En la nueva ola de los art-toys (juguetes artesanales de edición limitada más pensados como obra conceptual o adorno que literalmente para jugar, aunque se puede…) el artista James Oleson lanzó una serie de cogollos hechos en resina con rostro, historia y “personalidad”.
Los Incredibuds, así se llama la línea, son seres mágicos y humildes que recolectan cristales y sueñan con volverse humo. Su misión es motivar a los futuros jardineros mientras se preparan para “ir al cielo”.
Obviamente tienen una especie de enemigos llamados los Skunk Brothers, que roban semillas bajo las órdenes del temible Don Santo.
En diferentes modelos/variedades, como índicos rechonchos y estilizados sativos, los Incredibuds pueden conseguirse en el sitio web del artista y hasta vienen en una ziploc.