“La guerra mundial contra las drogas ha fracasado. No comparto las soluciones simplistas o totalitarias, como la de “un mundo libre de drogas” escribió Sánchez Cordero en una columna publicada en el diario Milenio. “Tenemos que estar dispuestos a discutir abiertamente la necesidad de realizar acciones institucionales multilaterales a escala internacional”, concluyó, abriendo la puerta a futuras regulaciones del cannabis como sucede en Uruguay, Canadá o Estados Unidos.
Sánchez Cordero dejó entrever que la solución al problema de la violencia y el narcotráfico debe ser un abordaje estatal a la producción y venta de cannabis, eliminando las redes de comercio informales que fortalecen a los carteles. “Criminalizar —de cualquier forma— el consumo no ha sido un factor que disminuya el uso de estupefacientes”, concluyó la futura ministro.