Muchos menores en edad escolar usan el cannabis como medicina. Mientras que en los sin regulación esta realidad todavía es un tabú, en los lugares donde la marihuana dejó de ser ilegal tuvieron que encontrar la manera de garantizar un derecho: cómo hacer que los pequeños usuarios y usuarias puedan sostener sus tratamientos mientras están en la escuela.
Varios estados norteamericanos ya avanzaron en una solución: las escuelas pueden permitir que los padres de los alumnos administren marihuana con fines terapeúticos a sus hijos e hijas, siempre que presenten una prescripción médica.
Leyes de este tipo ya no son una excepción: se pueden encontrar en California, Washington, Colorado, Florida, Maine, Nueva Jersey, Delaware, Illinois y Nuevo México.
El senador californiano Jerry Hill, quien redactó el proyecto para ese estado, explicó de manera muy simple las razones de este tipo de política pública: “Estas leyes levantan las barreras para los estudiantes con discapacidades médicas graves, para quienes el cannabis medicinal es el único medicamento que funciona, para que puedan tomar su dosis en la escuela y luego continuar con sus estudios, sin ser retirados del campus y sin interrumpir su educación”.