Los municipios bonaerenses avanzan en sus planes para regular el cultivo de cannabis medicinal. De esta manera, con muchas limitaciones legales, empujan la revisión de las leyes nacionales.
En el caso de la localidad de Castelli, el intendente Francisco Echarren anunció en redes sociales que llevará al Concejo Deliberante una ordenanza que busca regular el cultivo de cannabis con fines terapéuticos: “La medicina utiliza cada vez más este aceite en pacientes y nos debemos un debate serio y maduro para sumarnos a lo que ya han hecho otros municipios, provincias y países”.
En Florencio Varela la Ong Colectivo Cannábico Solidario Flores de Libertad presentó un proyecto de ordenanza para que el Municipio cultive cannabis. El proyecto, que será debatido por comisión antes de ser votado, fue apoyado por la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) y la intendencia local. La idea es que el Municipio habilite, junto al INTA, predios de cultivo para evaluar distintas variedades a cultivarse para elaborar aceite.
Semanas atrás, el Partido de Rivadavia aprobó la creación de un registro en el que podrán anotarse los usuarios terapéuticos de marihuana. Eso les permitiría tener sus cultivos.
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Hurlingham también dio sus primeros pasos. En septiembre, su Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que permite la producción local de marihuana para uso terapéutico.
Se trata de una iniciativa de la organización Annanda Cultiva, un grupo de padres de Hurlingham que tratan a sus hijos con cannabis medicinal, y prevé el cultivo público y comunitario de cannabis cuyos derivados podrán ser destinados tanto para la investigación como para el tratamiento de personas que necesiten aceite o derivados, y de manera gratuita.
Mientras tanto, tanto el gobierno provincial como nacional se mantienen en silencio respecto a las decisiones que se están tomando en cada vez más municipios.