen la pena esas semanas extra que reclama la floración larga de las sativas? Sobre todo en relación al rendimiento que en menos tiempo puede dar una híbrida.
Es que, siempre hablando del cultivo de sativas en exterior, no suma demasiado cortar 20 días antes, porque el espacio de esa índica o híbrida que sacaríamos a principio de marzo igual no lo reutilizarías hasta la próxima primavera.
¿Y ese proceso largo no favorece la aparición de enfermedades?
Si hablamos de resistencia y flexibilidad, las sativas están mejor preparadas para aguantar las lluvias tanto en vegetativo como en flora. Las índicas e híbridas son más quebradizas, no tan flexibles como las sativas. Además, la densidad de sus cogollos suele atraer humedad y consecuente botrytis, mientras que las sativas son en cambio más aireadas, espigadas y no sufren tanto la humedad ni los hongos.
Por todo lo que contás, las sativas parecen variedades casi exclusivas para exterior.
Las sativas siempre son pensadas para exterior, pero eso no quita que puedan ser cultivadas en indoor si manejamos su altura: se pueden podar o bien ser dobladas. Pero quien jamás cultivó una planta directo al suelo en exterior, con pleno sol, realmente desconoce la otra mitad de la identidad y el verdadero potencial de la planta. Cultivar una sativa pura en indoor es como tener a Messi y ponerlo de arquero. Tal vez no sea tan malo y, si se esfuerza, ataje unas cuantas. Pero es un verdadero desperdicio.
La adaptación de la sativa a interiores debe tener un costo, ¿no?
Sí, el estrés. Las sativas puras con fotoperiodos tropicales, climas y condiciones especiales de calor y espacio, en muchas ocasiones pueden estresarse. Por eso recomiendo cultivarlas afuera. Las sativas son una bendición. En las épocas que solo podía hacer indoor, las cultivaba con lámparas adentro solo para llevarles la contra a los que decían que era difícil hacerlo. Y, por sobre todo, porque siempre prefiero fumar una sativa ante una índica; era lo que me gustaba y me sigue gustando.
Las sativas siempre son pensadas para exterior, pero eso no quita que puedan ser cultivadas en indoor si manejamos su altura: se pueden podar o bien ser dobladas.
Pero cultivar una sativa gigante en exterior es una experiencia única e inigualable. También amo a las híbridas, porque siempre que tengan en sus genes algo de la magia sativa ya es marihuana, y las posibilidades de agregar caracteres de unas y otras me resulta fascinante.
Para sativas, ¿de cuánta producción promedio estamos hablando en exteriores?
Es difícil que una sativa pura, enorme o gigante si es que califica, cultivada en la pacha directa o un cajón grande de cultivo, dé menos de 1 kilo secado a punto de fumado. Según el espacio alrededor que tengan y la cantidad de sol, la intensidad del calor o las lluvias, se puede obtener entre 2 y 4 kilos. Y hasta el doble de esa cantidad en condiciones fabulosas, si se transforma en un árbol gigante tipo pulpo de más de 100 cabezas; especialmente si tiene múltiples podas y fue crecida desde el invierno con apoyo de luces nocturnas.
¿Y ahí las índicas e híbridas en cuánto están?
Una índica produce de 200 a 500 gramos, siendo optimistas; y un híbrido grande entre 1 kilo y 2,5 kilos, dependiendo de la genética y de diversos factores. También hay híbridas gigantescas con cogollos inmensos, súper productoras, que pueden incluso superar algunas sativas, pero no es la regla.
Esa diferencia de producción entre índicas y sativas, ¿se mantiene en el cultivo indoor?
En un indoor una sativa y una indica pueden producir lo mismo, con la contra de que la sativa tarda 11 o 12 semanas en florecer en lugar de 8. Por eso las híbridas de 9 semanas promedio, con alta producción y una mixtura del 50% sativa y 50% indica, son las más recomendables para cultivos con lámparas.
Tu banco, Silver River Seeds, trabaja muchas sativas, algo inusual comparado al mercado europeo y al norteamericano. ¿Por qué?
El principal factor es el clima, el suelo y la cantidad de extensión de tierra por habitante. La posibilidad de cultivar en Sudamérica en exterior, por un tema legal actual, de clima y suelo benévolo, la convierte en la opción favorita. Europa tiene mucha densidad de población, la gente vive más apegada a las grandes urbes, el clima es mucho más frío y crudo en invierno, la primavera y el verano no son tan largos ni calurosos como en Sudamérica.
En cuanto a esas diferencias entre países y continentes, ¿existen tradiciones históricas?
El cultivo de indoor comenzó en Estados Unidos, Holanda, Gran Bretaña y España, principalmente en los ’80. En respuesta al prohibicionismo, los cultivadores buscaron la forma de cultivar secretamente y sin ser detectados por la policía y los curiosos, ya que las penas por cultivar cannabis llegaban a 25 años de prisión, algo insólito y de la época de la Inquisición, que algunos tuvimos que soportar y vencer.
Esa tendencia se mantuvo, a excepción de los estados de California y Oregón, en la costa oeste norteamericana, donde una ley estatal los resguardaba frente a los federales. Así, algunos intrépidos comenzaron a cultivar en grandes parcelas en exterior, plantas gigantes. En las regiones originarias del cannabis, como el Tibet, siempre se cultivó naturalmente en exterior, el cultivo de indoor no existe.
¿Cómo fue arrancar con Silver River Seeds en ese contexto?
Cuando regresé de Estados Unidos a Argentina, a fines del siglo pasado, no existía el cultivo indoor. Había un puñado de 20 o 30 cultivadores en el foro del Cannabiscafé que lo practicaban a comienzos del 2004/2005. Recuerdo que el único que me vendió a principios de siglo lámparas de alta presión de sodio fue Electro Tucumán, porque se utilizaban para iluminar las calles.
Cuando comenzamos con las primeras 10 variedades del banco, realmente no existía un estudio del mercado en relación a qué preferiría el cultivador sudamericano, pero nos basamos en la tendencia que existía en las copas cannábicas que organizábamos y a las que concurríamos. En una copa top como la Del Plata, C.A.B.A o C.C.C.C, se presentaban 70 o más muestras de exterior contra 10 o 12 de indoor.
¿Cambió esa proporción?
No, aunque parezca mentira, ésa es la tendencia que se mantiene actualmente en la demanda de semillas. Por cada 10 sativas o híbridas con bastante influencia sativa, te piden 1 o 2 genéticas índicas o híbridas con predominancia índica. Esto marca claramente que el cultivador/consumidor prefiere cultivar más sativas y preferentemente en exterior. Lo notamos también en autoflorecientes. El boom de demanda tanto de fotoperiódicas como de autoflorecientes siempre ocurre entre agosto y diciembre, lo que indica claramente la preferencia de utilizar el sol y sus innegables beneficios.
Hablando de las genéticas de Silver River Seeds, ¿cómo las describirías?
Las mejores sativas del planeta están incorporadas en su mejor versión dentro de nuestro catálogo. Originalmente a partir de variedades como las colombianas Punto rojo y Gold, las mexicanas Oaxaca y Meao Thai, gracias al increíble laburo que durante una década hizo el maestro Kaiki de Cannabiogen, traducidas en la Destroyer, también conocida como Desfrán o Destro. Con ella logramos sativas de porte enorme, Desflash, Despink, Apple Cookies, Mohan Thai, River Haze, Sour Destro y la misma Destro S1.
Todas las Haze son una marca registrada dentro del espectro de las sativas, ¿cuáles más tienen?
La Haze incluye también estas cepas: colombiana, mexicana, tailandesa y la sativa india. En nuestra Silver lV se nota intensamente la presencia de la Haze, con tonos inciensados y alcanforados. Lo mismo cuenta para el esqueje de 2046 que junto a la Destro fueron y siguen siendo las dos sativas opuestas más ganadoras y alabadas del hemisferio sur, con alrededor de 30 copas y podios cannábicos en los últimos 15 años. El esqueje de 2046 puro humo de Medical Seeds es la conjunción de 2 sativas top de la historia holandesa del cannabis: Neville Haze y Kali Mist. Ella está presente en River Haze pero este año se incorpora como lo merecía, en otros cruces; White Kali, Xileno Haze y Sour 46.
Este año introdujimos también nuestro esqueje multi campeón de Super Lemon Haze 2012, el cual acarrea Super Silver Haze. Tanto la Super Lemon como la Silver IV y la Neville, además del Haze original con colombiana y mexicana nos añade algo de NL con el típico toque de la Sativa hawaiana. La Kali Mist aporta ese aroma a sándalo, y madera de cedro, notorio en Xileno Haze. Lemoñac es una fusión triple entre Super Lemon Haze, Silver IV y algo de nuestra OG 324, actualmente aprobada por el INASE como Dosoge 18.
¿Hay algunas que sean más amigables para cultivo indoor?
Nuestra famosa y exótica sativa Pink Cuasi, además de combinarla con la Destro para hacer Despink, la hemos cruzado con Mendochem para lograr Cuasi Fruti, una sativa frutal con influencia tibetana, de porte no tan monstruoso como las anteriores, adaptable a indoor. Exodus Lights y Golosilver contienen Silver IV, son híbridos que pueden crecer hasta casi 4 metros en exterior pero en indoor se adaptan de forma muy conveniente.
Original Super Lemon Haze es la conjunción de dos esquejes muy alimonados destacadísimos. Waterlemon Zkittles reúne a Original SLH con Gorilash y Gelato 41. También Caipirog y Han Super contienen este esqueje SLH que fue considerado el mejor en 2012, con triple corona sudamericana. Estas últimas se adaptan muy bien a cultivos de indoor por haber sido cruzadas con híbridos de predominancia indica.
Entonces, para quien busca sativas enormes para exterior, ¿cuáles son las genéticas clave?
Dentro de las enormes, que son sativas con un potencial de 4,5 a 6 metros de altura en exterior, tenemos River Haze, Destro, Desflash, Despink, Xileno Haze, Sour 46 y White Kali, todas muy productoras en la pacha, donde crecen robustamente y más alto que en ningún otro sitio. Como contrapartida, son muy difíciles de manejar en indoor, donde tardan casi tres meses. En exterior suelen estar listas entre el 1º y el 20 de Abril.
¿Y algo un poco más chico?
Entre los 3 y los 5 metros de altura ofrecemos Sour Destro, Mohan Thai, Lemoñac, Lemon RAM, Original Super Lemon Haze, Waterlemon Zkittles, Cherry OG y Starlime. Todas prefieren desarrollarse en exteriores, aunque ya a éstas se las puede cultivar en indoor, donde se adaptan normalmente. Son muy productoras en general, en indoor demoran entre 9 y 10,5 semanas, y en exteriores están listas entre última semana de marzo y la primera de abril.
También tienen híbridas con predominancia sativa que son muy rendidoras, pueden crecer bastante y funcionan bien en indoor o outdoor, ¿cuáles son?
Han Super, Caipirog, Exodus Lights, Golosilver, Cuasi Frutti, Jack Lemonade y Mandaruntz crecen entre 2,5 y 3,5 metros de altura en exterior (algunas incluso más en condiciones óptimas, si se arrancó antes de que empiece la primavera). Su pegue es mixto, con vuelos altos creativos pero también relax. En indoor son de las más productivas, y tardan entre 8,5 y 9,5 semanas.